El pasado Viernes era la fecha tope para ofrecer contratos a jugadores elegibles para arbitraje. Una de las fechas claves de comienzos de postemporada donde cada equipo debe valorar si merece la pena ofrecer el dinero proyectado a ganar a aquellos jugadores que están en sus años de control. Una decisión muy importante y donde hay que valorar claramente la tendencia en el rendimiento de esos jugadores y si las estadísticas en las que se basan los sistemas de proyección de arbitraje reflejan lo que, de verdad, aporta ese jugador a la franquicia.
Y, como siempre, hay jugadores que quedan libres de forma sorprendente al no ser ofrecidos por sus equipos ese contrato.
Si alguien copa los titulares de este año ese es Cody Bellinger, jugador de los Dodgers, y que, en su último año de arbitraje, proyectaba a ganar más de 18 millones de dólares. Ese salario, obviamente, está valorado por sus tres primeros de carrera, donde hizo números que le valieron llevarse el premio a novato del año en 2017 y el MVP de la liga nacional en 2019. Sin embargo, su rendimiento a partir de entonces ha caído tan en picado que, 3 años después de su premio a jugador más valioso, ahora mismo está sin equipo. Cosa que se veía muy posible y se barruntaba desde que los Dodgers fueron eliminados por los Phillies en estos pasados playoffs pero que, hasta que no se hace efectivo, no se convierte en noticia.
2 lesiones parecen marcar ese extraño declive en el rendimiento de Belli en Los Angeles. El primer momento clave fue cuando, después de conseguir un decisivo Home Run en las series de campeonato de la Liga Nacional de 2020 contra Atlanta Braves que certificó el pase a unas World Series que luego ganarían ante los Rays. Después de llegar a Home, Bellinger hacía la típica celebración con Kike Hernandez golpeando sus antebrazos. Tanto júbilo en la misma le llevó a un hombro dislocado (el derecho) y a una cirugía en el hombro en la postemporada de 2020.
La segunda lesión es una fractura en el peroné en 2021 tras una colisión en una intrascendente jugada contra los Athletics llegando a primera base con un 10-3 a favor.
Estas dos lesiones pueden explicar en parte la decadencia de Bellinger ya que no dejan de ser dos lesiones importantes en dos partes del cuerpo fundamentales para este deporte, hombro y pierna. Aunque hay gente que no ve causa directa entre estas lesiones y su declive. Las razones es que, con el hombro dislocado, fue capaz de batear con velocidades de salida altas en las World Series de 2020 (111,2 millas por hora ante Charlie Morton). Y que su declive ya empezó en la temporada regular previa a esa lesión de hombro, sensación mermada por una muy buena postemporada de 2020.
Esto ha hecho que Bellinger protagonice cada año, en cada entrenamiento primaveral, una serie de cambios en sus posturas de bateo buscando la efectividad perdida y, de forma siempre inconsciente, proteger aquellas partes de su cuerpo afectadas por las lesiones. Si se observa la foto de abajo, la postura de Bellinger con las piernas es una posición más abierta donde el swing parece hacer trabajar un poco menos al hombro derecho, hombro sujeto a la cirugía.
En Marzo de 2022, Bellinger hizo más ajustes en su posición y esta vez buscó cambios en los brazos. Primero bajando un poco los brazos y colocando los brazos más frontales para acabar su spring training con una posición más parecida a los del año anterior, colocando su bate arriba y cerca de su hombro.
Los resultados en estos 3 años después de numerosos cambios en la posición de bateo no han podido ser peores.
Ha pasado de unos promedios de bateo de .305 en su año MVP a .165 en 2021 y .210 en 2022. Su porcentaje de embasado ha pasado de .406 en 2019 a .265 en 2002, con .240 en 2021. El slugging ha pasado de .629 a .389, con .302 en 2021. Fruto de ello, hay una estadística que habla claro del respeto que le tienen los lanzadores a Bellinger. Si en 2019 lideró la liga con 21 bases por bolas intencionales, en 2022 no tuvo ninguna.
Si vamos a las estadísticas avanzadas (fuente baseballsavant), estos cambios posicionales en el cajón han hecho que su swing tenga velocidades de salida menores y ángulos de salida más elevados, lo que hace que lo que antes eran Home Runs (47 en 2019) se conviertan ahora en flyouts. Sus porcentajes de strikeouts han pasado de 16,3 a 27,3 %, superando los 26,6 de su año rookie). Y el porcentaje de walks es de un ínfimo 6,9 %, cuando en 2019 fue quinto mejor de la liga, con 14,4 %.
Siendo positivos, parece que el rendimiento de Bellinger ha mejorado algo, aunque no lo suficiente, en 2022 respecto de 2021, pozo absoluto de su carrera. Y, además, ofrece una buena defensa en una posición premium como el jardín central (siete outs above average o carreras salvadas sobre promedio en 2022) y aporta un siempre necesario bate zurdo al lineup. Sin embargo, a un precio bastante alto. Parece que hay muchos equipos ya detrás de Bellinger, por lo que trabajo no le va a faltar.
Sin embargo, es difícil explicar cómo dos jugadores como Cody y Christian Yelich han caído tanto en su rendimiento.
Por mi parte, un claro candidato a jugador bounceback del año.