A priori, se podría valorar este partido de forma muy positiva para los Red Sox, tenían que ganar un partido en el Minute Maid Park en esta serie y ya lo han conseguido, en teoría todo se les pone de cara para los tres partidos en Fenway Park, pero ni estos Astros tienen tantos problemas como Jim Lowell y su tripulación en aquel fatídico abril de 1970, ni los Red Sox tienen ya “a tocar” las Series Mundiales. Vamos a analizar lo que pasó anoche, y como los buenos señores Luis Garcia y Jake Odorizzi cataron en sus carnes, ayer la ofensiva de Boston ejerció de una máquina absoluta de desmoralización humana.
Luis García, el rookie, permitió llenar bases de manera prematura en la primera entrada, lo cual JD Martínez no desaprovechó para mandar la pelota más allá de la órbita terrestre, Grand Slam para el de Miami 4-0 en el marcador y carrito en el Dogout. Por su lado, la apertura de Eovaldi fue mucho más tranquila permitiendo tan solo un hit. Llegamos a la segunda, Baker opta por tirar del errático Jake Odorizzi tras unas molestias en la rodilla de García para intentar arreglar el desaguisado de la primera entrada, y aquí no quiero tirar de snobismo taurino, pero esa cara yo ya la vi a finales marzo de 2015, en Las Ventas, donde un torero vasco se enfrentó contra su destino, y el destino le avasalló, muchos creen que aquella tarde empezó a morir. Estoy seguro que el pobre Odorizzi no tenía ninguna gana de estar allí, su rostro era el espejo de una debacle anunciada. El tedio se apoderó entonces de Twitter Red Sox, donde todas las cuentas especializadas en los de Boston destacaban de forma amarga lo mucho. muchísimo que tardó Odorizzi en calentar y en poner su brazo a punto. Pero ese rostro, ese no engañaba, y tras llenar las bases con extrema facilidad, Rafael Devers consiguió el segundo Grand Slam de la noche, logrando así la hazaña de ser el primer equipo de la historia en lograr dos Grand Slams en un mismo partido de playoff y bueno, 8-0, y el partido poco más podía ofrecer.
Comentar que las dos primeras entradas tuvieron una duración de más de una hora, lo que a la postre provocó que el partido se fuera por encima de las cuatro horas.
Con buen criterio, y para no desmoralizar más aún a los miembros de su rotación, Dusty Baker siguió con Odorizzi que fue entonándose hasta que se encontró con el hombre de esta posteason, Kiké, que la mandó lejísimos en la cuarta entrada para poner el 9-0 en el marcador. Poca broma, ya ha igualado los 5 home runs que David Ortiz consiguió en los playoff de 2013, histórico. Eovaldi permitió 3 carreras en la cuarta, Ottavino salvó unas bases llenas que hubieran complicado un pelín el paseo, pero pocas fueron las angustias de los Red Sox anoche. Gurriel y Castro golpearon sendos home runs en la novena para poner el definitivo 9-5 en el marcador.
Ahora toca Fenway, la catedral del béisbol decidirá, están siendo unos magníficos playoffs.