No, no estoy hablando de los umpires. No, no estoy hablando de fallos arbitrales. Sí, hoy toca hablar del sistema de arbitraje en la MLB que, en la mayoría de los casos, establece el salario que cobrarán los jugadores desde su cuarto año de servicio en la MLB hasta el sexto, último año antes de entrar al mercado como agente libre.
Recordemos que, una vez pasados los primeros tres años (dos en aquellos jugadores llamados Super 2 y que entran en ese arbitraje ya al tercer año de servicio), donde cobran el salario mínimo que dicta el convenio colectivo, pasan a un sistema de arbitraje donde jugadores y clubes deben ponerse de acuerdo en qué salario cobrar año a año en su cuarto, quinto y sexto año en la MLB. Es decir, es el primer contrato profesional donde, presuntamente, van a empezar a ganar acorde a su rendimiento.
Los jugadores establecen un salario estimado de lo que ellos creen que deben cobrar mientras que el club establece otro. Evidentemente, siempre el salario que marca el jugador es mayor que el que estima el club. Hay un plazo donde deben negociar e intentar llegar a un acuerdo y, si no llega, el caso llega a un tribunal de arbitraje establecido para que ambas posturas luchen y pongan razones para llevar el salario al propuesto por jugador y club. La página web MLBTradeRumours lleva años creando un algoritmo que calcula una proyección de lo que pueden llegar a ganar cada jugador sujeto al mismo. Como ejemplo, pongo las proyecciones de este año:
https://www.mlbtraderumors.com/2022/10/mlb-projected-arbitration-salaries-2023.html
Esta es la primera arista que hay de este sistema. Tanto el club como el jugador aportarán datos estadísticos que amparen ese salario propuesto. En el caso del jugador, el sistema no penaliza tanto a nadie. Al final, lo que hace el jugador es dar datos y estadísticas a su favor que hacen que el jugador se «venda» ante el tribunal. Sin embargo, el club, en su intento de pagar menos al jugador, lo que hace es sacar información que mitigue su importancia en el equipo, estadísticas que resten valor al jugador. En un deporte como el béisbol, quizá el deporte más rico en estadística, que no un libro de Excel como se aventuran a decir algunos «aproximados» a nuestro deporte, siempre hay alguna estadística que puedes usar para depreciar a tu jugador.
Estos argumentos que esgrimen los equipos suelen caer bastante mal a los jugadores, que ven cómo su propio equipo se emplea en depreciar a su propio producto. Por ello, muchos equipos se esfuerzan por no llegar a este momento donde muchas relaciones entre clubes y jugadores quedan, a menudo, tan erosionadas que se antoja difícil luego restituir las relaciones.
Casos sonados los hay a patadas. Por poner un ejemplo, quiero hablar del caso de Mookie Betts, jugador que entró por primera vez en arbitraje en 2018, y cuya negociación con su equipo en aquella época dejó cicatrices que nunca dejaron de sanarse. Recordemos que en aquel año, Betts pedía 10,5 millones mientras que los Red Sox ofrecían 7,5 millones, lo que significaba la mayor diferencia entre las 2 propuestas de aquel año, nada más y nada menos que 3 millones de dólares. Evidentemente, Betts sintió como su equipo lo menospreciaba. A pesar de que Betts ganó aquel arbitraje y llegó a acuerdos con los Red Sox que significaron récords en segundos y terceros años de arbitraje (20 millones en 2019 y 27 en 2020), parece que la brecha en la relación entre equipo fue tal que los Red Sox se vieron «obligados» a traspasarle a los Dodgers en un traspaso histórico. Pero en positivo, para los Dodgers, que ganaron a continuación las World Series.
Este año, hay otro caso bastante notorio. Y es que uno de los mejores lanzadores de la liga, Corbin Burnes, parece haber acabado bastante mosqueado con los Brewers del proceso. Burnes pedía 10,75 millones y los Brewers propusieron 10,01 millones. Una irrisoria diferencia de 740.000 dólares por tu jugador franquicia y uno de los mejores abridores de la MLB. Los Brewers y Burnes no llegaban a un acuerdo previa al paso por el tribunal y Burnes perdía, lo que hacía que el jugador mostrara de forma notoria su tristeza y su resquemor por la forma de actuar de su franquicia. Con 2 años más de control, los Brewers, por 740.000 dólares han conseguido tener a su, probablemente, mejor jugador, descontento por los 2 años que le quedan y parecen cercenar las opciones de que Burnes y Brewers continúen sus caminos juntos. Entiendo que la franquicia de Wisconsin entiende que nunca va a llegar a pagarle lo que puede ganar un abridor de las características de Burnes y lo da ya por perdido, porque si no, la decisión de regatearle esos 740.000 € es ridícula. Burnes, a la salida del arbitraje, mostraba claramente su enfado, dejando claro que le habían declarado uno de los responsables de que los Brewers no hubiesen llegado a playoffs el año pasado.
Sin embargo, esta misma semana tenemos otra diferente forma de entender este sistema. El relevista Ryan Thompson de los Rays perdía su arbitraje y ganará en 2023 1 millón de dólares frente a los 1,2 que pedía. 200.000 dólares era, en este caso, la diferencia. Sin embargo, Thompson ponía en Twitter un mensaje bastante conciliador con la franquicia entendiendo que esto es parte del negocio y que no muestra ningún resquemor a la franquicia de Tampa. Pero el hilo de sus tuits es muy esclarecedor del proceso:
https://twitter.com/R_Thompson15/status/1628585201973460992?cxt=HHwWgICwoZrn8pktAAAA Share on XRyan Thompson se agarró a los Holds y a sus actuaciones en situaciones de mucho leverage (riesgo), mientras que los Rays lo desacreditan con sus pocas actuaciones ante bateadores zurdos, sus blown saves (o salvamentos desperdiciados) y los meltdowns. Su crítica se centra más en los componentes del tribunal, a los que llama jugadores de fantasy. Pero, estando de acuerdo o no, es una extraordinario muestra de cómo funciona este proceso tan, en ocasiones, farragoso.
Como veis, dos formas de entender este proceso y muy diferentes.
En las negociaciones del convenio colectivo, éste suele ser uno de los caballos de batalla. Objetivizar este salario durante esos años de arbitraje suele ser uno de los objetivos siempre de la asociación de jugadores, pero claro, no es fácil hacerlo. Siempre se ha hablado de la estadística suprema ahora mismo, el WAR (wins above replacement, o lo que es lo que mismo, las victorias que asegura un jugador con respecto a la media de la liga en su posición), pero también hay diferencias valores en WAR. Los más famosos son el fWAR (de Fangraphs), el rWAR o bWAR (de Baseball Reference) o el WARP (de Baseball Prospectus), por lo que también es difícil llegar a un acuerdo. De hecho, los equipos suelen ganar más arbitrajes de los que pierden, por lo que no se muestran muy dispuestos a ceder. Este año 13 han sido ganados por los equipos y apenas 6 por los jugadores.
Un apasionante proceso que deja muchas opiniones y muy diferentes. Hay muchos clubes que están optando por renovaciones antes de llegar a esos momentos de negociación. Los Atlanta Braves son el ejemplo más evidente con renovaciones a Strider, Harris o Acuna antes de llegar a arbitraje. O los Rays con Franco. Parece que a ese tiende la liga y sus franquicias.