Vigesimoséptima semana de béisbol en la MLB, y última, donde se han cerrado los emparejamientos de postemporada.
Aquí es cómo quedan los playoffs finalmente:
2 mejores campeones divisionales
Liga Americana: New York Yankees y Cleveland Guardians
Liga Nacional: Los Angeles Dodgers y Philadelphia Phillies
3 clasificados a la Wild Card
Liga Americana: Houston Astros, Baltimore Orioles, Kansas City Royals y Detroit Tigers.
Liga Nacional: Milwaukee Brewers, San Diego Padres, Atlanta Braves y New York.
Equipo de la semana
Inmaculada última semana de Los Angeles Dodgers, que acaban la temporada con el honor de ser el único equipo en sobrepasar el 60 % de victorias en temporada regular. Lo que les da la ventaja campo en todos los playoffs, siempre que vaya avanzando, obvio. 5 victorias consecutivas, 2 importantes para asegurar el título divisional ante los Padres y otros 3 para barrer a los Rockies, les han dado el mejor récord de la MLB. Sin embargo, quizá opacado por los excelsos logros de Shohei Ohtani, es difícil llegar en peor mood que lo que llegan los Dodgers, favoritos unánimes para todos los expertos antes de comenzar la temporada, y cuyo favoritismo se ha visto mermado por los constantes sopapos que la franquicia ha tenido durante el año. A las lesiones, afortunadamente para ellos, superadas de Mookie Betts, Max Muncy o Yoshinobu Yamamoto, se les ha unido varias que tienen afectación a lo que realmente importa, los playoffs. A la lesión, que ya es definitiva para la temporada y veremos si afecta para la siguiente, de Tyler Glasnow, uno de los aces del equipo, que se ve fuera ya de toda competición para este año, con problemas, siempre peligrosos, en el codo, se une la baja de Clayton Kershaw, que apenas ha lanzado 30 entradas en 2024. Aunque aún no ha sido descartado para los playoffs, su presencia es, cuanto menos dudosa. Esto deja una rotación donde Jack Flaherty, refuerzo de última hora, parece el ace. Con Yamamoto y Walker Buehler secundándole, pero ambos con ciertas dudas. Con la rotación que disponían los Dodgers, una rotación bastante poco fiable. Además, en el partido del Jueves, Freddie Freeman se torcía el tobillo tras tocar en primera base y salía del partido, con la consiguiente preocupación de la parroquia angelina. Freeman parece que no tiene nada roto, pero esos esguinces son siempre latosos de recuperar. El calendario ayuda, porque los Dodgers no jugarán hasta el Sábado. Y es que aún hay gente que no valora el hecho de evitar las siempre temibles wild cards. Los Dodgers evitan caer a la wild card, ganando la serie a los Padres y evitan una eliminatoria a cara de perro.
El equipo más decepcionante
Quizá estas cosas pasan cuando los Arizona Diamonbacks parecen mirar más a otras series que a la suya propia. Y es que los D’Backs estaban mirando, y rezando, para que los Dodgers ganaran a los Padres y les dejara a los de San Diego ya eliminados de la lucha por el título de la oeste de la Nacional para que llegaran relajados a la última serie ante los D’Backs. Pero en el béisbol estar relajado también puede ser peligroso. Con 2 partidos ganados consecutivos de los Padres, dejaba a los vigentes subcampeones en una difícil tesitura ante el doble enfrentamiento del Lunes entre Mets y Braves. Si se repartían los partidos, los de Arizona quedaban fuera. Y, aunque parezca el béisbol un deporte donde el pacto sea complicado de llegar, así ha sido y los D’Backs se quedan fuera de playoffs, dejando a los dos equipos que llegaron a las World Series del año pasado fuera. Lo que habla de lo duro de este deporte, y de lo meritorio que es lo que hacen los Astros. Al final los refuerzos de esta pasada postemporada, sobre todo en el lado del pitcheo, no han funcionado. Ni Jordan Montgomery ni Eduardo Rodriguez han sido las soluciones a los problemas en el pitcheo de Arizona y Brandon Pfaadt no ha sido el de los pasados playoffs. Mal colofón a una temporada para olvidar en el desierto de Arizona.
El bateador de la semana
Por evitar de nuevo traer a Shohei Ohtani por aquí de nuevo, esta semana quiero mencionar a un jugador que, me parece, siempre está debajo del radar y que, para mí, puede que ser el jugador más valioso para un equipo de toda la MLB. Y éste no es otro que Jose Ramirez, el tercera base de los Cleveland Guardians y que lidera y monopoliza el peor equipo ofensivo, probablemente, de todos los clasificados a los playoffs. Sin embargo, parece que los hados no están con Ramirez y su último partido, ese partido que le podía haber dejado entrar en el selecto grupo de jugadores con 40 HRs y 40 bases robadas, se ha cancelado. El Sábado el orondo jugador de los Guardians bateaba el HR número 39 y nadie más que él se merecía hacer ese HR 40 histórico. Sin embargo, esto no empaña, ni la campaña de Judge ni la de Witt, el enorme año de Ramirez para liderar a los de Ohio a ser el segundo mejor récord de la liga americana, algo que realmente nadie esperaba. 2024 ha sido uno de su mejores años, dejando los promedios en .279/.335/.537, con 39 HRs y 41 robos. Esta semana última ha bateado .500 con 2 HRs e impulsando 6 carreras. Honor a Jose Ramirez desde aquí.
El lanzador de la semana
Semana corta, por lo que ningún pitcher ha tenido dos aperturas. Por ello, de nuevo, nos tenemos que quedar con la mejor apertura de la semana que, lógicamente, corresponde al pitcher de un equipo que se lo está jugando todo en este último tramo de temporada. Con los Braves jugándose todo, y con el calendario jugándoles malas pasadas, dado que 2 de los partidos fratricidas ante los Mets fueron cancelados, Max Fried saltaba el Viernes al montículo para enfrentarse a los Royals en un partido importantísimo. Y Fried no dejaba dudas desde el comienzo. El zurdo, que, recordemos, acaba contrato este año, se quedaba a un out de hacer su tercer partido completo como profesional y de su segundo shutout de la temporada, haciendo un partido inmaculado durante 8 entradas y 2 tercios y donde parecía que Raisel Iglesias entrada a acabarlo para darle un save más a Iglesias en su lucha por ser el relevista del año en la liga nacional, porque el de la americana es propiedad de Emmanuel Clase, uno de los mejores años de la historia de un relevista para el de los Guardians. 9 SO para Fried, apenas 3 hits, dos dobles de Michael Massey, único jugador que pareció leer bien los lanzamientos del zurdo, y 2 walks hacen de su partido una obra de arte. 2024 ha sido, de nuevo, un buen año para Fried, con un ERA de 3.25 y acabando el año realmente bien (2.43 en sus 6 últimas aperturas). Fried estará lanzando, sin duda, en la eliminatoria de wild card.
La sorpresa
Francamente, yo creo que estamos ante una de las mayores sorpresas de los últimos tiempos en la MLB. El año comenzaba para los Detroit Tigers con la bajada a las ligas menores de una de sus mayores esperanzas en cuanto al bateo, el ex número 1 del draft Spencer Torkelson. En el trade deadline, los Tigers se convertían en vendedores, vendiendo a su número 2 de la rotación Jack Flaherty, a los Dodgers. En Agosto, concretamente, el 10 de Agosto, los Tigers, con un récord de 55-63, tenían un 0,2 % de alcanzar la postemporada. Pero el resto es historia. Fruto de una racha espectacular, y de la caída en desgracia de los Twins, los Tigers no sólo se clasifican, sino que han tenido la posibilidad de hacer esperar a Tarik Skubal para que lance el primer partido de la wild card ante Houston, lo que significa el primer enfrentamiento de la historia de playoffs de equipos de estas dos ciudades en cualquier deporte americano. Curiosamente, los Tigers son el segundo equipo de la historia en acceder a postemporada tras estar 8 partidos por debajo del 50% de victorias con 118 partidos disputados. Y es, por poner otro ejemplo, el único equipo de la historia en clasificar con ningún jugador que supere los 150 hits, los 75 RBIs, los 25 HRs y los 25 robos, estadísticas bastante fáciles de conseguir. Los Tigers han tenido estos records en 2024: 3-0 en Marzo, 14-13 en Abril, 11-16 en Mayo, 10-17 en Junio (con récord acumulado de 38-46), 14-11 en Julio, 17-11 en Agosto y 17-8 en Septiembre. Nadie, ni los más recalcitrantes fans, lo hubieran esperado. Enhorabuena a los fans de los Tigers por esta increíble clasificación. Ahora llegan los playoffs, donde la experiencia de los Astros se enfrenta al momentum de los Tigers. ¿Quién saldrá victorioso?
El subidón
Siempre me queda la sensación de que Francisco Lindor está un poco infravalorado en nuestro deporte. Y, la verdad, es que no sé muy por qué. Quizá es que le vean como el “culpable” de que el proyectazo de Steve Cohen para los Mets no termina de cuajar, cuando fue el primer gran agente libre firmado por los Mets. Quizá es que los Mets sean la manzana, nunca mejor dicho, podrida del cesto de Nueva York siempre. Pero lo que es evidente es que Paquito es un jugadorazo. Este año comenzó el año tibio, pero su segunda parte del año ha sido colosal, antológica. Incluso, antes de que Ohtani hiciera la barbaridad que ha hecho, Lindor sonaba para luchar por el MVP de la liga nacional, cosa que, evidentemente, ya está descartado. Pero Lindor ha sido el alma del equipo, ese líder en el campo y en dugout que ha hecho que los Mets, que parecían descartados allá por Julio, vayan a participar en playoffs. En el último partido de la temporada (bueno, penúltimo, aunque para los Mets haya sido el “último” en que se han presentado), con los Mets y Braves jugándose el puesto de playoffs, en un partido antológico, inigualable, un partido que ya se puede considerar de playoffs, los Mets lograban ganarlo con un extraordinario HR del puertorriqueño que pone un broche final inmenso a una gran temporada. Debo reconocer que, cuando lo estaba viendo en directo, con el lenguaje no verbal de Lindor, pensaba que era un claro flyout. Pero no, Michael Harris no podía atraparlo y le daba la ventaja a los Mets en la novena. Con la espalda tocada, que le hizo incluso ponerse algún partido de DH, Lindor ha destapado el tarro de las esencias una vez más, y cuando más lo necesita su equipo. Paquito es, al igual que Witt en la Americana, un dignísimo segundo clasificado en el trofeo al jugador más valioso.
El bajonazo
Es una de las franquicias referencia de la MLB. Una de esas franquicias míticas donde parece que no se está dispuesto a reconstruir nunca. Como pueden ser los Yankees o Dodgers. Pero esta es de un mercado mucho más pequeño, Missouri. Por eso, la cultura y organización de los Saint Louis Cardinals siempre es estudiada y analizada con detalle, siendo una de las franquicias de mercado pequeño más seguidas del mundo. Mi hermano es uno de esos que siempre ha sido fan de los Cards. Sin embargo, con la reciente temporada acabada, y que bien se puede considerar un fracaso para la organización, que vuelve a quedarse sin saborear las mieles de la postemporada, parece que los primeros movimientos que afronta la franquicia son de todo menos optimistas. Y es que los Cards ya han dejado caer a sus voceros que el plan de la franquicia es reducir, claramente, su payroll. Y eso duele en una organización modelo para muchos. La primera noticia que ha salido a la luz es la posibilidad de traspasar a su ace sin discusión, Sonny Gray, tras una, de nuevo, buena campaña del diminuto pitcher diestro. La otra gran noticia es la de que parecen decididos a dejar marchar a quien ha sido, junto a Nolan Arenado, el santo y seña de su lineup, Paul Goldschmidt, que llegó desde Arizona para ser un perenne candidato al MVP, premio que consiguió en 2022. Y en un panorama donde los Pirates o Reds no parecen terminar de arrancar, pese a los evidentes brotes verdes en ambos equipos, Brewers que siempre pierde piezas importantes cada postemporada y donde los Cubs parecen querer, realmente, competir. Hora de ver a los jóvenes competir, con, esperemos, mejores noticias de los Jordan Walker o Matthew Liberatore, por poner dos ejemplos de prospectos que parecen, hoy, fallidos. El primer movimiento ha sido el de traer al ex Red Sox Chaim Bloom a los Cardinals. Y los de Massachussets no es que tengan un gran recuerdo de Bloom. A ver si consigue resarcirse.
La frase de la semana
“Nunca he estado en unas World Series, pero siento que hoy es uno de esos días donde vives emociones parecidas. Su magnitud, llegar al estadio, ver el parking lleno y sentir toda la energía y emoción de los fans. Es algo que siempre llevaré en mi corazón.” Para un chaval que comenzó a ver béisbol y a ser aficionado de este magnífico deporte en los finales de los años 80 y comienzos de los 90, es difícil que parte de tu corazón beisbolístico no pertenezca a los Oakland Athletics. Evidentemente, esa combinación de colores tan característica, esa mezcla de amarillo y verde, ayuda a ello. Yo me aficioné al béisbol viendo a Mark McGwire destrozar pelotas sin ton ni son, antes de irse a los Cardinals, enfundado con la camisola de los A’s. Uno de mis primeros jugadores favoritos fue el cubano Jose Canseco que hizo historia, ahora que Ohtani lo ha llevado a otra dimensión, entrando en el club de los 40 HRs y 40 bases robadas, llevándose el MVP de 1988. Uno de mis primeros pitchers en los que me fijé fue en Dennis Eckersley, ese bigotudo relevista que consiguió en 1992 lo que hoy parece imposible. Y no sólo es llevarse el Cy Young siendo relevista, sino siendo el MVP de la competición. 51 saves y un ERA de 1.91 tuvieron la culpa, aunque me parece que fue más un premio a su trayectoria en Oakland que a su campaña. Y qué decir de Rickey Henderson, el más fiel exponente de lo que es aprovechar su velocidad para hacer daño, llegando a robar 130 bases en 1982. Sí, todos enfundados con la camiseta de los Athletics. O el últimamente denostado Tony La Russa, fruto de su última aparición en Chicago con los White Sox, liderando a los Athletics a las World Series de 1989, que luego repetiría con los Cardinals en 2006 y 2011. Esas World Series tan icónicas por haber sido interrumpidas por aquel famoso terremoto. Dallas Braden haciendo aquel partido perfecto, uno de los más inesperados de la historia. Aquellos Athletics de Billy Beane que inspiraron a la película Moneyball. Toda esa historia se la han cargado unos ineptos directivos que, poco a poco, han ido dejando languidecer a la franquicia hasta llevarla a Las Vegas, que era el objetivo final. Oakland se queda sin alma, sin deporte. Después de la marcha de los Raiders o los Warriors, los Athletics se marchan, primero a Sacramento, y luego a Las Vegas a seguir con su magnífica historia. Pero mi mayor recuerdo siempre seré asociado a Oakland. Y es que yo, como habitante de un mercado pequeño, soy mucho más sensible a esto. Descansen en paz, Oakland Athletics. Mark Kotsay, último manager del equipo en Oakland, reflejaba, de esta forma, todo lo vivido en el último partido en el Oakland Coliseum.
La estadística de la semana (o estadísticas)
Cuando era un chaval y pisé suelo americano, una de las primeras cosas que oí del béisbol era lo que significaba la Triple Corona. En cuanto al bateo, la triple corona es liderar su respectiva liga en promedio de bateo, Home Runs y carreras impulsadas. Un logro que ha estado a punto de hacer Shohei Ohtani y que sólo Luis Arraez ha conseguido separar de conseguirlo al japonés. Con un modesto .316, Arraez consigue un récord histórico, que no es otro que conseguir 3 títulos de promedio de bateo seguidos, pero con 3 equipos diferentes (Twins, Marlins y, este año, Padres). En cuestión de pitcheo, la considerada triple corona es cuando el pitcher gana en victorias, ERA y strikeouts. Quizá una triple corona que ha perdido vigencia a lo largo de los años, pero que ganarla se antoja, siempre complicado. Pues este año dos pitchers consiguen la triple corona de ambas ligas, cosa que no sucedía desde 2011, cuando Justin Verlander y Clayton Kershaw se la llevaban. Y es que Tarik Skubal y Chris Sale han dejado poca emoción al premio Cy Young. El de los Tigers ha obtenido 18 victorias, un ERA de 2.39 y 228 SO, mientras que Sale ha obtenido las mismas victorias, un ERA de 2.38 y 225 SO. Parecen campañas gemelas las de los dos zurdos. Skubal abrirá el primer partido en Houston de la wild card, mientras que Sale es duda para la eliminatoria contra los Padres por espasmos en la espalda. Ni es postemporada acaban las malas noticias para los Braves.
La jugada de la semana
Sí, esta vez no me quedo con una jugada espectacular. No. Pero sí con una que pasará a la historia. El out final del último partido de los Athletics en Oakland. El último out lo protagonizó Mason Miller y se lo hizo al que posiblemente sea el dueño de la mejor jugada del año, Travis Jankowski.