A priori parece la serie más impredecible de todas las que se juegan en estas series de división, con un equipo, los capitalinos, que buscan acceder por primera vez en su historia a las series de campeonato y otro, los Cubs, que son los vigentes campeones de la MLB y que han finalizado la liga regular en un estado de forma fabuloso. Pero no nos engañemos, nada de lo hecho hasta ahora cuenta, han llegado los playoff.
Los Nationals buscan sus primeras series de campeonato
Los Washington Nationals van a tener la ventaja de campo en esta serie a 5 partidos merced a su mejor resultado global en liga, lo que les va a dar la posibilidad de abrir los dos primeros encuentros ante su público y con sus dos mejores pitcher en activo… ¿o quizás no? Lo cierto es que la mala suerte que parece perseguir a los de Washington se ha vuelto a cebar con ellos con la lesión de Max Scherzer en su última salida que no parece excesivamente grave pero que le va a impedir lanzar en el primer encuentro de la serie e incluso a día de hoy está en el aire que pueda hacerlo hasta el tercer o cuarto partido de la misma.
¿Problemas para Washington? En absoluto, porque para eso tiene a Stephen Strasburg que ha llegado al punto culminante de la competición en un estado de forma envidiable. Su ERA combinada de los meses de agosto y septiembre está en 0.85 y tan sólo ha concedido un homerun en los últimos ocho partidos iniciados, algo muy importante para la batería de pegadores a los que va a tener que enfrentarse. También Gio González ha demostrado estar a un gran nivel y todo apunta a que será el encargado de subirse a la lomita para el segundo partido (a falta de confirmación oficial) mientras Tanner Roark será el cuarto de la rotación, así que en el aspecto de lanzadores los Nationals está muy bien cubiertos. El bullpen ha mejorado mucho con las incorporaciones del mes de julio, principalmente con la llegada de un cerrador de garantías como Sean Doolittle, pero quizás donde puedan sufrir los de la capital sea en la parte intermedia del partido si sus titulares no tienen un buen día y tienen que dejar el partido antes de tiempo.
Pero quizás la mejor noticia para los Nationals sea la recuperación de Bryce Harper, el mejor jugador del equipo (y me atrevería a decir que de toda la Liga Nacional) y una de las grandes estrellas del presente y del futuro para la MLB. Con Anthony Rendon, Daniel Murphy y un renacido Ryan Zimmerman, el ataque de los Nationals es para hacer temblar a cualquier equipo que se ponga por delante.
¿Es esto suficiente para parar a los Cubs?
A ver, estamos hablando del mejor equipo del pasado 2016, actuales campeones y que además afrontan la postemporada con un registro de 15 victorias en sus últimos 19 partidos, así que bien harán los Nationals en temerles. Parece que los Cubs se han puesto a tono en el momento adecuado y sus bates han vuelto a funcionar a plena potencia. Hablar de enfrentarse a jugadores como Anthony Rizzo o Kris Bryant es para temblar, lo unido a la polivalencia de Javier Baez o de Ben Zobrist y a una defensa en la que sobresale el receptor Willson Contreras (que difícil es robarle una base a este chico).
Curiosamente quien está a un nivel inferior al que lució el pasado año es la línea de pitcheo. Kyle Hendricks es, de nuevo, el mejor abridor de los de Illinois y se encargará de iniciar el primer encuentro, por delante de un Jon Lester, que ha tenido años mejores en sus estadísticas pero que en octubre suele sacar lo mejor de si, y de un José Quintana que ha mostrado su mejor rostro desde que cambió el sur por el norte de la ciudad. Jake Arrieta está entre algodones por problemas físicos y aunque ya se ha anunciado que lanzará en un hipotético cuarto partido podría haber cambios si su estado físico no es el mejor llegado el momento. Para reemplazarle estarán un John Lackey que se ha mostrado excesivamente irregular durante la temporada y (en esto no cambia) tan iracundo como suele ponerse siempre que las cosas no le salen bien, y que junto a Montgomery y Edwards podría formar un bullpen de lujo para dejar que Wade Davis cierre los partidos apretados.
La predicción de la serie
Sinceramente como ya dije al inicio creo que es la más compleja de predecir. Esto se confirma si nos atenemos a los 7 encuentros que disputaron los dos equipos durante la temporada regular, con victoria para los de la capital por un ajustado 4-3. Pero lo que ocurre en la liga no tiene nada que ver con lo que puede pasar en los playoffs, así que a priori yo sigo apostando por una victoria final de los Nationals y su pase por primera vez a las series de campeonato. Eso sí, no me extrañaría nada que la serie tuviera que decidirse en Washington en un quinto partido a cara de perro entre los dos.