Nos dejaron ya las College World Series, y lo hicieron con el tercer título de Oregon State, el primero tras los dos entorchados de las temporadas 2006 y 2007 con el propio Pat Casey. Aquellos dos campeonatos lo fueron venciendo en la final a North Carolina, quienes serían el verdugo inicial de los Castores en las CWS de este año de la I División del béisbol universitario.
Tras comenzar perdiendo con North Carolina vinieron 4 victorias solventes para los Beavers, 2 frente a Mississippi en la final del Bracket y las previas ante Washington y North Carolina que venía de perder en la ronda de ganadores frente a Mississippi St., imponiendo ya los Castores su potente ataque y con Kevin Abel, iniciando su camino hacia la historia, con una demoledora salida a 7 entradas en el último partido de las clasificatorias para las finales.
Y tal y como empezaron las CWS los de Corvallis, empezaron las finales, cayendo derrotados, esta vez ante Arkansas el otro finalista que llegaba habiendo ganado todos sus partidos, unos Razorbacks, que vencieron el primer partido de la final con su pitcher estrella, Blaine Knight, que lleva ya más 400 días sin perder, elegido mejor Pitcher del Torneo junto a Kevin Abel.
En las únicas dos derrotas que Oregon St. sufrió en el campeonato, primer partido de la fase de brackets y primer partido de las finales, un denominador común, la salida al montículo como titular de Luke Heimlich, quien permitía más carreras que las que anotaba su equipo. En ese primer partido de la final que terminaría 4-1 para los de Fayetteville, las 4 carreras llegaron en la cuarta entrada, todas en el haber de Heimlich. Difícil la situación en que se encuentra el de Puyallup, tanto por su presente como por su futuro, lo único que le faltaba es que lo que le ha de venir dependa de Dayton Moore, el “inefable” General Manager de los KC Royals.
Tras ese primer partido todo se encontraba a favor de Arkansas, Conforme había ido avanzando el torneo, los Razorbacks, iban permitiendo menos carreras y seguían anotando, si bien no tantas carreras como en la primera fase, sino las carreras que necesitaban, habían ido ganando en seguridad y defensa.
El segundo partido tuvo un guion casi calcado del primero, hasta la novena. Hasta entonces Arkansas había ido anotando siempre que le había resultado necesario, en el marcador antes de empezar la última entrada, un 2-3 a favor de de los Razorbacks. En la octava, el que sería el héroe del tercer partido de las finales, y del torneo en general, Kevin Abel, había aguantado con solvencia a los Razorbacks, 23 lanzamientos, 14 de ellos strikes, con 3 SO, y un solo hit en contra. Y fue en esa novena cuando se produjo la remontada con 3 carreras para los Beavers dejando el partido en 5-3, justo en el momento en que Arkansas se encontraba a un out del título. Cerraría el partido para Oregon St., el que se ha mostrado como el mejor cerrador del campeonato, Jake Mulholland.
Y llegó el tercer y definitivo partido, (5-0), no tuvo historia, más allá de la historia que escribió con letras de oro Kevin Abel. El partido estuvo encarrilado desde la primera entrada por los Castores, por la defensa y por el inconmensurable Kevin Abel que maniataron de forma completa a una Arkansas que se vio absolutamente impedida en ataque.
Las 9 entradas lanzó Abel, 129 lanzamientos no permitiendo ninguna carrera pero sí 2 hits, hito que nadie había alcanzado jamás en el torneo. Además, el de San Diego es el primer pitcher en la historia de las CWS que consigue apuntarse 4 victorias, y además lo hizo en 2 ocasiones como relevista y en 2 como titular.
Ganó el mejor, y sobre todo el que mejor supo sobreponerse a las adversidades y a la debacle del que, inicialmente, estaba previsto que fuese su pitcher estrella.
En las distinciones individuales se repartieron Arkansas y Oregon los 11 puestos del equipo ideal, 5 y 5, con Hunter Stovall el Segunda Base de Mississippi St. como único forastero. Unos Bulldogs que tal vez merecieron más en el torneo, pero se encontraron con una Oregon resucitada.
Mención especial merece el MOP del torneo, el castor Adley Rutschman, un catcher que lo ha bordado en ataque, sin por ello menguar en la defensa y la personalidad de todo buen catcher.