El béisbol está lleno de anécdotas. Muchas de ellas no son más que eso. No tienen el empaque ni la trascendencia necesaria como para dedicarles el episodio de un podcast o un artículo largo y sesudo. En muchas ocasiones tienen el estatus de leyenda y ni los protagonistas de las mismas son capaces de recordarlas con exactitud. Sin embargo, merecen ser recordadas. Así es como nació Fumando con Bill Lee.
Una colección de artículos que en la mayoría de las ocasiones rescataban chascarrillos sin importancia y entre los que de vez en cuando se colaban reflexiones más personales. Al final no dejan de ser asuntos sobre los que me hubiera gustado leer y que acabe escribiendo yo mismo por no existir en otro lado.