Hoy toca acabar con la Liga Americana donde, salvo un pequeño oasis en el desierto pilotado por los Athletics, la división Oeste ha estado marcada por unos Houston Astros que han sido dominadores absolutos de esta división oeste.
Y es que si hay un equipo que se puede permitir la baja de dos de sus mejores hombres es la franquicia de Houston. El primero, George Springer, optaba por hacer las maletas y mudarse de país (aunque no este año ya que los Blue Jays están jugando en Buffalo por el COVID) y el segundo, Justin Verlander, por lesión, la temida cirugía Tommy John. Sin embargo, si algo caracteriza a los Astros es la profundidad de plantilla y eso hace que tanto las bajas como las lesiones se noten menos.
Si algo destaca en Houston es el ataque. Después de un 2020 donde los jugadores parecieron querer sembrar dudas sobre si su rendimiento al bate se debía al tema del robo de señales, los jugadores este año han dado un paso al frente y en términos globales, lideran la liga en promedio de bateo (.269) y OBP (.344) y son terceros en slugging (.439). En resumen, son la mejor ofensiva de la liga. Son el equipo al que menos le eliminan por SO (672 por 720 de los Blue Jays, segundos), lo que habla de lo importante para ellos que es poner la pelota en juego. Por eso es difícil citar nombres ya que todos están poniendo su granito de arena. Jose Altuve está estelar llegando ya a 20 HRs, Yordan Alvarez ha vuelto tremendo después de apenas jugar en 2020 (.294 con 16 HRs), Carlos Correa quiere ganarse un buen contrato en la agencia libre (.288 con 16 HRs) y Michael Brantley sigue siendo una máquina perfecta de batear (.326 de promedio, cuarto de la liga). Kyle Tucker demuestra que no es flor de un día (.271 y 15 HRs) y, además, Myles Straw reemplaza perfectamente a Springer aportando menos en ataque, pero más en defensa y en rapidez. Y por no hablar de Yuli Gurriel (.313 con 10 HRs) y el lesionado Alex Bregman. Un lineup de terror para los lanzadores rivales.
En defensa, a pesar de no infundir tanto miedo nombre a nombre, están haciendo el trabajo a la perfección. Ninguno de sus abridores llega a 4.00 de ERA. Ni Zack Greinke, ni Luis Garcia, ni Lance McCullers, Jr., ni Jose Urquidy, ni Framber Valdez, ni Jake Odorizzi ni Cristian Javier. Sí, he dicho hasta siete abridores porque las frecuentes lesiones de los lanzadores apenas se están notando por la rotación más larga de la liga. Si hay que poner un lunar a la temporada, ese es el bullpen que a pesar de la excelsa labor de Ryan Pressley (1.42 de ERA con sólo un blown save), el resto está más discreto. ¿Un área a reforzar en el cierre de traspasos? Ahora mismo, no ver a los Astros en las World Series sería una sorpresa mayúscula.
Por detrás, se sitúan los siempre competitivos Athletics que están teniendo bastantes más piedras en el camino y, sobre todo, están teniendo más problemas en esquivarlas. Uno de sus principales prospectos, Jesus Luzardo, ha sido incluso bajado a Triple A debido a sus problemas para evitar dejar a corredores fuera de las bases (tercero peor de la liga en WOBA) y un ERA astronómico de 6.87. Unido a la imposibilidad de Frankie Montas de volver a la forma pre sanción (4.41 de ERA) y la baja de larga duración de Mike Fiers hace que la rotación se quede un tanto corta a pesar de las inesperadas aportaciones de Cole Irvin (3.65) y, sobre todo, James Kaprielian (2.90). Chris Bassitt sigue siendo el ace del equipo (tercero en victorias de la liga con 10 y un ERA de 3.28) aunque Sean Manaea está discutiéndoselo con una gran campaña (3.19).
En ataque Matt Olson es quien está tirando claramente del carro con una primera parte de temporada colosal. Séptimo jugador en HRs con 23, en slugging (.567) y en OPS (.938). Del resto, es el equipo 23 en promedio de bateo (un escaso .232) aunque en poder está más por encima de promedio (noveno, por ejemplo, en HRs). El experimento Mitch Moreland de DH no está funcionando (.236 y apenas 6 HRs) y por ahí se ven posibilidades de mejora (¿Nelson Cruz?). Jed Lowrie ha sido una buena adquisición. Parece asegurado que los A’s volverán a estar en play offs ya que Yankees e Indians están de capa caída y los Blue Jays parecen ser los principales rivales estando como los otros dos a 4 partidos y medio, distancia corta pero difícil de recortar siempre.
Terceros en la división están unos meritorios Mariners y a los que se les está dando poco valor y prensa, incluido yo. Y eso a pesar de ser el peor equipo en ataque de la MLB, incluyendo “protagonismo” en varios no hitters. Últimos en promedio de bateo con .216, y en OBP con .292 y quinto peor en slugging con .377. La lesión de Kyle Lewis en la rodilla ha hecho mucho daño al equipo y la promoción de su principal prospecto Jarred Kelenic ha sido decepcionante. Mitch Haniger es el principal activo (.257 con 20 HRs) y candidato claro a traspaso, al igual que Kyle Seager (16 vuelacercas). Ambos son los únicos que están poniendo números decentes y la paciencia parece estar acabándose con Evan White.
Sin embargo, en el cuerpo de lanzadores es donde se están viendo las luces de la franquicia. Aunque curiosamente los brazos a priori más fiables están naufragando. Marco Gonzales (5.88) y Justus Sheffield, menos fiable que el primero, con 6.48, están pasando un año difícil maquillado por el año tremendo de Yusei Kikuchi (ha añadido una cutter a su repertorio y ha mejorado mucho su movimiento vertical en la slider), la gran aparición de Logan Gilbert (top 10 en porcentaje de walks con 5,1%) y la sorprendente aportación de Chris Flexen tras destacar en Corea en 2019 y 2020. En el bullpen, la debacle como cerrador de Rafael Montero ha hecho que se descubra a un abridor convertido en relevista que lo está haciendo de cine, Kendall Graveman (0.95 de ERA con 8 salvamentos).
Cuartos en la división aparecen los Angels de Shohei Ohtani. Y es que entre su tremenda campaña en ambas posiciones (DH y pitcher) y la lesión de su estrella, este año no es el equipo de Mike Trout. Líder en HRs de la liga con 33, se nos acaban las palabras sobre Ohtani que une un ERA de 3.49 en 13 aperturas. Jared Walsh también está increíble en primera base, lo que supuso el despido de Albert Pujols, con 22 HRs y un promedio de .278 y Justin Upton está bateando también fuerte (14 HRs). Pero las lesiones están impidiendo que las estrellas del equipo, Trout y Anthony Rendon, se unan a la fiesta. En resumen, segundo equipo en slugging (.440) y cuarto en promedio con .257.
Pero, ¡¡¡sorpresa!!!, la rotación no ayuda en absoluto. Si te gastas todo el presupuesto en bate, no esperes nada del montículo. Y así está siendo. Quinto peor en la liga en ERA con un pésimo 4.89 y con poco que llevarte a la boca. Andrew Heaney, Dylan Bundy y Griffin Canning están decepcionando y apenas Ohtani, Alex Cobb y Patrick Sandoval están poniendo números promedio. ¿Se moverán buscando brazos? No apostaría ni un solo céntimo.
Por último, y llevándose las derrotas de los demás equipos de la división y siendo el único por debajo del 50% en victorias), los Texas Rangers, cuyas únicas buenas noticias parecen más carne de traspaso que de seguir disfrutando de su nuevo campo. Adolis Garcia es, seguramente, la revelación del año (.270 con 22 HRs y 8 bases robadas) en toda la liga y Joey Gallo sigue sacándola con mucha facilidad (24 HRs) con promedios bastante bajos (tercero con más SO, 108 tras Javier Baez y Matt Chapman). Nate Lowe ha sido una buena adquisición y Isiah Kiner-Falefa parece desinflarse después de un gran comienzo. Del resto, mejor ni citar.
En defensa, Kyle Gibson está teniendo la mejor temporada de su carrera y seguramente será traspasado siguiendo la táctica de “Sell high” a equipos que busquen ayuda en su rotación. La inclusión del cutter y la capacidad de reducir los barrels encajados (top 10 de la liga), claves en su rendimiento. Dane Dunning, adquirido en el traspaso de Lance Lynn, pinta bastante bien pero el resto no acompaña. Aún es sorprendente que haya franquicias que apuesten por Mike Foltynewicz, por ejemplo. Ian Kennedy está reviviendo como closer una carrera que aletargaba.
Estás serían mis apuestas a los premios de esta división:
MVP: Shohei Ohtani (Angels)
Cy Young: Kyle Gibson (Rangers)
Rookie del año: Adolis Garcia (Rangers)
Entrenador del año: Scott Servais (Mariners)