Béisbol o baseball, al igual que otros deportes tiene toda clase de aficionados, unos más, y otros menos apasionados, pero al fin todos amantes de este deporte.
Ser fanático del béisbol aplica tener un mínimo conocimiento, (se vale no saber que es un squeeze play) para entender la idiosincrasia del mismo, pues es un deporte plagado de reglas, que dificulto que otro deporte las tenga.
Se dice que nació en Cooperstown (New York) en 1839, y así con casi de 200 años de estarse jugando, es un deporte que no todos en este mundo le conocen o entienden.
Por mi parte empecé esta afición y a disfrutarlo desde muy pequeño en mí pueblo natal, pues vengo de una familia beisbolera.
En el verano panameño era casi una obligación salir todos los días a birriar Béisbol *jugar* con los chiquillos del barrio; a ver, piensen por un momento que son los protagonistas de la famosa película The Sandlot o llamada también Nuestra Pandilla, y es que en realidad así eran los escenarios donde disfrutábamos a diario este deporte.
Ahí se aprendía desde lo más fundamental, hasta lo más complejo y se planeaban, cual Manager de Grandes Ligas las estrategias más poderosas con el fin de sacar la victoria.
De niño todo se vale: llorar, gritar, patear, hasta llevarse el único bat (aplica si el chiquillo llorón era el dueño) con el que se jugaba a la pelota, con el fin de revertir una jugada, ya fuera un hit o un out, todo esto con el afán de ganar la birria…. Que tiempos aquellos.
Ahora hablando un poco de aficiones beisboleras de MLB, les voy a mencionar solo a dos de las que considero yo “léase bien” son las más fieles a sus equipos; empecemos.
Con sede en el Wrigley Field, un estadio ubicado al norte de la ciudad, juegan los Cachorros de Chicago, un club que tuvo que esperar hasta el año 1989 para que sus fanáticos los vieran jugar por primera vez con luz artificial.
Y es que siendo uno de los equipos con más fama en MLB les cayó, dicen sus aficionados una maldición que se pensó nunca acabaría. La maldición de la Cabra.
Una afición que sufría decepción tras decepción, y como olvidar ese sexto juego contra los Marlins en Wrigley y el incidente de Moises Alou con el fanático Steve Bartman, ese 2003 los Cachorros tenían un equipo de ensueño.
Pero como todo no dura para siempre, 108 años después, los Cachorros levantaron el codiciado trofeo como ganadores de la Serie Mundial de 2016.
Ubicado en la 4, Yakwey Way se encuentra el mítico Fenway Park, hogar de los Medias Rojas de Boston, otro de los equipos con la fanaticada más fiel que existe en MLB.
Un equipo perseguido también por otra supuesta maldición “La Maldición del Bambino” que los marginó por 86 años sin ver a sus muchachos levantar el trofeo de Campeón de la Serie Mundial.
Serie Mundial 1986, sexto juego en New York y jugando la primera base Bill Buckner y este pierde un rodado, y bueno; lo demás es historia.
Como olvidar también el cuadrangular de Aaron Boone a Tim Wakefield en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003 para dejarlos en el terreno. Es que eran años difíciles para la afición Bostoniana.
Pero todo termina y llegan los momentos de gloria, como ese regreso en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2004 para ganarla; después de estar en desventaja 3 juegos en contra de los Yankees y luego ganar la Serie Mundial después de 86 años barriendo a los Cardenales en 4 juegos.
Solo he querido mencionar unos cuantos acontecimientos (suficientes creo yo) para demostrarles por qué son los Fanáticos de los Cachorros y los Medias Rojas los mejores de MLB.
¡A disfrutar del deporte Rey, y sigamos camino al montículo!