En Disney Plus (plas para los más flipados) está el documental Shohei Ohtani: más allá del sueño. En él se habla de la primera parte de la carrera del jugador. En la parte en la que a todos nos caía bien.
Shohei nos habla de sus partidos en el colegio, instituto y liga japonesa. Salen sus ídolos hablando y de cómo sus referentes en el juego: Pedro Martínez e Hideki Matsui (entre otros) se han convertido en admiradores.
Ohtani, de niño, decidió que, de mayor, quería ser jugador de baseball y nos habla sobre su compromiso con el juego. Como desde pequeño traza un plan (lo deja escrito) que va siguiendo hasta convertirse en lo que hoy vemos que es, el jugador más espectacular de este siglo.
Una de las personas que más ha ayudado al jugador nipón es Hideki Kuriyama, que fue el entrenador que apoyó, desde un principio, las dos vertientes de Sohei. Fue el que siempre confió en su faceta bidireccional. Lo entrenó en los Fighters de Hokkaido (equipo de debut de Ohtani) y también fue el seleccionador que decidió que cerrara el WBC ante USA. Cómo no, dentro de la cultura japonesa, esa relación entre maestro y aprendiz es de máximo respeto, y Kuriyama sigue teniendo una gran influencia en las decisiones, y hasta deja caer lo que algunos imaginábamos: se plantea incorporar la defensa en el juego del japonés, seguramente como 1B o como jardinero.
Otra figura de gran relevancia en la vida profesional de Ohtani es Joe Maddon, entrenador que lo entrenó en los Angels y fue uno de los máximos defensores de la bidireccionalidad del jugador. A pesar de que en sus primeros años Shohei no bateó como DH de calidad, Maddon siguió apostando por el jugador. Y, según desprende el documental, el jugador tiene muy en cuenta la opinión de su ex manager.
CC Sabathia, en cambio, se sorprende de cómo una persona que se entrega de manera tan obsesiva a mejorar, y a una sola cosa, consiga lograr sus objetivos. Comenta que él no hubiera sido capaz y que su familia y sus hijos han hecho que consiga centrarse en el baseball y no se haya “despistado” más de lo que lo hizo.
Un jugador con el compartió equipo y dorsal, pero no al mismo tiempo, evidentemente, es Yu Darvish. Ambos jugaron con el 11 de los Fighters, un número de mucho peso en el equipo. Muchos se cuestionaron si Ohtani estaba a la altura del número, pero Darvish defiende a Shohei diciendo que ya en su juventud apuntaba maneras sobresalientes, y cómo mantienen una buena relación. Tanto es así que fue él el que convenció a Yu para acudir al WBC y ayudar a Japón a ganarlo.
Otro de los protagonistas del documental es Nez Balelo, su representante. Se ve que tienen una relación de máxima confianza. Sin duda el pitcher/bateador tiene que ser su jugador más importante y se nota. Shohei habla de por qué escogió los Angels como su primer equipo en América. (Durante el documental todavía no había fichado por los vecinos). Dice que las decisiones las medita mucho y que aunque la parte racional influye, al final se deja guiar por su instinto. Y que en los Angels entendió que iba a encontrar lo que buscaba. Un buen sitio para adaptarse: nuevo equipo, nueva ciudad, nuevo idioma, nueva liga, nuevo país… y él quería un entorno amable y la posibilidad de seguir desarrollándose como jugador bidireccional; Anaheim cumplía con todo. El documental está grabado en 2022 y, hasta ese momento, estaba contento con su decisión, aunque ya vimos que ha cambiado de parecer, para tristeza de muchos y alegría de unos pocos.
La película dura 100 minutos y es una sucesión de entrevistas con vídeos de algunas jugadas puntuales. Artísticamente no tiene ningún valor, pero está bien documentado y, si te interesa el baseball, el jugador es interesante. Me imagino que si eres de los Dodgers y quieres tirarte el pisto hablando de tu flamante fichaje no te queda otra que verlo.