El pasado Domingo, el jugador japonés Shohei Ohtani, el jugador que más expectación ha causado en los últimos tiempos a su llegada a la agencia libre, anunciaba en su Instagram que fichaba por los Dodgers. Evidentemente, esto no causó ninguna sorpresa entre todos los seguidores de la MLB, ya que los Dodgers eran favoritos en todas las quinielas para llevarse al unicornio japonés, menos cuando ese supuesto avión que conectaba Los Angeles con Toronto estaba de camino con Ohtani, supuestamente, a bordo. Pero lo que sí causó un enorme terremoto fue la cantidad de dinero que se iba a llevar Ohtani por sus 10 años de servicios a los Dodgers, 700 millones de dólares, lo que suponía el récord en cualquier deporte estadounidense. Ya se hizo público que este contrato contenía dinero diferido, pero el siguiente terremoto se produjo el Lunes, cuando se hizo oficial el acuerdo, fruto de que los Dodgers hicieron hueco traspasando a los Yankees a dos jugadores de su roster de 40 jugadores, Jorbit Vivas y Victor Gonzalez.
La noticia era que los Dodgers, en un movimiento surrealista, pagarán en sus 10 años de servicio, apenas 2 millones al año durante esos 10 años de contrato, dejando esos 68 millones anuales restantes diferidos, a cobrar desde 2034 hasta 2043. Una ingeniería económica, financiera y fiscal (y deportiva) que intentaré desgranar, en la medida de lo posible, en estas líneas, siempre desde mi humilde punto de vista. Para ello, hay que analizarlo desde las 3 patas de la mesa a las que afecta:
Shohei Ohtani
El unicornio japonés se embolsará 700 millones en su bolsillo. Eso es lo principal. Dejémonos de adornos. Si un jugador se puede permitir cobrar sólo 20 millones hasta 2033 es él. Porque lo que genera fuera del campo es de proporciones inmensas. Y en Los Angeles, mercado apenas comparable al de Nueva York. Cosa que se lo ha ganado él sólo, claro está, con su excelso rendimiento, tanto al bate como desde el montículo. Y lo que consigue es hacer un favor a su equipo, sobre todo en el terreno financiero, con el único fin de conseguir su ansiado título, que es lo que parece perseguir el nipón.
Es evidente también que el valor de esos 68 millones de dólares que recibirá a partir de 2034 no valen lo mismo que si los cobrara ahora, pero también es cierto que hay muchos mecanismos que palian esa reducción de valor de su contrato. Primero, que es ahora, cuando está jugando, cuando va a generar ingresos extradeportivos por doquier, cosa que no hará cuando se retire y empiece a ganar esos 68 millones anuales. Y segundo, que cuando los empiece a ganar, habrá que ver dónde paga impuestos, que me imagino que lo hará donde mejores tasas impositivos graven sus mastodónticos ingresos. ¿Comienzan las apuestas de dónde establecerá Ohtani su residencia a partir de su retirada? ¿Alaska? ¿Florida?
Aunque también es verdad que en pocos casos se habla de esto. ¿Acaso alguien ha hablado de que Aaron Judge, en su último año de contrato, en 2031, ganará 40 millones, pero que no valen esos 40 millones lo mismo que los que ya ha cobrado? Desde mi punto de vista, seguimos blanqueando la figura de Ohtani, cosa que ya se hizo mucho antes de que firmara con los Dodgers. Ohtani, por muy diferente que sea en temas culturales a los americanos, europeos, etc…, quiere ganar. Dinero y títulos. Y seguramente en ese orden. Como el 99% de los mortales.
Los Angeles Dodgers
En relación al equipo, aquí hay muchas más aristas. Los Dodgers se han comprometido a pagar la mayor cantidad de dinero jamás firmada a ningún atleta de ningún deporte americano.
A nivel deportivo, por muy unicornio que sea Ohtani, me parece un sinsentido. Desde mi punto de vista, si hay un deporte donde un individuo influya menos en el devenir de un deporte es en el béisbol. A pesar de que Ohtani hace algo que nadie hace, destacar como bateador y pitcher. Pero no nos olvidemos que, como pitcher, Ohtani lanzará uno de cada 6 partidos, por lo que, en los 5 restantes, influirá poco. Y como bateador, Ohtani se enfrenta al pitcher una vez de cada 9 turnos al bate. Y, además, como claro DH que es, no interviene en el partido en defensa. De hecho, ya ha estado formando parte de un equipo donde han convivido los, probablemente, dos mejores jugadores del mundo. Y el béisbol sea, probablemente, el único deporte donde eso no signifique competir. Es más, no han podido ni siquiera, acceder a playoffs como integrante de los Angels, junto a Mike Trout. Esto habla de la dificultad de ganar en este complicado deporte. ¿Se imaginan a un equipo de la NBA, por ejemplo, no llegar a playoffs, con Stephen Curry y Lebron James en su prime, no llegar a playoffs? Yo no. ¿O a un equipo de la NFL, con Emmit Smith y Tom Brady en su prime, no compitiendo? Aparte, está el tema de que Ohtani lleva ya “1 operación y media Tommy John”, que hace generar, al menos, dudas del valor futuro de Ohtani como two way player, por mucho que el japonés se empeñe en serlo.
En materia financiera, los Dodgers dan una patada hacia adelante. Durante los 10 años de control de Ohtani, los Dodgers sacarán de su caja apenas 2 millones de dólares por los servicios de uno de los mejores jugadores de la liga, a pesar de que en 2024 se antoja poco probable que llegue a lanzar. Una maravilla financiera durante esos 10 años que se tornará en pesadilla durante los 10 siguientes, por mucho dinero que tengan los Dodgers. Al final, pagar 68 millones durante 10 años, por mucho que sea menor dinero en el futuro, y que no cuente para el CBT, es una barbaridad financiera. Es una apuesta clara a corto plazo. El tener la cabeza fría durante esos 10 años será muy importante. ¿Os imagináis que los Dodgers son incapaces de llevarse unas World Series en estos 10 años y tener que pagar 68 millones al año desde 2034 a 2043? Me da sudores fríos sólo pensarlo. Y eso que no soy seguidor de los angelinos.
Por último, a nivel CBT, el valor que computará para el mismo rondará los 46 millones anuales de salario medio anual, lo que permite una flexibilidad que, si computara como 70 millones anuales si se le pagaran esos 700 millones en los 10 años de juego, no tendría. Ese valor es un cálculo de lo que equivalen, a día de hoy, esos 700 millones considerando siempre cuándo lo cobra el jugador. Es decir, ni computa como 70 millones, como se presuponía cuando Ohtani anunció su fichaje, ni como 2 millones, que es lo que va a cobrar en los 10 primeros años, ni 68 en los 10 años posteriores. Esto le permitirá, con total seguridad, conseguir hacer un equipo mucho más competitivo mientras Ohtani batee/lance para los angelinos. De hecho, reforzar el grupo de lanzadores se antoja imprescindible para poder competir con equipos que, a día de hoy, parecen más redondos que los Dodgers, como los Braves, Phillies, etc… De hecho, ya se habla de que los Dodgers quieren fichar al agente libre más cotejado de la actualidad, el también japonés Yoshinobu Yamamoto, al que tendrán que pagar una ingente cantidad de dólares para tenerlo en sus filas.
Cálculos de Jose Manuel Perez (@masque27outs), auténtica referencia de temas gerenciales en castellano.
Aficionados / MLB
Las primeras reacciones a este contrato, que también podemos considerar como contrato unicornio, es la de rechazo. Rechazo porque se ve como, aunque a todas luces legal porque está permitido por el CBT, un engaño a todas las reglas del béisbol, como un mecanismo que favorece a los equipos con más dinero, de mercados grandes, que se pueden permitir esto. Se ha hablado del tanking excesivo de equipos como los Astros, también permitido. Pero veremos si, a nivel de publicidad, la imagen que pueden dejar los Dodgers, una franquicia considerada modélica, entre el público general de la MLB.
A nivel de la liga, este contrato marca un antes y un después en los futuros contratos. Siempre y cuando no se negocie esto en la próxima negociación del CBT, que será un punto estrella seguro. No es la primera vez que la liga ha intentado, parece, reducir la cantidad de dinero diferido en los contratos, pero siempre la asociación de jugadores se ha negado a negociarlo. Porque es evidente que favorece a los jugadores, obteniendo cantidades en los contratos firmados a los que no se podría nunca llegar si no se difieren.
Los contratos diferidos ya son comunes en la liga. ¿Quién no ha oído hablar de Bobby Bonilla, al que los Mets siguen pagando hasta 2035, con el agravante de un 8% de interés de subida? Pero lo que han hecho los Dodgers y Ohtani es un paso más. Una vuelta de tuerca que ha pillado a todos/as a pie cambiado. Porque por mucho que se hubiesen diferido dinero en muchos contratos, nadie esperaba que más de un 97% del contrato firmado por Ohtani fuese así.
Y se vienen agentes libres que pueden ver esta opción como golosa. Recordemos que otro de los nombres de esta agencia libre, Juan Soto, recientemente traspasado a los Yankees, llegará a la agencia libre el próximo año. Aunque Soto ya ha rechazado una extensión de contrato de 440 millones realizada por los Nationals, y sin dinero diferido, porque, parece, que la mayor cantidad de dinero de esa extensión iba al final de contrato y reducía su valor final.
Ohtani, más allá de su rendimiento sobre el césped, sigue marcando tendencias. En números y, por supuesto, millones de dólares…. y discusiones. ¿Qué opináis al respecto?