¿Y como es la manera más mediocre, odiosa y desesperante de empezar un texto de narrativa deportiva? Exacto, con frases hechas, tópicas y sin gracia. Total, si ellos no se han esforzado yo tampoco debería.
Todas estas nos valdrían: Ni mucho ni poco, ni pa’ ti ni pa’ mi, tratando de arrancarlo, mucho ruido y pocas nueces… y demás basura conceptual que te puedas imaginar para llegar a una conclusión clara y determinante: en Seattle están enfadados con su equipo de baseball, y no les faltan razones.
Puntualizo, antes de seguir, que sé perfectamente el equipo sobre el que estoy escribiendo, el potencial que tiene, los rivales divisionales, y todo lo que os podáis imaginar. Sé que aún no estamos eliminados, que queda temporada, sé de sobra que no íbamos a clasificarnos de manera sobrada, ni mucho menos a tener un récord holgado para esta fecha. Sé todo esto, soy realista, pero nada excusa la absoluta desidia de un equipo que por momentos ha parecido perder el alma competitiva.
Este resumen —qué debió llegar antes ya que ahora mismo nos encontramos en el partido 96, 14 por encima de la mitad— es duro de escribir, y por momentos, desconcertante. En una liga donde planificaciones majestuosas han obtenido la nada absoluta para lo que estaban destinados, nos invitaría a no caer en el error de dejarte llevar por el hype en base a altas y bajas durante la pretemporada, pero es inevitable no hacerlo.
Y debemos repetirlo, la gestión deportiva de la franquicia fue sobresaliente durante la pre-season: los movimientos de alta sobre el papel (SOBRE EL PAPEL) fueron interesantes, se potenciaba una posición en 2ª base cambiando a Frazier por un Kolten Wong mayúsculo, Kelenic volvía a ser ese chico maravilla que todos vimos un par de años antes, se reforzaban con nombres y estadísticas aspectos clave que el año anterior estaban flojos, todo parecía encajar.
Pero no, Frazier está de dulce en Baltimore y Wong es una sombra del jugador del año pasado, Kelenic está bien, pero sus compañeros a menudo no acompañan. Otras altas como Pollock son la nada, y parece que sólo Teoscar se ha enterado de qué va la película.
Esta es la primera mitad de temporada, una promesa de mejora constante que no termina de llegar, mientras la liga se nos escapa entre los dedos como una horrible brisa de verano a 40 grados a la sombra.
El quiero y no puedo constante de un grupo de deportistas con una bajísima capacidad de lucha, han conseguido exasperar al aficionado. Eso sí, sin tener un récord negativo, siempre con el .500 en la mira, pero sin pasarlo.
Parece que el equipo calienta, pero no hierve. Parece que estamos en caída libre, pero nunca besamos el suelo. Esta es la primera mitad de temporada, una promesa de mejora constante que no termina de llegar, mientras la liga se nos escapa entre los dedos como una horrible brisa de verano a 40 grados a la sombra.
Y a pesar de todo, intentamos continuar con el modo optimista activado. Es lo que tiene que no te hayan rematado, que aún puedes sacar todo tu orgullo e intentar demostrar de lo que eres capaz. En el fondo, todos nos agarramos a este último vestigio de esperanza.
MVP del equipo
Aquí aparece la sonrisa de Julio Rodríguez, y es que sin ser una temporada de matrícula de honor (ni de sobresaliente) está siendo el jugador más consistente del equipo.
El dominicano nos ha dejado hasta ahora 13 home runs, un AVG de .246 y sobre todo un WAR de 2.6. Esto lo convierte en el jugador más decisivo del equipo. Su habilidad para robar bases (22) lo convierte en una amenaza constante si logra un embase, algo habitual en el juego de Julio.
Tenemos que hablar y destacar también su defensa. Es un chico joven, atlético, muy veloz y con una visión de juego excepcional. Eso hace que su parte del campo está cubierta ante cualquier bola que tenga la osadia de aparecer por allí. Se siente cómodo e importante, y que siga un año más siendo decisivo habla muy bien de su madurez.
Cy Young
El equipo de lanzadores de los Mariners es sobresaliente, y lo digo con la boca llena y aceptando el reto de quién quiera discutirlo. Entonces, ¿este récord tan extraño con tan buenos pitchers? Pues sí, gente, en esas estamos, en intentar ver porqué.
Todo esto venía porque tengo que elegir cual es el mejor lanzador del equipo, pero es que, entre los 30 mejores pitchers de la liga, están los 3 principales de la rotación del equipo:
Gilbert (15), Kirby (17) y Luís Castillo (30).
Es una barbaridad, y además habría que sumar a Matt Brash, 9 mejor relevista de la liga, con un WAR de 1.3 y una capacidad de ponchear bateadores en cada inning que interviene que da miedo.
Todos los mencionados son jóvenes, con gran proyección, y estamos asegurando un equipo en el montículo de mucho nivel para años venideros.
La sorpresa
Sin duda alguna, Mike Ford. Primera base que debutó el año pasado y jugó muy poco (apenas 16 partidos con la franquicia). Y ese número de partidos tan escueto es porque, si le hubieras puesto una pelota de playa, dudo mucho que hubiese conseguido algún hit.
Pero este año, ante la falta de un equipo de bateadores de nivel, Mike vuelve a las alineaciones con una diferencia: bola que entra en su zona, bola que embarca en la grada más cercana.
A sus 30 años, Mike se ha convertido en ese jugador que el entrenador rival en un momento dado, daría una base antes que enfrentarlo al bate.
En 38 partidos, lleva 10 HR, 27 hits y sobre todo, un OPS de .912. Nos encontramos ante un bateador de fuerza, sin capacidad atlética para correr bases, pero con un poder tremendo. Titular absoluto, nadie lo esperaba y no hay manera de sacarlo de ahí.
La decepción
Qué fácil es esta sección. Y es que cuando haces un trade fuerte por un jugador, que venía de hacer un 2022 estupendo, y su rendimiento es tan impropio de alguien de su nivel, siendo ridículo, la elección es fácil.
Kolten Wong es ese hombre. Su desempeño es vulgar, insignificante. No entendemos qué ha ocurrido aquí, si se debe a algún aspecto personal o simplemente es un mal año. Lo único que tenemos es un jugador que parece se le ha olvidado como se gana la vida.
El año pasado, Kolten acabó la temporada con 15 HR, y un OPS de .769. Además de ser un bateador consistente y con capacidad de embase. Este año, lleva 1 HR, su OPS es de .451.
Es alucinante la evolución. Defensivamente, uno de los puntos fuertes de Wong, ha estado bien, sin más, pero al bate… Es la decepción de este año y va a ser difícil superar un trade tan malo el año que viene.
Expectativas ante el cierre de mercado veraniego y pronóstico final de temporada
Jerry Dipoto, GM, entiendo que va a tomar alguna medida ante la deriva absurda del equipo. Pero, por otro lado, con el 13,4% de posibilidades que nos dan para clasificanos para Wild Card, a falta de menos de la mitad de liga, uf, me inclino a pensar que los movimientos serán cortos.
Porque, ¿para qué movernos si el pescado está vendido? ¿no?
Creo que mientras haya opciones debemos ir a por todas, reforzar 2ªbase, algún bateador más de fuerza y rezar. No sé si nos dará, sea lo que sea, tengo expectación por ver qué decide hacer Jerry y como lo puede encajar Servais.