La sobriedad de los Rays y el saber hacer del manager Kevin Cash pudieron con Oakland. Poco importó que el Coliseum se vistiera de gala. El estadio, al que muchos consideran el más feo de la MLB pero que tiene una personalidad única, presentaba un ambiente espectacular. Se registró un lleno y los aficionados empujaron desde la primera hasta la novena entrada. Los A’s no estuvieron a la altura.
El 0-0 no duró en el marcador. Yandy Díaz, leadoff hitter de los Rays, mandó la bola a las gradas en su primer at bat. Repitió en el segundo, pero antes Avisail García ya había tenido tiempo de conectar otro doble home run. En la tercera entrada los Rays ya ganaban 4-0. Tres bambinazos idénticos: bates diestros conectando bolas rápidas elevadas y localizadas en la parte exterior de la zona de strike.
Los Athletics no tenían respuesta a los zarpazos de los Rays. No importaba que Charlie Morton fuera incapaz de localizar su curva. Oakland ponía corredores en base pero no remataba. Solo tras un error y un elevado de sacrificio de Ramón Laureano consiguió anotar una solitaria carrera que daba ciertas esperanzas a un Coliseum entregado.
Antes de terminar el tercer episodio Bob Melvin ya había prescindido de un Sean Manaea muy desacertado. Se encomendó a su bullpen y a sus dos estrellas: Marcus Semien y Matt Chapman. No hubo suerte. La tónica del partido siguió siendo la misma. Los A’s colocaban corredores en base y a continuación veían como se terminaba la entrada.
Entonces los “mercenarios” de los Rays prepararon otra emboscada. Los de Tampa son un equipo construido con “desechos”. Con peloteros que otras franquicias no consideraban importantes. Yandy Díaz salió de los Indians, Austin Meadows de los Pirates y Avisail Garcia no fue renovado por los White Sox. El que castigó a los A’s en esta ocasión fue Tommy Pham , ese jardinero del que los Cardinals se desprendieron inexplicablemente. Y lo hizo con otro cuadrangualar. 5-1.
La ofensiva de los Rays tenía cavada la fosa. Cash y sus relevistas se encargaron de clavetear el ataúd. A día de hoy pocos manejan el bullpen como el manager de Tampa. Sacó a Morton al final de la quinta y gestionó a sus relevistas con brillantez. Lanzaron cuatro últimas entradas impecables: 3 hits, 0 bases por bolas y 8 strike outs.
Por segunda temporada consecutiva los Oakland A’s consiguen 97 victorias en la temporada regular y por segunda vez de forma consecutiva caen eliminados en el comodín, esta vez en el Coliseum. El año pasado el manager Bob Melvin falló al elegir a Liam Hendricks como opener del choque contra los Yankees. Este año tampoco ha acertado al escoger a Manaea. Dos eliminaciones claras en las que Mike Fiers, probablemente el abridor más regular del roster, no ha lanzado ni una entrada.
Los Rays, por su parte, salen muy reforzados del choque. Sus armas están claras: un grupo de bateadores eficientes y versátil, una rotación un tanto corta pero muy dominante y un bullpen sin grandes nombres pero que en manos de Cash se convierte en un mecanismo perfecto. Ahora les toca bailar con la más fea. Unos Astros que todo el mundo ve como clarísimos favoritos.