El porcentaje de zurdos, izquierdos o siniestros, como los queramos llamarlo, en el mundo se sitúa alrededor del 10%, pero ese porcentaje es mucho mayor en Estados Unidos, resultando especialmente sorprendente el índice de zurdos entre los inquilinos de la Casa Blanca, siete de los últimos catorce presidentes son o fueron zurdos.
Y en homenaje a todo ello, anoche vivimos un partido de pitchers zurdos, un partido marcado por los zurdos.
Salieron los Cubs evitando zurdos, dado el mucho mejor porcentaje de Kyle Freeland frente a los izquierdos. No se prescindió de Rizzo y Murphy, por supuesto. Entraron Albert Almora Jr. y David Bote, jugadores que mejoran sus cifras ante zurdos y quedaron fuera Jason Heyward y Kyle Schwarber, ambos en la recámara y objetivo continuo de las cámaras de ESPN.
Tiraron de la experiencia en el montículo los cachorros, Jon Lester (34) (Cole Hamels (35) preparado por si las moscas en la cueva). En tiempos de zozobra y carencia, experiencia. Vigésimo segunda salida del pitcher de Washington, que lleva ya tres anillos y treinta y cuatro años de vida. Pero no es solo experiencia lo que aportaba Lester, sino también una ERA de 2.55 en 148 entradas en postemporada.
Y si los años sirven para controlar el partido de inicio y evitar que el marcador se ponga cuesta arriba nada más abrirse, no fue así con Lester, Charlie Blackmon, el primer bateador al que se enfrentó anotó carrera, zurdo contra zurdo, previa base por bolas, especialidad Cubbie esta temporada, a niveles impropios en un conjunto de play-offs, y globo de sacrificio de Nolan Arenado. Impresionaba la expectación e intranquilidad que generaba en la hinchada del norte de Chicago cada llegada al cajón de bateo de Blackmon.
Tras las alegrías de la primera entrada quedó el partido cerrado, mínimos embasamientos y casi nulos jugadores en posición de anotar, y hasta que no dejaron el montículo los abridores el partido no se puso “emocionante”. Le faltaba alegría a un enfrentamiento marcado por el cansancio de ambas escuadras, por un lado unos Cubs con 42 partidos en 43 días, y por otro, unos Rockies con agenda de feriantes, en tres días de locura en que han jugado de forma consecutiva en Denver, Los Ángeles y Chicago, tres husos horarios distintos.
Jon Lester dejaba el partido tras 86 lanzamientos y seis entradas completas, 9 SO, igualando su récord de SO en postemporada, y superando a Greg Maddux y Randy Johnson en la lista de SO en postseason de todos los tiempos. Decisión de Joe Maddon que hizo estallar al que marcara época con los Red Sox.
Espectacular Kyle Freeland, economizó los lanzamientos, eliminó a 15 jugadores seguidos de los Cubs, y solo el especialista en zurdos Albert Almora Jr. le colocó dos hits. Llegó a las 6 2/3, con 82 lanzamientos y 2 SO. Catastrófica resultó la sustitución en la séptima, wild pitch en el primer lanzamiento para Adam Ottavino que permitió a Albert Almora Jr. llegar a segunda. Siguió con base por bolas a Wilson Contreras, y le acabó de complicar la vida una inoportuna interferencia del cátcher, Chris Ianetta, que llenó las bases, salvó finalmente los muebles el pitcher neoyorkino eliminando a Jason Heyward, recién entrado al juego. Era la gran oportunidad para los Cubs, con los Rockies contra las cuerdas, con pitcher y cátcher desquiciados, que no supieron aprovechar.
Llegábamos a la octava entrada, la de los malos augurios para los Cubs. Pero esta vez no fue así, con dos eliminados, el rapidísimo Terrance Gore entraba por Anthony Rizzo en primera, nada más ingresar en el campo se robaba la segunda base, y un doble de Javi Báez permirtía que Gore le diera el empate a los Cubs.
Y llegamos a entradas extras, cuatro se llegaron a disputar, hasta que nos encontramos con una de esas historias que tanto nos gustan, esas historias de pequeños contra grandes, de Davids contra Goliats, era la treceava entrada de un partido jugado en martes, no podía ser de otro modo para un equipo, una afición y un estadio abonados históricamente a la superstición. Tony Wolters un cátcher reserva, de 26 años, que entraba en la parte baja de la duodécima, impulsaba a Trevor Story para ganar el partido, y lo hacía ni más ni menos que frente a ese Goliat que es Kyle Hendricks, y lo hacía mediante una línea bateada al centro, el 14 frente al 28, justo el doble.
Quedaron los Cubs fuera de postemporada en un partido en que agotaron sus bateadores y solo quedaron dos pitchers en la cueva, dejando diez jugadores en base y consiguiendo solo 6 hits en 13 entradas. Habían llegado a las Series de División en las últimas tres temporadas.
Por supuesto, Tony Wolters es zurdo, Kyle Hendricks, por supuesto no.