EL EQUIPO DE AMÉRICA NO PUDO EN LA NOCHE DE AMÉRICA.
Ninguna duda cabe que la de Halloween es la noche de América, también la más paranormal, evidentemente, y que los Braves son el equipo de América, y ello desde 1976, en aquellos tiempos ver por televisión los partidos de cualquier equipo de forma regular era algo reducido a la zona geográfica más cercana a la ciudad en que radicaba la franquicia, nunca más allá del estado. Y fue en ese 1976, cuando el magnate Ted Turner compraba los Braves y poco después extendía sus retransmisiones por todo el país a través de la televisión por cable. Podemos imaginar como creció el número de aficionados para los de Georgia, sobre todo en aquellos estados del país sin franquicia MLB.
Y se enfrentaba anoche, en el primero de sus tres match-balls, al que, hoy por hoy, puede ser el equipo más odiado de América, aquel sobre el que, según veraneantes y aficionados de bien, recae una sospecha de fraude al mismo nivel que sobre las voces del Palacio de Linares o el caso de Xavier C. y Antonio Ribera.
En el momento del inicio del partido, noche fresca, 13º grados, y sin nubes en la capital de Georgia. 18º, en ese mismo momento, en Houston. No demasiada gente disfrazada entre el público. Bien es sabido que solo hay dos grupos de personas a los que les gusta disfrazarse: los niños y los imbéciles.
Sin duda alguna, la noticia estaba en el montículo Bravo, por segunda noche consecutiva Brian Snitker hacía debutar a un rookie en postemporada mediante salida en Series Mundiales, en esta ocasión Tucker Davidson, por supuesto, con la esperanza de que las cosas saliesen mejor que en el partido anterior, sin perjuicio de que tampoco se le exigía que llegase a siete entradas.
En el otro lado, Framber Valdez, este sí con experiencia en postemporada, 41 entradas lanzadas, y con 22 partidos lanzados esta temporada en fase regular, pero de nada sirvieron los antecedentes y en la primera entrada, y ya con dos outs, se le fueron llenando las bases, con muestra de lo incómodo que se encontraba Yordan Álvarez en defensa incluida (es lo que tienen las reglas de la liga nacional), para acabar tragándose, el de Palenque (cuyo astronauta apuntala la historia de los alienígenas ancestrales), un grand slam bateado por Adam Duvall a quien acompañaron en la anotación Ozzie Albies, Austin Riley y Eddie Rosario, 4-0 en la primera entrada.
Adam Duvall se convertía en el tercer jugador en la historia de las Series Mundiales en conseguir un grand slam en la primera entrada y los Braves en el primer equipo en anotar cuatro carreras en la primera entrada en partido con posibilidad de campeonato en 60 años. Del otro lado, los Astros se convertían en el primer equipo en la historia de las Series Mundiales en permitir más de dos grand slams en una postemporada.
Situación que no cambiaba el duro rostro de Dusty Baker, siempre tan inexpresivo como imponente cual caras de Bélmez, encerrando mayores conocimientos que la Cueva de los Tayos.
En el Line-Up Astro: Altuve (2B), Brantley (RF), Correa (SS), Álvarez (LF), Gurriel (1B), Tucker (CP), Bregman (3B), Maldonado (C) y Valdez (P)
Siempre los mismos ocho bateadores en los tres partidos que los Astros han disputado en Atlanta.
Por los Braves: Soler (RF), Freeman (1B), Albies (2B), Riley (3B), Rosario (LF), Duvall (CF), D’Arnaud (C), Swanson, (SS), Davidson (T)
Cambio en el RF, Soler por Joc Pederson.
Redujeron diferencias los Astros en la segunda entrada a través de carreras bateadas por Yuli Gurriel y Kyle Tucker, 4-2, error de Dansby Swanson incluido. El partido se encontraba en un punto tan inquietante e imprevisible como pasar una noche en la habitación 510 del Hotel Corona de Aragón.
Llegaba el cambio en el montículo para los Braves en la tercera entrada, Tucker Davidson había lanzado dos entradas completas, 53 lanzamientos y dejaba jugadores en primera y segunda sin eliminados. Sin duda alguna le fue mejor que a su compañero Dylan Lee la noche anterior. Se subió al montículo Jesse Sánchez, pero el de San Gabriel no pudo salir del atolladero y se encontró con el empate a través de Carreras de José Altuve y Michael Brantley, 4-4.
Llegábamos a la parte baja de la tercera con un empate a cuatro y sin pronóstico alguno. De hecho, nada más empezar la entrada nos encontrábamos con un Home Run de Freddie Freeman que volvía a poner delante a los Braves 5-4. Demasiados home runs para el sinker de Valdez, cuatro en dos salidas. Era el sexto HR del californiano, convirtiéndose en el jugador de los Braves con mayor número de Home Runs en postemporada, superando, ni más ni menos que, a Chipper Jones
Nos recordaba, tras la finalización de la tercera entrada, la realización internacional de la Fox, las 4 adquisiciones de los Braves durante esta temporada: Adam Duvall, Eddie Rosario, Jorge Soler y Joc Pederson. Cierto es que lo que más nos gusta comentar en las Series Mundiales es el rendimiento de aquellos jugadores que llegaron a mitad de temporada, pero es que en este caso esos movimientos de verano han resultado decisivos.
Ya en la parte baja de la cuarta nos encontramos con uno de esos relevos ejecutados por abridores titulares (algo que gusta tanto comentar como el rendimiento de los fichajes de julio) esta vez con José Urquidy. El de Mazatlán solo cubriría una entrada y sin sobresaltos, tras él, Phil Maton, que se mostró dominante en sus dos entradas, en las que solo permitió 2hits, pero se marcó 3 SO.
Por los Braves tras Chávez lanzó A.J. Minter, a quien se le complicaron, y mucho, las cosas, con las bases llenas, concedió una base por bolas a Maldonado que supuso el empate, 5-5, anotado por Carlos Correa, aún caerían más carreras para los Astros en esta entrada a través de Bregman y Gurriel 5-7. Con dos hombres en base y José Altuve al bate, Snitker se decidió por adelantar a Chris Martin respecto a su hábitat natural de la séptima entrada, resultó decisivo y dominante cual hombre del sombrero en visita de dormitorio.
Gesta de record la de los tejanos, solo tres equipos en la historia de las Series Mundiales, habían remontado cuatro carreras en partido de eliminación, y los últimos fueron los Angels del 2002.
Caería la octava carrera para los Astros en la parte alta de la séptima entrada anotada por Kyle Tucker 5-8, y en la octava consiguieron otra más para alcanzar el definitivo 5-9, a través de José Altuve, dejando dos hombres en base. Astros han anotado 50 carreras con 2 outs en esta postemporada, la segunda mayor cifra de la historia tras los Dodgers del 59.
Mientras tanto, el bullpen de los Astros se mostraba firme. Tras Phil Maton, Ryne Stanek que en una entrada no concedió ni un solo hit, Kendal Graveman se marcó un cierre de dos entradas memorable, concedió un solo hit. Un bullpen astro al que solo le faltó caminar de rodillas y hacia atrás como las niñas de Garbandal.
Y ahora las Series se mudan a Houston, ciudad protagonista de la que podría ser la mayor conspiración de la historia, la llegada del hombre a la luna. Las piedras guía de Georgia no dicen nada de estas Series.