En la historia más reciente del beisbol japonés los giros de guion no han sido una circunstancia precisamente recurrente. Una cierta previsibilidad, característica que no debe confundirse con la monotonía, ha presidido una competición que en la última década ha tenido a SoftBank como dominador absoluto. Siete triunfos en las Nippon Series en dicho periodo (2011, 2014, 2015, 2017, 2018, 2019 y 2020) así lo atesoran. Lo suyo, pues, no ha sido solo ganar, sino más bien apabullar. A principios de la presente campaña, nada hacía presuponer que esta tendencia fuera a romperse, ya que, antecedentes al margen, el de SoftBank parecía, a priori, el roster más compensado y con mayor suma de talento de toda la NPB. Pero una de tantas cosas que hace del béisbol un deporte tan prodigioso, es su contrastada capacidad para la sorpresa. Y en el caso que nos ocupa, esta ha sido mayúscula. Y por doble motivo. Para empezar porque el vigente campeón no únicamente no optará a revalidar la corona, sino que ni tan solo se llegó a clasificar para la postemporada. Relegado en el cuarto lugar final de la Liga del Pacífico, el descalabro de SoftBank ha sido monumental. Sin embargo tanto o más inaudito que esto, és el hecho que las Nippon Series las disputaran dos conjuntos Yakult Swallows y los Buffaloes Orixo que el 2020 quedaron, atención, últimos de sus respectivos circuitos Central y Pacífico . Y, hasta ahora, esto no había pasado nunca.
A la hora de buscar un porqué al varapalo del que era un favorito unánime, el argumento de las lesiones ha sido una de los más utilizados. Koudai Senga, Nao Higashiama o Yurisbel Gracial són algunos de los aces del equipo que han visto lastrada su continuidad por problemas físicos. A eso hay que sumar que algunas de sus grandes referencias ofensivas icónicas el caso de Yuki Yanagita, por ejemplo no han tenido tampoco su año más estelar. No obstante más allá del esto y el otro, entre algunos analistas de la NPB la lectura que se hace es que, sencillamente, SoftBank está viviendo el ocaso de un ciclo ganador, y que en este 2021 el proceso se ha acelerado. Quizás toca, por lo tanto, afrontar una de las palabras más duras de pronunciar del diccionario del deporte de élite, la de reconstrucción, y dentro de esta necesidad, tal vez ya inaplazable, se ha de contextualizar la decisión de su manager Kimiyasu Kudo, un hábil gestor de los banquillos y el arquitecto que levantó este proyecto ganador, de presentar su renuncia antes de lo pactado y dar paso a un relevo. SoftBank se resetea. Sn embargo, no tardará en volver.
Ante esto, y como dos jóvenes irreverentes que se han colado a una fiesta a la que no habían sido invitados, Yakult y Orix saborean la dulzura de lo que para ellos ya es un triunfo. Inesperado, eso si, no obstante un triunfo a la postre. De entrada, porque ambos ya tienen un título en la chistera, el de campeones de sus respectivas ligas, Central y Pacífico, un trofeo que en la NPB se la da su valor. Ahora, eso sí. batallarán por la gran corona, las Nippon Series, cada uno con sus argumentos que les han ido a coger músculo en una temporada donde han sabido aprovechar el declive de sus contendientes. En la Central, Yomiuri, el terno aspirante, ha tenido una irregularidad pasmosa, mientras que Hansin, que lo tenía todo de cara, se ha venido abajo en el tramo final de la competición regular de una manera asombrosa. Y ahí es donde Yakult ha sabido emerger, catapultado por una ofensiva temible que se conjuga con un picheo que es aseado, pero no élite. Munetaka Murakami, un jugador con el 55 en la espalda en Japón, eso es más que un número que puede ocupar cualquier posición del infield, ha sido la gran sensación de la temporada del equipo 39 HR i .278 de promedio. El suyo, junto al del Tetsuto Yamada .272 y 34 HR y Domingo Santana ,290 y 23 HR son tres nombres a retener de cara a calibrar el recorrido del equipo en esta finalísima. Enfrente, estarán los Buffaloes Orix, con una línea de bate con menos neón, pero para nada dócil ojito con Mastaka Yosida o Yutaro Sugimoto , pero con un picheo que ha tenido una constancia y contundencia envidiable en este 2021. De todos sus efectivos, el debutante Yoshinobu Yamamoto es el que ha acaparado más foco, cerrando la campaña con una ERA de .139 y 206 SO en el guante. No hay ninguna discusión, ninguna, que se embolsará el premio Sawamura, el equivalente del Cy Young de la MLB. La batalla, pues, esta lista, con solo tres precedentes de unas NS entre ambos (1979,1995 y 2001) y que se decantaron, todas, hacia Yakult. Sin favorito claro, la NPB se prepara para coronar a un campeón inesperado. Larga vida a esto.