El equipo canadiense nació en 1977 y empezó a crecer en las clasificaciones a raíz de la contratación del manager Bobby Cox, que los llevó al estatus de aspirantes. Los Blue Jays ganaron 83 partidos y repitieron la cifra un curso después. Esta serie mensual repasa las campañas más significativas, que no las mejores, de cada franquicia de MLB. Para Toronto, 1985 representa la confirmación de una expansión sorprendente y esperanzadora.
Cox y Pat Gillick, general manager, disponían de una alineación llena de talento joven. Todos los jugadores excepto Ernie Whitt y varios bateadores designados veteranos, como Al Oliver o Cliff Johnson, tenían entre 25 y 29 años. El mejor del grupo fue Jesse Barfield, que conectó 27 jonrones, impulsó 84 carreras y robó un total de 22 bases. George Bell, jardinero izquierdo y futuro MVP, sacó la pelota del parque en 28 ocasiones y remolcó 95 carreras.
No obstante, fue el picheo lo que llevó al conjunto a un nivel superior. La rotación, anclada por el as Dave Stieb, que ganó 14 partidos y encajó de media 2,48 carreras, incluía también al veterano Doyle Alexander, al joven zurdo Jimmy Key y al regular Jim Clancy. Por otro lado, Gillick reforzó el bullpen en invierno con la incorporación de Bill Caudill, que salvó 14 triunfos y anotó un ERA de 2,99. Caudill se unió a Dennis Lamp (11-0), a Jim Acker y a Tom Henke, un descubrimiento del general manager que registró 13 salvamentos como novato con 27 años.
Una montaña rusa hacia la División
Toronto abrió la temporada ante los Kansas City Royals. El destino de los equipos estaría ligado hasta el final de la campaña, pero, en este primer enfrentamiento, los Blue Jays se llevaron dos de los tres partidos de la serie. A finales de mayo, los Jays se dispararon con un registro de 28 victorias y 14 derrotas, aunque la siempre competitiva American League East hizo que su ventaja en la división sólo fuera de tres partidos respecto a los Detroit Tigers, vigentes campeones. El liderato de Toronto llegó a crecer hasta los seis encuentros.
No obstante, una mala racha a causa sobre todo de un descenso en el nivel de picheo – el equipo recibió un total de 26 carreras en cuatro duelos en Boston – permitió a los New York Yankees tomar el relevo en la cima divisional a la altura del partido del All-Star. Los pupilos de Cox dieron la vuelta a la situación en la segunda mitad de la temporada, aunque esta tuvo también los altos y bajos propios de una montaña rusa. Un parcial de 15 victorias y dos derrotas puso a Toronto nueve encuentros por encima de los neoyorquinos, que consiguieron volver a recortar la ventaja hasta los dos y medio antes de una crucial serie de cuatro partidos en el Bronx a partir del 12 de septiembre.
En el choque entre la entonces franquicia más joven de la liga – junto a los Seattle Mariners – y la más laureada, los Blue Jays enderezaron el barco y salieron del viejo Yankee Stadium con un liderato de cuatro duelos y medio. A falta de una semana de temporada regular, la ventaja había crecido un partido más respecto a aquella. Con todo listo para la primera celebración de la franquicia, Toronto perdió tres seguidos y los Yankees aterrizaron en Canadá a tres encuentros de distancia en la clasificación con otros tantos por jugarse en la campaña regular. New York cundió el pánico con un triunfo en el primer duelo, pero los Blue Jays no se pusieron nerviosos en el segundo y aseguraron en casa el primer título de su historia.
Con la miel en los labios
Los Blue Jays se encontraron con un viejo conocido en la serie por el campeonato de la Liga Americana (ALCS). Toronto ganó los dos primeros partidos de la eliminatoria en casa ante los Royals y se llevaron también el cuarto encuentro en Kansas City. Los canadienses necesitaban sólo una victoria en los dos últimos choques para sacar su primer billete a una Serie Mundial, pero perdieron el sexto y el séptimo y el sueño de llevar la eliminatoria final al norte de la frontera estadounidense se esfumó.
La temporada 1985 de los Toronto Blue Jays representó el principio de una larga época de éxitos para el equipo de béisbol. El conjunto perdió una apretada carrera por la AL East en 1987, pero regresó a la ALCS en 1989 y 1991. Finalmente, un año después, en 1992, llevaron la Serie Mundial a Canadá. No contentos con eso, en 1993, repitieron el triunfo mediante un famoso jonrón ganador. Esa época gloriosa en octubre comenzó en aquel año de mediados de los 80.