Los Baltimore Orioles empiezan el segundo año de la etapa Rubenstein con la sensación de no tener un equipo competitivo en esta ventana de jugadores jóvenes. La desesperación se apodera de los aficionados como si un título se necesitase como la lluvia en una sequía. Lo cierto es que, viendo la acumulación de talento en el roster, especialmente en cuanto a grandes estrellas, es imposible pensar en que este equipo no debería ser mejor.
Bien es cierto que el plan de Mike Elias es optar por un equipo que sea competitivo 162 partidos al año y después llegar a la postemporada con la suficiente carga de trabajo para estar en forma, pero no tanta como para llegar desgastados (Véase los últimos PO). No se puede negar que es un plan como cualquier otro, pero está claro que para el aficionado promedio no deja de ser un equipo corto. Seguramente para cualquier tipo de aficionado está afirmación se igual de cierta, solo que dependiendo del lado en que te encuentres verás el vaso de una manera.
Los del vaso medio lleno te dirán que los Orioles hicieron ofertas bastantes competitivas por Burnes y Santander y que, por tanto, el club no puede hacer más por retener a dos de sus jugadores estrella. Los del vaso medio vacío te dirán que loa franquicia podría haber peleado más y que sustituir a los mencionados con Charlie Morton, Tomoyuki Sugano y Tyler O’Neill es poco menos que nada.
Si unes las dos perspectivas seguramente te encuentres en una visión más cercana a la realidad de la franquicia. Se intenta, pero no se llega a conseguir el plan A. Y el plan B parece degradar mucho al primero. Es por ello que este equipo a pasado de ser el mejor equipo de la Americana a uno de Wild Card en dos años. No se termina de dar el paso definitivo y la ventana competitiva no es infinita. Solo va a durar dos o tres años más.
Las opciones de los Orioles han crecido exponencialmente después de que los Yankees hayan sufrido el infortunio de la lesión de Cole, pero igualmente, es una lucha que depende del sufrimiento del resto. No es que sea mérito tuyo.
Seguramente un plan que incluye una mejora de Rustchman, Holliday, Cedric Mullins y que jugadores como Henderson o Westburg mantengan el nivel no parece mal del todo. Sin embargo, los problemas de la rotación no hacen ver un presagio muy positivo para los Orioles. Si el rendimiento de los abridores es el esperado y no hay grandes lesiones, este equipo puede aspirar a llegar a la ronda divisional. Pero que el techo sea tan bajo produce un sentimiento de hastío en Baltimore. Está claro que Mike Elias tiene un plan y no tiene porque dar señales, pero el problema es que la ciudad está a oscuras.
Altas: Charlie Morton, Tomoyuki Sugano, Gary Sánchez y Tyler O’Neill
Bajas: Corbin Burnes, Anthony Santander
Lineup:
El lineup de los Orioles es el mismo que el de la temporada pasada con la sustitución de Anthony Santander por Tyler O’Neill que además tiene el honor de ser el primer contrato, en agencia libre, de más de un año que ha firmado Mike Elias desde que hizo cargo de la gerencia de los Orioles.
Ya los números de la temporada pasada fueron buenos en este equipo, pero parece que la llegada de Tyler O’Neill le da un poco más de equilibrio en el ataque y en la defensa, aunque sea perdiendo a Santander en el proceso. Si O’Neill se mantiene sano alrededor de 130 partidos (está por ver), podremos ver a un equipo mejorado. Si esa circunstancia no se da, vamos a ver a los Orioles sufriendo en el outfield. Heston Kjerstad y Ramón Laureano parecen buenos suplentes, pero no precisan de la calidad, de momento en el caso de Kjerstad, para ser jugadores titulares de un equipo competitivo. Menos dudas hay con respecto a Mullins y Cowser.
En cuanto al infield, hay una sobrecarga de jugadores que pueden ocupar las posiciones del diamante. En cada puesto hay dos jugadores que pueden jugar en cualquiera de las posiciones una vez vuelva Jorge Mateo. Lo cual encaja a la perfección con el plan de llegar en forma, pero no demasiado cansado a los PO. Un paso delante de Holliday puede ser clave para insuflar un poco de cambio en este equipo.
En cuanto al cátcher, el mal año 2024 de Rustchman ha hecho saltar las alarmas en todas las casas de Baltimore (y alguna en Granada también). Los problemas con Rustchman son los mismos que en 2024: la mejor producción de Rustchman viene jugando en el DH y el #5. Dos cosas que no te puedes permitir. Veremos en que puede ayudar en eso Gary Sánchez.
Rotación:
La rotación de los Orioles tiene 11 jugadores capaces de abrir partidos, esa es una profundidad a destacar viendo como se mueve el béisbol moderno. La única traba de todo es que 5 de esos jugadores están en la IL. Kyle Bradish, Chayce McDermott, Grayson Rodriguez, Trevor Rogers y Tyler Wells son los nombres. Se espera que vuelvan en algún punto del año, aunque para Bradish y Wells va a ser más difícil (ambos se operaron de TJS).
Además de todas las lesiones, la perdida de Burnes ha dejado un hueco muy difícil de llenar. Este equipo no tiene un verdadero #1. Es un conjunto de #2 y #3 que puede elevar el suelo del equipo, pero no el techo del mismo. Es un equipo pensado a largo plazo, no en tener una estrella rutilante. Lo más cercano a un ace serán Eflin y Rodriguez, pero no terminan de serlo.
Por otra parte, la llegada de Charlie Morton y Tomoyuki Sugano aporta veteranía a un equipo que la necesitaba. Nadie espera que vayan a completar 200 entradas, pero un número entre las 140 y las 160 puede ser suficiente para considerarlo un éxito para ambos.
El resto no está muy claro cómo se va a mover durante la temporada. Povich y Dean Kremer van a ser parte de la rotación al principio. Cuando Rodriguez este disponible uno de los dos tendrá que dejar su puesto. Seguramente Kremer sea el descartado por el brazo zurdo de Povich. Habrá que estar atento también a la situación de Albert Suarez, la sorpresa de la temporada pasada.
Bullpen:
Félix Bautista vuelve al bullpen de los Orioles. Esa es la noticia de la temporada para los relevistas de los de Baltimore. El mejor closer de la temporada 2023 volverá a ocupar su puesto después de la operación de codo que le apartó del pasado curso. Fuera de él y Yeiner Canó quedan muchas dudas, especialmente después de la lesión de Andrew Kittredge.
Gregory Soto y Seranthony Domínguez no fueron las incorporaciones que se esperaban para el puesto de closer y setup. Y este training camp no está yendo especialmente bien. Sobre todo, para Domínguez, que tiene una ERA de más de 20 puntos al cierre de este artículo. Otro que no está empezando bien el año es el especialista zurdo del equipo, Keegan Akin. En general, muchas dudas después de Canó y Bautista. Solo es marzo, pero igualmente hay dudas de lo que puede hacer este bullpen y muy probablemente se necesite de ayuda de las granjas.
Apunten los nombres de Kade Strowd o Levi Stoudt, por si os hace falta para una fantasy en el futuro.
Entrenador:
Brandon Hyde ya se puede considerar a si mismo como un entrenador asentado y con un estilo en la MLB. La versatilidad del lineup, moviendo jugadores en el orden de bateo, si hace falta, navegar el bullpen de forma efectiva, etc. No lo han renovado en Baltimore por nada: es un buen gestor de grupo y tiene una afinidad fuerte con Mike Elias y el equipo de analytics, fundamental para estar presente en una organización moderna.
Principales prospectos:
Samuel Basallo y Coby Mayo son el futuro de este equipo. Irónicamente, puede que sea jugando en otra organización. Los puestos de C, 1B y 3B están cubiertos (a priori y habrá que verlo todo, en especial en primera). Con lo que no van a tener hueco en este equipo a corto plazo.
Basallo tiene 20 años así que empezar la temporada en AAA no le vendrá mal, pero Mayo está sobradamente preparado para ser el 1B de este equipo desde ya. Mountcastle tiene dos años de arbitraje, así que a no ser que pase algo será ocupando ese puesto. Mayo puede ser una pieza de cambio importante en julio ya que es un jugador cotizado: tiene poder, bateo de contacto y brazo. Puede ser el 3B de un equipo en reconstrucción sin ningún problema.
Basallo por su parte puede ser la solución de los problemas de Rutschman. La evolución de Basallo durante el último año y medio lo ha convertido en un jugador viable para jugar en la posición de C en la MLB. Esto podría mover a Rutschman a 1B o al DH (lo cual haría más posible un traspaso de Mayo) y reforzar el bateo del equipo.
La granja de los Orioles no es tan profunda como era hace unos años, pero el nombre de Enrique Bradfield Jr, que está llamado a ser el mejor CF defensivo de la liga. Si el bateo evoluciona lo suficiente, será el sucesor de Mullins de aquí a un año. Aunque evidentemente, la progresión no es lineal así que habrá que estar atento al desarrollo del primera ronda de 2023.
Puntos fuertes:
–Gunnar Henderson es un SS top de la MLB. Es imposible que eso no te aporte a todos los niveles.
-El equipo técnico de pitcheo es de los mejores de la liga. Bien es cierto que en la última temporada dejó alguna duda (Domínguez, Rogers…), pero saben sacar lo mejor de lo que tienen
-El equipo está hecho a la medida del entrenador y viceversa. Sinergia.
-Vuelve el LF original.
Puntos debiles:
-Rutschman no está siendo la revolución que se esperaba. Es un gran jugador, pero le falta un paso para ser una estrella y eso marca la dinámica del equipo por completo.
-La rotación es pobre en cuanto a profundidad y variedad de jugadores. Culpa de esto viene de las lesiones, pero así funciona el béisbol. Con una buena planificación se podría haber solucionado.
-La falta de agresividad de este proyecto puede salir cara.
Evolución:
En 2020 los Orioles fueron el quinto peor equipo de la liga. En 2024 ganaron 90 y en 2023 101, título de división incluido. Está clara la evolución positiva, pero sí da la sensación que el equipo se ha estancado. ¿Problema de expectativas? Puede. Desde luego en un lustro este equipo ha dado un cambio de 180 grados, hasta en la propiedad.
