Como ya hiciera el año pasado, voy a analizar división por división las dinámicas de los equipos para comprender un poquito más el estado en el que se encuentran respecto al año pasado. Aunque aún faltan algunos nombres interesantes que pueden cambiar el barniz de cada uno de ellos. Para ello, voy a categorizar a los equipos en 6 categorías que son:
Pushing for championship: aquí incluiré aquellos equipos que ya optaban a ganar el título en 2023 y que su apuesta en esta postemporada ha sido la de redoblar esfuerzos.
Improving but not enough: en esta categoría analizaré los equipos que han dado un claro salto competitivo pero que no creo que les llegue para más allá que un puesto en playoffs.
Change of strategy: los equipos que han virado su rumbo para poder cambiar algunas cosas que no han funcionado serán los protagonistas en este apartado.
Same status as last year: nuevo año y mismas aspiraciones. Pocos cambios significativos en las franquicias que ocupan esta categoría.
Clear step back: jarro de agua fría para los aficionados de estos equipos que verán reducidas sus aspiraciones de forma evidente en 2024.
Saving money: mientras algunos intentan ganar, otros equipos lo único que buscan es minimizar su payroll para ganar más dinero. El desarrollo de jóvenes y la reconstrucción es la excusa para reducir año sí, año también los emolumentos de sus jugadores.
Hoy empezaré con la División Este de la Liga Americana, una de las divisiones más competitivas de toda la MLB. Allá vamos.
Pushing for championship: 2023 significó un cambio sustancial para los Baltimore Orioles. Mientras que las victorias en 2021 fueron apenas 52, y 83 en 2022, el cambio de rumbo de la franquicia fue el año pasado, donde sobrepasaron las 100 victorias, siendo una de las mayores sorpresas de la MLB. Sin embargo, los playoffs les pusieron en su sitio, siendo barridos por los Rangers, futuros campeones. Con un núcleo joven con poco parangón en la liga, la apuesta de los Orioles en esta postemporada estaba siendo bastante tibia, hasta que la venta de la franquicia por parte de la familia Angelos ha desencadenado el primer movimiento relevante de la franquicia en años, consiguiendo a Corbin Burnes para ser el ace y figura de su rotación. Y es que las ventanas de oportunidad de los equipos MLB suelen durar los 6 años que los jóvenes jugadores, siempre que la camada sea casi simultánea, están controlados por las franquicias. Como parece que va a ser el caso de estos Orioles donde Adley Rutschmann acumula apenas 2 años de servicio, Gunnar Henderson uno y Grayson Rodriguez no llega ni a uno, esperando el debut del unánime prospecto número 1 del béisbol, Jackson Holliday. Además, Criag Kimbrel parece que suplirá la importante baja de Felix Bautista como cerrador. Los entrenamientos no han empezado bien para los de Baltimore, con problemas en el codo de Kyle Bradish, pitcher revelación de los Orioles en 2023. Sin embargo, la apuesta de los Orioles parece clara este año, que no es otro que apostar a todo. Ese movimiento de Burnes por su último año de control así lo deja claro.
Change of strategy: Bien pudieran aparecer por la anterior categoría. De hecho, creo que lo justo hubiera sido que aparecieran ambos equipos ahí arriba. Pero como hay cierto cambio de patrón en alguno de los movimientos de los New York Yankees, he optado por colocarlos aquí. Y eso que su movimiento más destacado ha sido igual de cortoplacista que el de los Orioles, traspasar para conseguir llenar un hueco claro en su lineup con el jugador más destacado que aparecía en el mercado, debido a estar en su último año de control. Pero si algo necesitaban los Yankees era un buen bate zurdo que pudiera aprovecharse de la corta parte derecha del Yankee Stadium, un bate que aportara contacto y embasarse con facilidad. Y han conseguido, seguramente, al mejor. Y es que Juan Soto aporta todo eso, más un poder muy por encima del promedio de la liga. Además, se han hecho con Alex Verdugo o Trent Grisham como bates zurdos. Otro cambio de patrón es meter en el equipo a un jugador que no encaja mucho en la política familiar de club que los Yankees llevan mucho tiempo inculcando. Este no es otro que un Marcus Stroman que, fruto de que no han podido culminar los contactos con los Snell, Yamamoto y compañía, será el tercer brazo de la rotación, a pesar de haber sido un azote para los del Bronx en un pasado no muy lejano. Una apuesta que puede salir mal si Stroman no lanza con eficacia. Porque la fanaticada Yankee no creo que tenga compasión con él. Y el efecto yankees es muy peligroso, como ya lo conocen muchos lanzadores. Sin embargo, la rotación de los Yankees dependerá, cómo no, de la salud de los zurdos Nestor Cortes y Carlos Rodon, lanzadores desaparecidos en 2023, y que deben acompañar al pitcher más fiable de la MLB, Gerrit Cole. A priori, el lineup, rotación y bullpen parecen lo suficientemente sólidos para poder figurar como posibles ganadores de las World Series en Octubre.
Same status as last year: si hay un equipo cuya postemporada parece no ir a ningún sitio es la de los Toronto Blue Jays. Y es que los Blue Jays siguen apostando por la defensa, como ya dejaron claro en la anterior offseason. Para ello, han renovado a Kevin Kiermaier y se han hecho con un Isaiah Kiner-Falefa que aporta de todo menos bate. La rotación sigue intacta, con, a priori, los 5 abridores del año pasado. Sin embargo, aquí hay margen de mejora. Alek Manoah puede ser el Cy Young de 2022…o el completo desastre de 2023. El cubano Yariel Rodriguez es una de las mayores incógnitas de la liga, mientras que su principal prospecto, Ricky Tiedemann, puede asaltar un hueco entre los 5 privilegiados. Justin Turner ocupará el DH que dejó vacante Brandon Belt. Pero los Blue Jays me dejan un sabor de boca de que no han llegado nunca al techo que se presuponía que iban a alcanzar. Por supuesto que veo a los de Ontario haciendo playoffs, pero dudo mucho de verles como un factor clave en Octubre.
Clear step back: tampoco quiero ser muy cruel con la deriva de los Boston Red Sox, porque, a fin de cuentas, tampoco veo a un equipo mucho peor que el año pasado, donde perdieron a uno de sus mejores jugadores, Xander Bogaerts. De hecho, veo el lineup ofensivo mucho más balanceado y completo que el año pasado, con las adiciones de un interesante Vaughn Grissom como segunda base, la temporada completa de Trevor Story en el SS, el fichaje de Tyler O’Neill, con un techo evidente alto, pero con muchísimas dudas en cuanto a su durabilidad, y las probables consolidaciones de Jarren Duran y Triston Casas. Pero, en el montículo, el equipo deja muchas dudas. El puesto de ace pasa de un Chris Sale traspasado a los Braves a Lucas Giolito, mucho más durable, pero más irregular. Y el resto de la rotación, y el bullpen, me parece indigna de una franquicia histórica como la de Masachussets. Desde su título de 2018, los Red Sox sólo han ido a playoffs en 2021, y de chiripa. Aunque sus playoffs ya fueron más dignos, eliminando a los yankees en la wild card y a los Rays en las series divisionales. Pero, a día de hoy, los Red Sox parecen aspirar solamente a no cerrar la clasificación de su división.
Saving money: 5 años seguidos clasificándose para playoffs de forma consecutiva. Una aparición en las World Series, en el año de la pandemia. Un reconocimiento unánime de todos los analistas de la MLB en cómo sacar petróleo de la nada. Sin embargo, otro año más, los dirigentes de los Tampa Bay Rays han vuelto a pasar toda la postemporada mirando en cómo reducir su payroll. Han traspasado a dos de los 3 contratos más altos garantizados para 2024, como eran los de Tyler Glasnow (25 millones) y Manuel Margot (10 millones), empaquetados ambos a Los Angeles Dodgers. Y de los salarios de arbitraje que tenían, se han quitado a Andrew Kittredge, Jalen Beeks, Josh Fleming o Christian Bethancourt, y, parece, se han quedado con las ganas de traspasar a sus dos salarios de arbitraje más altos, Randy Arozarena, Aaron Civale y Harold Ramirez. Es evidente que la plaga de lesiones de sus principales abridores (Drew Rasmussen, Shane McClanahan y Jeffrey Springs) no ayuda a mirar de forma ambiciosa a la temporada que empieza en un mes, al igual que la incertidumbre que rodea a la amayor apuesta de la franquicia desde Evan Longoria, Wander Franco. Pero, ¿alguien duda que cambiaría la cosa si todo fuera rodado?. Sin embargo, no descartéis que Ryan Pepiot obtenga algún voto para el Cy Young. O que Junior Caminero se lleve el premio al novato del año. Pero la tendencia te obliga a pensar en los Rays como cuarto equipo de su división.