Hay que ser sinceros. Lo que antaño eran temporadas de gloria en busca del preciado trofeo que todos quieren, ahora son años incompletos en los que no se consigue lo que se espera. Porque a los Saint Louis Cardinals se le presupone, por mucho que sus rivales estén al 200%, que van a pasar a la post-temporada y todo lo que no sea eso es un fracaso. Lo fue en 2016 (segundos en la División Central de la Liga Nacional con un record de 86-76), en 2017 (terceros en la división con un record de 83-79) y lo ha sido en 2018 (otra vez terceros de división, aunque esta vez con un record de 88-74). Una situación que vieron venir desde la gerencia a media temporada y cortaron por lo sano, echando a Mike Matheny, manager del equipo, el 14 de junio. Su sustituto, Mike Shildt, lo intentó, pero fue en balde. Aquí había algo más.
Algo más que se lleva cociendo desde hace tiempo y que algunas actuaciones pasables lo han ido maquillando (en 2012 fueron subcampeones de la NLCS; en 2013 lucharon por las Series Mundiales; en 2014, como en 2012, fueron subcampeones de la NLCS; y en 2015 los Cubs les birlaron la NLDS). Si bien es verdad, aunque los Saint Louis Cardinals todavía pueden presumir de su granja, esta no lo es todo y la marcha de algunos que otros jugadores clave en la rotación como Jon Jay, Pete Kozma, Daniel Descalso, John Lackey, Matt Holliday y Jaime García, ha hecho que se eche en falta algo con el que rematar las temporadas. Porque siempre se está ahí, a las puertas, aunque cada vez estas son más pequeñas.
Cabe decir que los seguidores del equipo del estado de Missouri hace tiempo, y esto es lo que duele, que empezaron a no ilusionarse en balde, no fuera a ser que el golpe fuera más fuerte. Si, así son los últimos años para los fans de los Saint Louis Cardinals. Quien lo ha visto y quien lo ve.
– ¿Se cumplieron los objetivos de los Saint Louis Cardinals?
Evidentemente, y más tras lo leído en la introducción, queda claro que para los de Missouri todo lo que no fuese entrar en la post-temporada era un fracaso. No hablamos ya como líderes de su división, pues visto lo visto, los Cachorros hace tiempo que están un peldaño arriba; sino, al menos, como uno de los dos mejores segundos de la Liga Nacional y tener que jugárselo todo a la baza del “partido comodín”. Y así ocurrió: terceros en la División Central con un récord de 88-74, a 7 partidos y medio de los segundos, que fueron los Chicago Cubs; y a 2 partidos y medio de los Colorado Rockies, los últimos clasificados para jugarse la última plaza de los playoffs por esta parte del cuadro.
– Jugador revelación: Miles Mikolas.
Si, así es. El jugador revelación de los Cardinals este 2018 es Miles Mikolas. Un jugador que no viene de la granja, como suelen ser los candidatos y ganadores de este tipo de menciones de honor, sino de una liga como la NPB, donde formaban parte de los Yomiuri Giants. Allí llegó tras unos cuantos años en el circo de las Mayores (debutó en los Padres y luego pasó a los Rangers para acabar yéndose a Japón) y cosechó unos números dignos de volver a probar fortuna en la liga de su país (un record de 33-13, un ERA de 2.18 y 378 SO). Y vaya que si ha aprovechado su segunda oportunidad en la MLB. En un año convulso en Saint Louis, cambio de manager incluido, él ha sido la gran esperanza a la que se ha aferrado el equipo en busca de conseguir la machada y meterse otra vez en playoffs, tras varios años fuera. Sus datos dan buena muestra de ello: un record de 22-10, un ERA de 3.61 y 208 SO. Lo malo es que el resto de la formación no le ha acompañado.
– La decepción: Mike Matheny.
Este 2018 no cabe focalizar en un jugador todos los males del equipo, sino que hay que mirar más allá y repetir lo que algunos ya dijeron hace unas temporadas: Mike Matheny es (o, mejor dicho, era) un lastre. Si bien en sus primeras temporadas tuvo la flor en el culo al encontrarse con una plantilla bien montada por Tony La Russa; conforme han ido pasando los años esta se ha ido marchitando. Su principal problema ha sido no saber insuflar a los Cardinals de nueva savia que recuperase la senda ganadora que tenían a principios de esta década. Y si esta no está en tu granja, pues has de mirar y, sobre todo, gastarte lo necesario para conseguir aquello que necesitas. Que en este caso estaba claro: un ACE que batease lo necesario para ir ganando los partidos que intentaban, por su lado, amarrar la defensa.
Bueno, seamos sinceros. Decepción, decepción, no ha sido. Era algo que ya muchos veíamos venir.
– ¿Y en 2019?
A diferencia de otros equipos de las Mayores, que se han formado alrededor de unas cuantas estrellas, los Cardenales no tienen el hándicap que ocasiona el final de temporada y de los contratos de algunos (o muchos) de sus grandes jugadores. De ahí que de cara al 2019 lo que más puedan, y quieran, esperar es tener una rotación de pitcheo sana. Si se mantienen a gran nivel 3 o 4 pitchers, podrán construir una base que les permita levantarse de nuevo. Nombres tienen.
[Foto: Meeting on the mound (CC BY-SA 2.0) Charles Edward Miller @ Flickr]