Resumen de esta primera mitad de temporada realizado por David Terron Robles
Resumen
Escribía Frank Miller en “Born Again”, la gran saga que escribió dentro de su andadura en Daredevil, que “un hombre sin esperanza es un hombre sin miedo”. Algo similar nos ocurre a los aficionados de los Pittsburgh Pirates en las últimas temporadas, no tenemos ninguna expectativa de que nuestro equipo vaya a ganar muchos partidos y, por ello, no tenemos miedo a lo que pueda pasar.
Con una gerencia que se ha dedicado en los últimos años a deshacerse de todo aquel jugador que pudiese tener el más mínimo valor, lo que nos quedaba a los seguidores de Pirates es que los prospect abandonasen pronto las ligas menores y se hiciesen un hueco en el roster principal. Tuvimos que esperar hasta el 20 de junio para ver al más esperado de todos ellos. Ese día, contra los Cubs, Oneil Cruz volvió a la MLB (jugó dos partidos al final de la temporada pasada). Y los primeros partidos fueron espectaculares y la ilusión de disparo… solo para volver a bajar poco después. Los números al bate de Cruz no son buenos (.213/.241/.440) pero verle correr las bases y defender desde el short stop es el tipo de aliciente que necesita una afición deprimida como la de Pittsburgh. Además, hay que sumar al resto de jugadores jóvenes que están haciendo una buena temporada. Jugadores como Castillo, Suwinski, Delay, Hayes… son la ilusión de cara a los años venideros.
Si nos enfocamos en el equipo en general, se podría decir que la temporada no es mala. Los Pirates marchan terceros de la división central de la liga nacional. Esto ya de por si es sorprendente para el equipo con el cuarto payroll más bajo de la liga. Si miramos el diferencial de carreras (-125, segunda peor de toda la MLB y muy alejada de los Cubs y los Reds que son los equipos por debajo en la división) todavía la sorpresa es mayor. ¿Cómo es posible ganar partidos concediendo tantas carreras? Pues concediéndolas en muy pocos partidos. Derrotas por 0-21, 1-11, 4-18 o 2-19 engordan la cantidad de carreras en contra y dan una sensación de poca competitividad, pero solo suman uno en la columna de las derrotas. De hecho, si no fuera por la racha de 11 derrotas en 12 partidos que ocurrió en la primera quincena de junio, se podría soñar con pelear la wildcard.
Si tener el record que tenemos con un diferencial de carreras en contra tan abultado es extraño, no es lo más extraño de esta primera parte de la temporada. ¿Se puede ganar un partido sin hacer un solo hit? Pues solo había ocurrido 6 veces hasta que los Pirates ganaron a los Reds el 15 de mayo. Además conseguimos barrer a los Dodgers en su estadio, primer equipo en hacerlo desde 2018 y ganamos 5 de los 6 partidos disputados contra ellos.
Todo esto sumado, nos da una temporada rara con una mezcla de sentimientos. Apatía por ver lo poco que se invierte en el equipo. Alegría porque aún así los resultados son mejor de lo esperado. Miedo porque la gerencia pueda seguir vendiendo jugadores de valor y excitación por ver cada partido esperando una buena actuación. Quizá es el momento de volver a tener esperanza.
MVP del equipo
Dentro de la mediocridad general del equipo hay dos jugadores que destacan. No diré que ninguno de ellos es una superestrella de la liga (aunque uno de ellos ya fue All-Star el año pasado), pero son dos jugadores sobre los que se puede empezar a construir la franquicia del futuro.
El primero, y al que yo le daría el MVP, es Bryan Reynolds (.262/.343/.468). Líder del equipo en home runs, carreras y carreras impulsadas. Su año, sin llevar a los números del año pasado, ya ha despertado los rumores sobre un posible traspaso. El contrato que firmó a principio de temporada podría dar a entender que la gerencia cuenta con él a largo plazo, pero visto lo ocurrido en años anteriores no podemos estar seguros de que Reynolds no vaya ha abandonar el equipo en las próximas semanas.
El segundo jugador que esta destacando es Ke’Bryan Hayes (.244/.318/.340) con 36 carreras, 25 carreras impulsadas y, únicamente, 3 home runs. Sus números están en la línea de los de la temporada pasada siendo su principal déficit su falta de poder al bate. En cambio en defensa es uno de los jugadores más destacados de la liga (dWAR de 1.4 quinto de toda la MLB). Hayes también firmó nuevo contrato al comenzar la temporada y junto a Reynolds deberían ser las locomotoras del futuro de los Pirates.
Con una rotación de abridores mala (equipo con menos cantidad de salidas de calidad 18% y una ERA de 4.79 puesto 25) y un bullpen igual o peor (ERA de 4.76 puesto 29 de la MLB solo por delante de los Cincinatti Reds) el único lanzador que es digno de ser nombrado es el closer David Bednar con ERA de 2.25, 15 saves de 18 oportunidades y un porcentaje de strikeouts de 33,5%.
Bednar, conseguido en el trade de Joe Musgrove con San Diego Padres en enero de 2021, se ha hecho con la posición de closer y es de los pocos lanzadores fiables con los que cuenta el equipo de Pittsburgh. El uso, a veces excesivo, que de él hace el Shelton le ha llevado a un ligero bajón a finales del mes de junio del que parece que ya se está recuperando.
Del resto de lanzadores del equipo, se pueden destacar al relevista Chase De Jong con ERA de 2.25 y el abridor Roadny Contreras que en su primer año en MLB (jugó un único partido en la temporada 2021) está realizando una temporada más que aceptable.
La sorpresa
Dentro del nivel general del equipo, las mayores sorpresas e ilusiones del año son algunos de los rookies que están dando sus primeros pasos en las Ligas Mayores. De entre ellos cabe destacar a Jack Suwinski. Llegado a Pirates en otro traspaso con los San Diego Padres, esta vez por el segunda base Adam Frazier, se ha convertido en el segundo jugador con mayor número de home runs (14) del equipo.
Su porcentaje de bateo no es bueno (.208) pero esta entre los mejores rookies en carreras impulsadas, carreras y OBP. Además en junio consiguió dos Walk-offs Home Runs (contra Diamondbacks y contra Giants en un partido en el que hizo 3 HR). Si continua creciendo, el pick 444 del draft de 2016, puede convertirse en uno de los puntales del futuro de los Pirates.
La decepción
Como digo en el resumen de la temporada, cuando no tienes ninguna esperanza es difícil que te decepciones. Si bien esto es cierto en el contexto general del equipo, no lo es menos que de algunos jugadores en particular si se esperaba que mostrase una mejoría sustancial con respecto a años anteriores.
Uno de esos jugadores es el lanzador diestro Mitch Keller. El que fuera el mejor prospect de pitcher que tenían los Pirates por el lejano 2018, no ha conseguido posicionarse como un lanzador fiable en las grandes ligas. Se esperaba que este fuera su año y que consiguiese escalar hasta convertirse en el referente de los lanzadores del equipo. No ha sido así y de momento en los 14 partidos que lleva como abridor su record de 2-6 deja mucho que desear. Si es verdad que, y ahí es donde reside el clavo ardiente al que agarrarse, durante los últimos dos meses sus participaciones han ido ganando consistencia. Esperemos que esta sea la tendencia en la segunda parte del curso.
Expectativas ante el cierre de mercado veraniego y pronóstico final de temporada
De cara al final de temporada hay varios aspectos en los que los aficionados Pirates nos debemos fijar:
- Trade deadline: Espero y deseo que la gerencia haya dejado atrás los años de desmantelamiento total del equipo y se encuentre decidida a construir sobre la base que se está formando. Los nombre que podrían salir a la palestra en los próximos días incluyen jugadores como Bryan Reynolds, David Bednar o José Quintana. Dos de ellos señalados más arriba como lo más destacado del equipo. Antes del 2 de agosto sabremos si se decide por crecer o por seguir otro año más sin ninguna expectativa.
- Record final de temporada: Alcanzar los playoff es… Jajajaj. No lo voy ni a escribir. El objetivo de aquí a final de temporada tienen poco que ver con la cantidad de victorias que se consigan, pero estar por debajo de las 100 derrotas y no acabar últimos de división deberían marcar la línea de lo aceptable
- Desarrollo de los jóvenes: El objetivo real de lo que resta de temporada. Conseguir que los jóvenes que han comenzado su andadura en grandes ligas se vayan asentando y creciendo. Durante estos meses los ojos de los aficionados deben dirigirse hacia Suwinski, Cruz, Castillo, Madris, De los Santos, Contreras… De ellos depende que el 2023 sea un año de ilusión o únicamente otro más en el pozo de la desesperación.