En este mes de febrero se conmemoran 100 años del surgimiento de las Negro Leagues of Baseball en Estados Unidos. Cool Papa Bell, fue un estelar pelotero de esta liga. Sobre él se cuentan anécdotas asombrosas.
“Una historia no es sólo verdad cuando se narra cómo ha sucedido, sino también cuando relata cómo hubiera podido acontecer.” Johannes Mario Simmel.
Cuando era niño, llegó a mi un libro con las biografías de todos los beisbolistas encumbrados al Salón de la Fama. Ahí conocí la carrera deportiva de personajes ilustres, celebridades que han engrandecido la historia del deporte que más disfruto, el béisbol. Willie Mays, Lou Gehrig, Ted Williams, Roberto Clemente, Bob Gibson, por mencionar sólo algunas de las reseñas que leí y que me fascinaron.
Fue éste libro, pequeño en dimensiones, pero, de enorme valor histórico e informativo que me hizo conocer a otro grupo de peloteros muy singulares. La peculiaridad que tenían es que todos ellos eran de raza negra. Hago ésta última observación debido a que el problema racial en Estados Unidos conocido como la Segregación, impedía que los beisbolistas de color integraran a los equipos de Major League Baseball o MLB. Ésto sucedió, al menos, hasta que Jackie Robinson fue contratado por Los Angeles Dodgers en el año de 1947. Entre todo éste selecto grupo, había jugadores que acumularon estadísticas impresionantes en las Negro Leagues, también conocidas como Ligas Negras o Circuito Negro. Josh Gibson, Satchel Paige, Monte Irvin, Cool Papa Bell, entre otros. Fue éste ultimo pelotero que despertó en mi una gran curiosidad al descubrir su perfil, empezando por su nombre ¿Cool Papa Bell? ¿quién se hace llamar “Cool Papa”?
Oriundo de Starkville, Mississippi; fue nombrado James Thomas Bell al nacer en 1903. La anécdota de su sobrenombre resulta única. Su apodo nunca me ha dejado de parecer muy original, lleno de picardía. Surgió en su primer año como profesional, actuaba como lanzador y en un juego le administró un ponche a Oscar Charleston, otro gran pelotero de su época. Sus compañeros le apodaron “cool” por haber logrado vencer en esa ocasión a tan buen bateador, hacienda alusión a la manera de llamar a una persona u objeto que resulta atractiva para el resto de las personas o simplemente que está de moda. A James le agradó y decidió agregar por si mismo la palabra “papa”, porque pensó que tenía mejor fonética de esa forma. Así se gestó la leyenda de “Cool Papa” Bell.
Se dice acerca de él que, quizás, fue el hombre más veloz que haya practicado el juego de pelota. Historias alrededor de su velocidad son legendarias, curiosas y muchas lucen insólitas, todas se cuentan aún en nuestros días. Paige declaró una vez sobre su compañero: “Bell es tan rápido, que es capaz de apagar el interruptor de la luz y meterse dentro de la cama antes de que la habitación se torne oscura”. En el trasfondo de ésta anécdota existe algo de verdad; en una ocasión, en la cual compartieron dormitorio éstos dos jugadores, existía un daño en el circuito de corriente eléctrica de ese cuarto, de manera que cualquier persona podía mover el interruptor y observaba que había un retraso de casi tres segundos para que la luz se fuera, entonces literalmente Cool Papa era capaz de vencer a la velocidad de la luz.
Como lo mencioné, inició su carrera lanzando. Dos años después, para aprovechar su enorme rapidez de piernas, fue cambiado para jugar el jardín central y en algunas ocasiones la primera base. Existen divulgaciones sobre su capacidad de atrapar pelotas a la defensiva que lucían inalcanzables para el resto de los peloteros. Su brazo no era muy potente, por lo que acostumbraba jugar cerca del infield regalando mucho terreno a sus espaldas confiado en sus habilidades para la defensa.
Como bateador poseía gran contacto y era un excelente tocador de pelota. Nos cuenta el mismo Satchel Paige, sobre el día que enfrentó a su amigo Bell desde la loma de disparos; éste ultimo bateó la pelota justo por encima de la cabeza del pitcher, el cual volteó hacia atrás para visualizar el trayecto de la esférica, justo en ese momento la pelota golpeaba en el cuerpo a Cool Papa que ya se estaba deslizando en la segunda base para conseguir un hit doble. Increíble. Tan increíble como que podía recorrer las cuatro almohadillas en tan solo 12 segundos.
Era tan rápido, que existe el relato de que en una ocasión llegó a home en un pisa y corre, partiendo desde la segunda base en un elevado de sacrificio al center field. Aprendió a ser un bateador ambidiestro, aunque le gustaba más batear a la zurda, ya que observó que obtenía ventaja de esa manera al encontrarse dos pasos más cerca de la primera base. Los pitchers evitaban a toda costa otorgarle una base por bolas, porque acto seguido, el relámpago robaría la segunda base y al siguiente lanzamiento robaría la tercera. En solo dos lanzamientos se colocaba a 90 pies de anotar. Electrizante.
Bell jamás participó en Las Grandes Ligas. Cuando él se retiró en 1944, aún no se rompía la barrera racial. Al culminarse dicha acción, se logró que los jugadores de raza negra incursionaran de lleno en la MLB. Eso si, fue un auténtico trotamundos, además de las Ligas Negras, participó en la Pelota Invernal en ligas de Cuba, México, República Dominicana y California. Nunca sintió la necesidad, ni creó en su mente la añoranza de jugar en MLB. Cool Papa platicó en una entrevista, que se sentía satisfecho de haber podido jugar pelota donde él tuvo sus oportunidades.
Si buscas sus estadísticas, observarás que demuestran muy poco de lo que te relato. 126 bases robadas en 25 años de carrera no figuran como alguien que generó furor por ser un mercurio en las bases. Sin embargo, se considera que muchos de los box score de aquellos tiempos en las Negro Leagues se perdieron o simplemente, en otras ocasiones, no se llevaba a cabo un registro de los juegos. En todos lados donde Bell jugó béisbol dejó su legado de velocidad. Sus registros se quedan cortos, su leyenda es un hito que se propagó de boca en boca. En Cuba, consiguió 3 homeruns en un solo juego, lo que genera mayor asombro es que todos fueron dentro del campo. Vaya velocidad.
En 1974 se aceptó como miembro del Salón de la Fama, reconociendo así su valía como pelotero y como pionero en las Negro Leagues que hace 100 años tuvieron su primera etapa de formación. Un béisbol que forjó a muchas estrellas, las mismas que más adelante pudieron formar parte de los equipos profesionales tal y como hoy los conocemos. St. Louis Cardinals instalaron una estatua de él al lado de inmortales como Stan Musial, Ozzie Smith, Roger Hornsby, entre otras leyendas. Desde aquí honramos la memoria de un jugador de época