Resumen:
Los Baltimore Orioles son, por derecho propio, y con permiso de los Reds, la sorpresa positiva de esta primera parte de la temporada, ya que, no sólo se han posicionado como un equipo candidato a la postemporada, sino también a ganar la división Americana Este, que es la mejor de la liga. Y lo han hecho con una de las formulas clásicas del béisbol: defensa, velocidad y contacto.
No es una fórmula nueva, pero, con las nuevas reglas este equipo, se ha visto muy beneficiado. Y, a pesar de las deficiencias en el pitcheo titular, tener el sexto mejor ataque en OPS+ de la MLB y el quinto mejor bullpen de las mayores, lo que les ha servido para posicionarse en una posición para ser importante en lo que queda de año y de década.
Y eso que el año no ha sido en absoluto sencillo. La lesión y el bajo rendimiento, por momento, de Cedric Mullins ha trastocado muchos de los planes del equipo, pero, con la llegada de Aaron Hicks, después de ser cortado por los Yankees, y el paso adelante que ha dado, el a la postre All Star, Austin Hays ha restablecido el jardín de un equipo que se sostuvo los dos últimos años por el rendimiento de esta parte del campo.
El RF sigue siendo un problema a nivel defensivo y la solución es muy sencilla: Santander ocupando el puesto de DH y Cowser jugando en el jardín derecho. El tema es que, jugándote la postemporada, no está el equipo para “experimentos”.
Irónicamente, los Orioles han jugado con sus mejores prospects a lo largo de la temporada. Con opuestos resultados. En el caso positivo, Gunnar Henderson se ha convertido en uno de los jugadores clave del equipo, tanto a nivel ofensivo y defensivo desde la tercera base, y, últimamente, también desde el SS. Ha sido impresionante ver la transformación de un jugador que estaba enterrado en las últimas posiciones del lineup, y, ahora, está plenamente asentando en el primer puesto de la alineación. Y jugando su mejor béisbol en el SS, tanto en defensa como en ataque.
En la nota negativa tenemos a Grayson Rodriguez, que si bien no lo ha hecho mal, se le nota verde para el más alto nivel. En sus mejores partidos ha tenido una ERA de 2.10 en 25.2 entradas. En los peores, una ERA de 14.19 en 19.2 entradas. La constancia es clave en la MLB y Rodriguez no está lejos de alcanzarla, pero tampoco cerca. En AAA está refinando su repertorio, especialmente la confianza con la recta, así que pronto lo tendremos de vuelta.
El resto del pitcheo abridor ha dejado que desear, a excepción de Tyler Wells y Bradish, y es el mayor obstáculo que separa a los Orioles de la gloria.
MVP del equipo:
Hay varios que se disputan este puesto, pero, por el bien de la concisión y el buen gusto, le daremos el premio al titular del All Star, Austin Hays.
Hays se ha transformado, no sólo en un bateador de primer nivel, sino que lo ha hecho ocupando el puesto de CF de un equipo top. El cambio esta temporada ha sido espectacular, cercano a lo que se proyectaba de él durante su etapa en las granjas de Maryland y de lo que solo hemos podido ver breves destellos.
La titularidad de Hays en el Partido de las Estrellas es meramente circunstancial, pero sirve para poner el foco en un jugador, que, si mantiene el nivel, va a recibir votos para el MVP de la temporada, y de forma totalmente merecida. Hays está entre los jugadores que más aporta en el equipo en ataque y en defensa. No es el mejor en ninguna métrica de WAR específica, pero, en el WAR general, lidera el equipo con mucha diferencia. Un hombre tranquilo, que lidera sin que nadie lo note.
Este galardón va a ir compartido por los dos lideres del bullpen: Félix Bautista y Yennier Canó. Ambos participaron en el All Star y están en la lista para llevarse el galardón a mejor relevista de la liga Americana. Bautista tiene una ERA de 1.08 y Canó de 1.48 antes del parón. Son números espectaculares y que han llevado al equipo a ganar una buena cantidad de partidos apretados.
Por ellos es el por qué los Orioles son uno de los mejores equipos en las tres últimas entradas de los partidos. Aunque sea insostenible este rendimiento a medio plazo, la verdad es que son merecedores del premio, porque han sostenido buena parte del pobre pitcheo de los Orioles durante buena parte del año.
Canó ha jugado muy apoyado por la defensa con un estilo muy particular de lanzar, minimizando las fly ball. Bautista es todo lo contrario, y tiene un asombro número de strikes cada nueve entradas que alcanza los 18, o lo que es lo mismo, dos strikes por entrada lanzada.
La sorpresa:
Canó podría llevarse este premio de manera clara, pero la verdad es que su actuación en el Spring Training dejaba ver que iba a ser un jugador importante en la temporada. Sin embargo, nadie esperaba ese nivel ni por asomo. Aunque tampoco nadie lo esperaba de Tyler Wells, que, ahora mismo, está siendo el mejor abridor del equipo con unos números de 3.34 de ERA en 17 aperturas y eso que empezó la temporada como long reliever y no como abridor del equipo siquiera.
En el mismo saco podríamos poner a Aaron Hicks, que está jugando el mejor beisbol de su carrera y siendo clave para ocupar todos los puestos del OF y dar descanso al trío titular. Una sorpresa por méritos propios al igual que Ryan O’Hearn. El ex de los Royals venía a ocupar el puesto de DH y 1B suplente, pero, con la lesión y la bajada de rendimiento de Mountcastle, se ha convertido en el primera base titular del equipo.
La decepción:
Son varios los nombres que se viene a la mente. Algunos como en el caso de Frazier y Mateo lo han ido compensando con buenas actuaciones en el plano defensivo y con buenas rachas a nivel ofensivo.
En el caso de Mateo, fue el mejor bateador de la liga durante las primeras semanas del curso. Desde entonces ha sido el peor. Sin embargo está jugando otra temporada de nivel Golden Glove en el puesto de SS. Aunque en los últimos tiempos, Henderson y Urías lo están desplazando al banquillo.
Sitio del que está lejos Frazier, dado que es el mejor 2B defensivo del equipo y su bate aporta equilibrio a la alineación. Pero, de momento, es complicado que se plantee desde la gerencia volver a renovarlo.
En el plano del pitcheo Cole Irvin está siendo la gran decepción del equipo. Venía a ser el #2 de la rotación y el baluarte zurdo. Un primer stint decepcionante lo llevo a AAA, de donde ha regresado bien, pero todavía no como se esperaba. Aunque en sus dos últimas aperturas ha habido destellos positivos.
Mountcastle está cada vez más cerca de un traspaso, lo cual es una autentica pena para lo que parecía.
Expectativas ante el cierre de mercado veraniego y pronóstico final de temporada
Los Orioles sueñan con llegar a la postemporada por primera vez desde la temporada 2016 (de infausto recuerdo) y ser uno de los equipos que, en el peor de los casos, acoja una de las series de Wild Card que abra la próxima postemporada. En el mejor, ganar la división sería levantar un ánimo a la afición de Maryland que soñaría con acoger unas World Series en un plazo muy inferior del que parecía cuando Mike Elias inició la reconstrucción del equipo. La realidad es que luchar por un puesto en octubre ya es suficiente premio.
Para alcanzarlo la gerencia tendrá que ver que se puede mejorar en el equipo, pero todo el mundo tiene claro que un pitcher abridor y un 1B sólido es lo que le falta a este equipo para ser competitivo. Una apuesta agresiva sería traspasar por Paul Goldschmidt para aportar veteranía y un bate de primer nivel para la franquicia. Ryan McMahon sería una buena opción a medio plazo y con versatilidad de posiciones. En el pitcheo, la gerencia buscaría un pitcher con años de control, pero un Sonny Gray o un Eduardo Rodríguez no se vería con malos ojos.