Repitan mentalmente los equipos que estuvieron en los pasados playoffs. Astros, Dodgers, Yankees, Cubs, Nationals, Indians, Red Sox, Dbacks, Rockies y… ¡AHHHH! ¡Los Twins! Ahora piensen en los que van a estar en los playoffs en 2018. Quizás tengan dudas con las wildcards (parece difícil que los Twins repitan la machada. De igual manera parece complicado que la NL Oeste se vuelva a hacer con los dos comodines) pero los ganadores de división salen de carrerilla. Se te caen de la boca: Dodgers, Astros, Cubs, Indians, Nationals y Red Sox o Yankees (el que no se lleve la división pillará una wildcard).
Los expertos tampoco tienen ninguna duda. Las proyecciones de Fangraphs sitúan a Astros, Dodgers, Indians, Cubs, Red Sox, Yankees y Nationals con los mejores récords. Las casas de apuestas de Las Vegas tampoco difieren mucho. Los favoritos para hacerse con las Series Mundiales en 2018 son los siete mismos equipos.
Este favoritismo se debe en buena medida a las amplias ventajas que cada uno de los ganadores de división tuvo con sus rivales en 2017. Astros y Dodgers sacaron 21 juegos de diferencia a sus dos principales perseguidores. Los Nats se contentaron con 20 y los Indians «se quedaron» en los 17. Los Cubs, que firmaron un annus horriblis, acabaron con seis juegos de ventaja sobre unos más que sorprendentes Brewers. Mientras que Red Sox y Yankees, los dos únicos conjuntos que verdaderamente se disputaron una división, le metieron más de 10 partidos a los Rays. A pesar de que hubo momentos emocionantes a lo largo de la temporada las diferencias entre los «mejores» y los «peores» se acabaron haciendo muy evidentes.
Estas diferencias tan evidentes son las que están haciendo que el mercado de traspasos este tan parado. Solo los Yankees, que se ven muy cerca de los Red Sox, se han mostrado agresivos. Han decidido «comerse» el contrato de Stanton e ir de cabeza a por la división.
El resto de los equipos están siendo más bien prudentes. Tampoco hay muchos incentivos. No hay ningún jugador especialmente ilusionante disponible y la contratación de Fulano o Mengano no supondrá un giro copernicano en el panorama de ninguna división. Mejor guardar la ropa y, quizás, cuando los nervios por no tener equipo empiecen a aflorar entre los agentes libres conseguir un chollito de última hora.
El caso más paradójico de toda esta off-season es el de Eric Hosmer. El inicialista de los Royals es un buen jugador, no llega a la categoría de estrella, pero es un tipo que puede ayudar mucho a cualquier franquicia. Sonaba con fuerza para los Red Sox, pero Dombrowski decidió no arriesgar. En Boston se renovó a Moreland y Hosmer se quedó sin su opción principal. Los Indians, con un payroll algo justo, se hicieron con Yonder Alonso para cubrir la primera base y las cosas se pusieron todavía más negras para Hosmer.
Podría resultar un jugador atractivo para los Giants, pero en San Francisco parecían paralizados por no haberse hecho con Giancarlo Stanton, pero se pusieron las pilas y han adquirido a Andrew McCutchen, la estrella de los Pirates. Ni siquiera parecen interesados en Cain, un jugador más barato que Hosmer y que cubre una posición en la que están más necesitados. En las últimas semanas han sonado los Padres, pero para irse a San Diego me temo que Hosmer preferirá quedarse en Kansas City. Algo similar les está sucediendo al ya mencionado Cain y a Moustakas. Dos jugadores más que interesantes a los que no les están llegando ofertas. Todos nos preguntamos a qué narices están esperando los Cardinals, un conjunto que podría aspirar a luchar con los Cubs, si consigue reforzarse un poquito.
Los únicos equipos que han mostrado cierta valentía en los fichajes han sido los Angels y los Rockies. A los de California no les ha importado compartir división con los campeones. Le han pagado una pasta a Justin Upton, han conseguido firmar a Shohei Othani y han reforzado el infield con Cozart y Kinsler. Los de las Rocosas están en una situación similar, les toca bailar con los Dodgers y aún así han decidido reforzar el bullpen a golpe de talonario: Jake McGee, Bryan Shaw y Wade Davis.
Los Brewers también han intentado reforzarse, pero su condición de mercado pequeño parece limitarles mucho. Después de que sonara con fuerza la opción de Jake Arrieta han acabado haciéndose con Gallardo y Chachin, dos abridores que no ilusionan tanto como el ex pitcher de los Cubs pero que pueden dar cierto empaque a una rotación que dejó un buen sabor de boca en 2017.
Entre los grandes perdedores de este mercado están los Orioles. Un equipo con una gerencia irritante cuyo denominar común en los últimos años es resistirse a hacer traspasos. Los de Baltimore han sido incapaces de tradear a Manny Machado aún sabiendo que no renovara por el equipo el año que viene. Parece ser que tuvieron sobre la mesa una oferta de los Cubs en la que se incluía a Addison Rusell (¡con aún cuatro años de control!) y la rechazaron. Tampoco han sido capaces de deshacerse de Zach Britton (que a finales de Diciembre se lesionó para seis meses), Darren O’Day ni Brad Brach. Tres relevistas de primer nivel por los que podrían haber sacado piezas interesantes para reforzar el farm system. Otra muesca a más al revólver de mala gestión de DanDuquette.
La sensación es que avanzamos hacía una liga de dos velocidades. Con un grupo selecto y reducido de equipos que se reparten las estrellas y las opciones de triunfo y una clase baja muy baja cuyo único objetivo es la reconstrucción.