Tres de las seis divisiones de la MLB están ya decididas a falta de poco menos de dos meses para el final de la liga regular. Una de ellas es la División Este de la Liga Nacional, en la que los Washington Nationals han adquirido una ventaja lo suficientemente amplia como para no dejarse sorprender por sus rivales.

Y es con un porcentaje de victorias del 60%, los capitalinos sólo se ven superados en su liga por los intratables Dodgers, lo que, en principio, les aseguraría contar con la ventaja de campo en unas hipotéticas series de división ante (por ahora) los Chicago Cubs, actuales campeones de la competición y que han mejorado sus prestaciones tras el parón por la disputa del All Star Game. Y es que, haciendo un poco de béisbol-ficción, empezar ya a pensar en unas series de campeonato con los duelos Clayton Kershaw – Max Scherzer, Yu Darvish – Stephen Strasburg o Alex Wood – Gio González hace que los aficionados a la pelota base empecemos a babear sólo de pensarlo con muchos días de antelación.
Y no, que nadie piense que puede haber sorpresas y que aún queda mucho tiempo para llegar al final de la liga regular… nadie en su sano juicio lo piensa de verdad. La ventaja (que ronda ya los 15 partidos) sobre el segundo clasificado con la que cuentan los chicos dirigidos por Dusty Baker es un colchón más que suficiente como para que el equipo haya decidido tomarse las cosas con calma con, por ejemplo, la lesión de Stephen Strasburg, al que se le está dando tiempo más que de sobra para restablecerse sin forzar una recuperación que podría poner en riesgo su recuperación para el importante mes de octubre.

Desahuciados ya los New York Mets, que aspiraban a todo al principio de temporada y que ya han tirado la toalla hace tiempo sobre sus posibilidades en este 2017 y con unos Miami Marlins que no han sido rival para los de Washington en ningún momento, las esperanzas de remontada se centraban en unos Atlanta Braves que han estado por encima de lo que muchos vaticinaban pero que, a la hora de la verdad, han dejado claro que el año previsto por la gerencia para volver a lo más alto sigue siendo el 2019, aunque tras lo visto en esta temporada ya hay voces que indican que podría adelantarse al 2018. Yo, sinceramente, no lo veo así, pero ya me he equivocado en mis predicciones las suficientes veces como para que nadie se las tome demasiado en serio.
Sin embargo no podemos obviar el hecho de que, a pesar de los números que muestra esta clasificación, el porcentaje de bateo de los tres primeros equipos de la división es de los mejores de la liga, sólo superados por Colorado, que aprovecha siempre las bondades de su estadio para pegarle a todo lo que se mueve. Los Nationals, además, son líderes en carreras conseguidas, homeruns y carreras impulsadas, lo que hace que ver un partido de cualquiera de los equipos de esta división sea un auténtico lujo.

Ah, sí, que también están los Philadelphia Phillies en la división. Bueno, su lucha se centra ahora en evitar el farolillo rojo de la MLB en dura pugna con los Chicago White Sox. Y lo cierto es que llevan camino de conseguirlo, aunque para ello tengan que lograr una serie de victorias que a sus rivales les pueden hacer mucho más daño que el beneficio que los de Pensilvania consigan con ellas.