Una vez definida en casi su totalidad las plantillas de toda la MLB con una de las agencias libres más rápidas de los últimos tiempos, voy a analizar división por división las dinámicas de los equipos para comprender un poquito más el estado en el que se encuentran respecto al año pasado. Para ello, voy a categorizar a los equipos en 6 categorías que son:
Pushing for championship: aquí incluiré aquellos equipos que ya optaban a ganar el título en 2022 y que su apuesta en esta postemporada ha sido la de redoblar esfuerzos.
Improving but not enough: en esta categoría analizaré los equipos que han dado un claro salto competitivo pero que no creo que les llegue para más allá que un puesto en playoffs.
Change of strategy: los equipos que han virado su rumbo para poder cambiar algunas cosas que no han funcionado serán los protagonistas en este apartado.
Same status as last year: nuevo año y mismas aspiraciones. Pocos cambios significativos en las franquicias que ocupan esta categoría.
Clear step back: jarro de agua fría para los aficionados de estos equipos que verán reducidas sus aspiraciones de forma evidente en 2023.
Saving money: mientras algunos intentan ganar, otros equipos lo único que buscan es minimizar su payroll para ganar más dinero. El desarrollo de jóvenes y la reconstrucción es la excusa para reducir año sí, año también los emolumentos de sus jugadores.
Hoy toca la división Oeste de la liga Americana, división donde vuelve a estar el campeón, tras la victoria de los Rangers de Texas y donde hay 3 equipos que estarán en la pomada y dos que no. Allá vamos.
Pushing for championship: me resulta difícil, siempre, quitar de aquí a los vigentes campeones. Pero se avecina un año complicado para revalidar título para los Texas Rangers. Y es que se me antoja fundamental la primera parte de campeonato en Arlington, porque si resisten en esa primera mitad, los refuerzos de verano ya están fichados. Max Scherzer, Jacob deGrom y Tyler Mahle deberían reforzar la rotación de los Rangers después del All Star, bastante devaluada por las lesiones y las bajas de Jordan Montgomery, si no vuelve a Texas, o Martin Perez, un caso donde la oferta cualificada fue un grueso error. Por eso, la rotación en esa primera mitad de año no tendrá nada que ver con la que comience unos hipotéticos playoffs, si es que clasifican, que vista la competencia en su división y en la este, no será fácil. También pierden a Mitch Garver, que lo hizo bien de DH, aunque su núcleo de Josh Jung-Semien-Adolis Garcia-Seager más la temporada completa de uno de los rookies estrella del año pasado, Evan Carter, es top en la liga. Wyatt Langford, rookie, es quien debe dar un paso hacia adelante y suplir a Garver, marchado a Seattle. Si los Rangers capean el temporal de la primera mitad de temporada, pueden optar, de nuevo, a todo.
Change of strategy: si hay un equipo, sobre todo en el apartado ofensivo, que ha cambiado de forma radical, son los Seattle Mariners. Y es que la ofensiva de los del estado de Washington fue la segunda, tras los Twins, en recibir más SO en 2023. De ahí surgió la marcha de Eugenio Suarez, Jarred Kelenic o Teoscar Hernandez, siendo los dos primeros traspasados, el primero a Arizona y el segundo a Atlanta. Para suplirles, han llegado Jorge Polanco, Mitch Haniger, viejo ídolo de la afición, Luke Raley o Mitch Garver para acompañar a Julio Rodriguez, alma del equipo, y Cal Raleigh en el core del lineup, totalmente reformado. Sin embargo, no todo son cambios para el equipo de Jerry DiPoto, ya que la rotación permanece inalterable, tras decidir a última hora traspasar a Robbie Ray en vez del que parecía favorito a hacerlo, Logan Gilbert. La rotación es élite en la liga, con Luis Castillo, el citado Gilbert, George Kirby, Bryse Miller y Bryan Woo, mientras que el bullpen ha sufrido bajas importantes como Paul Sewald, traspasado ya en verano de 2023 a Arizona, Justin Topa o Diego Castillo. Gregory Santos es quien debe suplir a estos como alternativa a Matt Brash y Andres Munoz en los últimos innings. Sin embargo, tanto Santos como Brash ya están de baja a comienzos de los entrenamientos primaverales. Los Mariners, a día de hoy, son un equipo muy diferente al del año pasado, y una total incógnita, aunque estar jugando en octubre debería ser el objetivo, más allá de objetivos más ambiciosos.
Same status as last year: como suele ser habitual, la offseason de los Houston Astros es parecida a la de los últimos años. Pero, esta vez, sin los grandes sobresaltos habituales en la forma de marcha de uno de sus estandartes. Lo más cercano a ello ha sido la marcha de su cátcher Martin Maldonado, cosa que tenía que suceder, dado su improductividad al bate… y su edad. El hecho de tener a Yanier Diaz como sustituto también les ha empujado a acabar su ciclo en Houston. Quien no se irá, parece ya definitivamente, será un Jose Altuve que, una vez renovado, acabaría su contrato como Astro con 39 años. También es habitual hacer pocos movimientos, pero cuando aprietan la tecla, se llevan siempre algo cotizado. El año pasado fue esa la tónica de sus movimientos, con los fichajes en invierno de Jose Abreu y el de Justin Verlander en verano. Esta vez no fructificaron estos movimientos con su presencia en las World Series, pero siempre son competitivos. Esta offseason la ha marcado el movimiento por el relevista más cotizado, el zurdo Josh Hader, al que le han dado un contrato récord para un lanzador de bullpen. Y Verlander estará con ellos todo el año, siendo McCullers y Luis Garcia las dudas en la rotación, debido a lesiones de larga duración, siempre profunda en Houston. Los Astros, de nuevo, saldrán a competir, y, o mucho me equivoco, o les veremos otra vez danzar por Octubre, donde son siempre un hueso muy duro de roer.
Clear step back: un equipo que pierde al unicornio, al jugador más reconocible del negocio, a uno de los mejores, tanto bateando como lanzando, debe aparecer aquí. Y es que la baja de Shohei Ohtani ha hecho temblar los cimientos de Los Angeles Angels hasta tal punto de sonar la marcha de su otro emblema, Mike Trout. Y, además, a sus vecinos. Lo que, evidentemente, duele aún más. Si los Angels ya eran un equipo del montón, qué se puede decir ahora de ellos. Además, ambas posiciones no han sido cubiertas por la gerencia angelina, lo que deja un lineup cojo y una rotación bastante deficiente. La apuesta de Tyler Anderson, tras salirse en los Dodgers en 2022, resultó otro fracaso, mientras que Reid Detmers es el único que muestra, y no siempre, potencial. En ataque, ninguna incorporación que parezca que mejore su ofensiva. Su único refuerzo, Eduardo Escobar, con contratos de ligas menores. Ver prosperar a jóvenes como O’Hoppe, Schanuel o Moniak es lo único salvable, además de volver a disfrutar, si su espalda se lo permite, a Trout, mejor jugador del deporte durante muchos años. La estrategia de Ante Moreno y sus secuaces en esta postemporada ha sido la de invertir en bullpen, cosa bastante extraña, salvo que quieras regenerar tus granjas a base de traspasos de relevistas en verano. Robert Stephenson, Matt Moore, Luis Garcia o Adam Cimber serían estas opciones. Los Angels, si con Ohtani no disputaban playoffs, dudo mucho que puedan hacerlo ahora.
Saving money: enmarcados en la constante disyuntiva de donde jugarán hasta que se trasladen definitivamente a Las Vegas, los Oakland Athletics son a día de hoy un fantasma, un equipo sin rumbo, sin deriva, sin objetivos y sin dirección. Bueno, sí, dirección, sí. Porque los dirigentes han conseguido lo que parece perseguían, dejar a los A’s sin alma. Ahora mismo, nadie, salvo aquellos veteranos que puedan buscar o reverdecer viejas sensaciones, o buscar en verano un destino que les proporcione competir, quiere ir a Oakland. Alex Wood o Ross Stripling han firmado sabiendo que, salvo debacle, dispondrán de entradas sin ninguna exigencia, para conseguir reflotar su carrera. Al igual que relevistas como Scott Alexander o Trevor Gott, que intentarán preservar las pocas victorias que se mantengan en las entradas finales. Del resto de alicientes, ver a Esteury Ruiz liderar la liga en robos, saber si Zack Gelof parece ser lo que dejó entrever en 2023, si Brent Rooker vuelve a empezar la temporada sacando la bola del estadio sin parar o si Miguel Andujar vuelve a sus números de año rookie en Nueva York, que, por otro lado, no ha conseguido igualar. Y ver a un rookie de cerrador, como Mason Miller, que no es, para nada habitual. Evidentemente, que es lo que cuenta para la dirección de la franquicia, con un payroll ridículo. 46 millones es el payroll activo que tienen los A’s. En fin. Pasemos página.