Babe Ruth fue uno de los primeros pitchers zurdos. Y un caso único, de pasar de jugar de pitcher a convertirse en bateador. En los Yankees, donde empezó en la temporada 1920 fue únicamente bateador, su labor de pitcher fue testimonial. Es recordado como jardinero derecho (1.122 partidos en esa posición), pero jugaba habitualmente en la izquierda durante sus partidos como visitante (jugó allí 1.040 partidos). Disputó 10 Series Mundiales, 3 con los Red Sox y 7 con los Yankees, y sólo perdió tres, todas con el equipo de Nueva York.
Como pitcher consiguió un récord de 94-46 (récord ganador en 10 temporadas, un récord que fue superado por Andy Pettitte en el Siglo XXI), con un ERA de 2.28.
Él solito aniquiló la Deadball Era, fue un auténtico revolucionario, y sólo por eso es y será el mejor jugador de todos los tiempos, dominando a los pitchers con su elevado número de Hits, su poder de su bateo, y eliminando bateadores desde la lomita.
George Herman Ruth nació el 6 de febrero de 1895 en Baltimore. Su padre trabajaba en un bar muchísimas horas, mientras que su madre no salía casi de casa por estar habitualmente enferma, él andaba todo el día por la calle, haciendo el gamberro y cometiendo pequeños delitos, y todo eso con seis años. Los Servicios Sociales de Baltimore lo consideraron un niño “imposible”, y a los 7 años fue enviado a una escuela para niños difíciles con problemas familiares graves, la “St. Mary’s Industrial School.” Sus padres intentaron que volviera a casa hasta siete veces, pero siempre los servicios sociales lo devolvían a St. Mary.
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Allí conoció durante sus primeros días, en 1904 al Padre Mattias, un hombre que le marcó la vida, la figura paternal que nunca tuvo en casa. “Me enseñó a leer y escribir, me mostró la diferencia entre el bien y el mal.” “Fue el padre que necesitaba, y el hombre más increíble que he conocido nunca.” Y fue quien le enseñó a jugar al béisbol, la forma de batear, y de correr las bases con pasos rápidos y cortos. En St. Mary jugó de todo, de pitcher, catcher, infielder, outfielder. Todas las posiciones le parecían bien, él sólo quería una cosa en la vida, jugar al béisbol. En un partido que jugó en 1913, con 18 años, jugó de tercera base (siendo zurdo), de pitcher, eliminó a seis jugadores por Strikeouts, y consiguió un doble, un triple y un Home Run. No olvidó nunca lo que sufrió durante su infancia, y quiso ayudar a los niños que pasaban lo mismo que el padeció. Organizaba comidas y partidos de béisbol para los niños huérfanos en su granja, les regalaba guantes, pelotas y bates. Iba antes de los partidos de los sábados por la mañana en Fenway a ayudar a los niños a vender sus bolsas de cacahuetes, porque estos se llevaban una comisión por cada bolsa que vendían.
Los Baltimore Orioles se fijaron en él, y firmó con un equipo de las Ligas Menores de esta franquicia. Fuera del terreno de juego era un Océano de problemas, pero cuando entraba en el campo todo era diferente. Jugó unos partidos contra algunos equipos de las Grandes Ligas, se enfrentó a 29 bateadores, concediendo 6 Hits y 2 carreras. Lanzó un partido completo, con victoria, ante los actuales campeones, los Philadelphia Athletics, ganadores de 3 de las últimas 4 Series Mundiales. Los Orioles necesitaban dinero, así que lo vendieron a los Boston Red Sox.
El 11 de julio de 1914 Babe Ruth debutó en Fenway Park. No empezó muy bien, lo sentaron en el banquillo y luego lo mandaron a las menores, al Providence Grays para ganar el título de la “International League”. Volvió a lo grande, el 2 de octubre ganó a los Yankees y consiguió su primer Hit en las Grandes Ligas, un doble.
La temporada de 1915 no fue mala, terminó con un récord de 18-8, pero del 1 de junio al 2 de septiembre consiguió 13 victorias por una sola derrota. Ese año se rompió un dedo del pie tras pegar una patada al banquillo después de que lo dejaran andar a primera base de forma intencionada, quería batear, allí estaban para batear, no para caminar. La gente no pagaba el precio de la entrada para ver andar a los jugadores. Empezó a batear, un BA de .315 con cuatro Home Runs, con el mejor Slugging (.576) de la Liga Americana. El récord de Home Runs en su liga fue de 7, de Braggo Roth, pero con 384 turnos al bate, Babe Ruth sólo tuvo 92. ¿Cómo nadie se dio cuenta en ese momento de su poder bateador? Porque contaban el número de Home Runs, Babe no era el que tenía más, así que no debía ser tan bueno. Ganaron las Series Mundiales ante los Philadelphia Phillies por 4-1, sus primeras World Series.
1916 fue el año en que se descubrió que estábamos ante un jugador excepcional. Ganó 23 partidos, con un ERA de 1.75. Lanzó nueve partidos sin conceder una carrera -un récord que todavía está en la Liga Americana para un pitcher zurdo-. En el segundo partido de las Series Mundiales lanzó los 14 innings, para ganar el partido por 2-1 a los Brooklyn Dodgers. Fue el año de sus segundas Series Mundiales, que se llevaron los de Boston por 4-1. Bateó 3 Home Runs en tres partidos consecutivos, su BA fue de .325, la prensa insistió en que bateara, pero Bill Carrigan no lo veía claro y continuó lanzando. Sólo algunos veían que El Bambino podría ser un bateador increíble, el resto seguía con el planteamiento clásico, lanza bien y debe ser pitcher. La imaginación y el riesgo no se llevaba mucho en esa época.
El año 17 fue también genial para Babe Ruth. Un récord de 24-13, con un ERA de 2.01 y seis partidos dejando el casillero a 0. Y empezaron sus discusiones con los árbitros, tras darle una base por bolas al bateador de los Senators no se le ocurrió otra cosa que golpear la cabeza del umpire. 100 dólares de multa y diez días sin jugar. Eran otros tiempos y hasta parecía otro deporte. Ya se empezaban a escribir artículos reclamando que Ruth jugara de bateador, tenía un swing prodigioso, y parecía que el montículo se le estaba quedando pequeño, a pesar de sus grandes números.
En 1918 todo cambió. Los Yankees ofrecieron 100.000 dólares por Babe Ruth, pero los Red Sox no querían ni oír hablar de eso, era su gran jugador, su As. El 6 de mayo jugó en el lineup de los de Boston, bateó 2-4 con un Home Run de dos carreras. 5 de sus 11 Home Runs habían sido en Nueva York, en el Polo Grounds. No es difícil ir encajando las piezas, y Babe encajaba perfectamente en este puzle, un estadio que le era favorable y un equipo con dinero para ficharlo. “No puedo lanzar un día, jugar otros días como bateador y volver a lanzar, ahora soy joven, pero cuando pasen los años no podré seguir jugando así.” Ed Barrow lo quería de pitcher, pero Babe Ruth quería batear, veía que era mejor con el bate que sobre le montículo, como cada vez más aficionados y periodistas veían, y quien lo tenía que ver mejor, el manager, estaba ciego. De julio a principios de septiembre jugó de pitcher cada cuatro días, los otros días estaba en el campo, de jardinero izquierdo, jardinero central o primera base. No era raro ver esto durante la época de la Deadball Era, muchos jugadores ocupaban las dos posiciones, pero ninguno con sus números. Lanzando: récord de 13-7, ERA de 2.22. Bateando: BA .300, Slugging .555, OPS .966, 11 Home Runs (muchos para esos años). Le apodaron “El Coloso.” De nuevo se llevaron la Liga Americana y las Series Mundiales ante los Chicago Cubs por 4-2. Volvió a lanzar como los ángeles, y consiguió un récord que batió Whitey Ford en los 60. 29.2 innings en las Series Mundiales lanzados de forma consecutiva sin recibir ni una carrera. “Este es el récord del que siempre he estado más orgulloso”, dijo el Bambino.
En 1919 Babe Ruth fue suspendido varias veces por su comportamiento en el terreno de juego. No dejaba de pedir aumentos salariales a Frazee, le pidió doblar su salario y que le dejara boxear. Pero fue un gran año para él, batió el récord de la historia de la Liga de Béisbol con 29 Home Runs, lideró la liga en Slugging (.657), en OBP (.456), en carreras con 103, en bases impulsadas con 113 y en Bases Totales con 284. Alcanzó las 9 victorias desde el montículo, con un ERA de 2.97. Consiguió un tercio de todas las carreras del equipo, pero el equipo no estuvo bien, sobretodo por las lesiones, y terminó segundo en la división con un récord de 66-71. En diciembre de ese año fue traspasado a los Yankees, una decisión polémica, muchos veían en Boston que era un error, era el mejor jugador de la liga, pero otros creían que tenía demasiado protagonismo en el equipo, que el béisbol no era la labor de sólo un jugador, y que el conjunto era más importante que el individuo.
Frazee intentó explicar la venta. “Aunque Ruth, sin lugar a dudas, es el mejor bateador que he visto en mi vida, también es uno de los hombres más egoístas y desconsiderados que ha llevado un uniforme de béisbol. Si hubiera tenido la actitud correcta, si hubiera estado dispuesto a aceptar órdenes y trabajar por el bien del club como los otros jugadores del equipo, nunca me hubiera atrevido a dejarlo escapar.” Cuando hablaba del récord de sus 29 vuelacercas, lo tenía “claro”. “El Home Run es una acción más espectacular que útil.” También se cuenta que Frazee quería el dinero para pagar una obra de teatro de una de sus amantes, 125.000 dólares pagaron los Yankees por el jugador, una auténtica fortuna de la época. Ruth era una apuesta arriesgada, bebedor importante, le gustaba andar en compañía de prostitutas, varios accidentes de circulación… No hubiera sorprendido a nadie que en uno o dos años dejara el béisbol por todos estos problemas. El mejor jugador del momento era un auténtico crápula, nadie creía que se convertiría en el mejor jugador de todos los tiempos y que esa sería la peor venta de un jugador de toda la historia de nuestro deporte.
El 28 de febrero de 1920 cogería el tren que lo llevaría de Boston a Nueva York, el momento en que nació la “Maldición del Bambino”. Babe Ruth tenía 25 años.
Su comienzo con los Yankees no fue muy esperanzador. Tardó tres semanas de Spring Training en conseguir su primer Home Run. Una fly ball le golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. Subió a las graderías a pelearse con un aficionado que le había insultado. La noche de Nueva York parecía demasiado para él, parecía que los malos augurios sobre su rendimiento podrían ser ciertos. Pero todo fue una breve pesadilla, cuando empezó la temporada jugó contra Boston y consiguió Home Runs en dos de los partidos que disputaron. Batió el récord de la liga de más Home Runs en un mes en mayo, con 11. Pasaron 30 días para batirlo, 13 en el mes de junio. Empató el récord de más vuelacercas en una temporada, 29, que era suyo el 16 de julio. Ese año terminó con 54, casi dobló el récord anterior. El segundo con más Home Runs fue George Sisler con 19. Su slugging fue de .863, el más alto de la historia, un récord que no fue superado hasta el año 2001 por Barry Bonds, con .863. La gente de Boston empezaba a intuir que se había equivocado traspasando a Babe Ruth. Y esto fue sólo el principio.
De 1920 a 1931, 12 temporadas, el Bambino lideró la Liga Americana en Slugging 11 veces, en Home Runs 10, en Walks 9, en OBP 8 veces, en carreras anotadas en 7. En seis de esas temporadas bateó por encima de .370. “Si en lugar de buscar tanto el bateo poderoso hubiera ido a por el single creo que mi media de bateo hubiera estado en .600.”
Había llegado la revolución al mundo del béisbol, y estaba ocurriendo ante los ojos de todos los fans. El deporte del diamante cambiaría para siempre y nunca volvería a ser igual. Era el personaje más famoso del país, la gente a la que no le interesaba nada el deporte iba a los estadios sólo para verlo a él. En 1919 se empezó a jugar los domingos al béisbol en Nueva York, eso llenó los estadios de familias que iban a ver a la leyenda viva. Todos querían conocer las historias de Babe, el Daily News contrato a un periodista, Marshall Hunt, para que escribiera cada día sobre él, los 365 días al año había una columna sobre las hazañas y “aventuras” de Ruth. Fue el rostro de América, la cara que todos conocían.
Unos médicos decidieron estudiarlo, vieron que sus ojos eran un 12% más rápidos que la media, la audición un 10% superior, su inteligencia también un 10% superior a la media de la población. Que no respiraba durante el swing, lo que hacía, según ellos, que fuera un golpe mucho más poderoso. Lo era todo en los años 20.
Y uno de sus apodos, El Bambino, viene de los fans italianos que iban a verlo jugar, y lo bautizaron así. Pero no fue el único que tuvo, en Boston se le conocía como el Colossus of Clout, y aparecieron más: el Mago de Wham, el Maharajah de Mash, el Rajah de Rap, el Califa de Clout, el Sultán de Swat, el Behemoth de Bash, el Bazoo de Bang, el Potentate of Pow, el Wali de Wallop, el Príncipe de Pounders y Jidge. Hasta apareció un adjetivo, “Ruthian”, que era colosal, prodigioso, magnífico, poderoso.
1920 fue un buen año, un récord de 95-59, pero que no fue suficiente para los Yankees, que se quedaron a tres partidos de los Indians, que fueron los campeones. En esos años el ganador de la Liga Nacional disputaba las Series Mundiales ante el ganador de la Liga Americana. Lanzó en un partido, concediendo 2 ER.
En 1921 los de Nueva York consiguieron 98 victorias, las quintas Series Mundiales para El Bambino, que llegó ese año a los 59 Home Runs. Lanzó en dos partidos, concediendo 9 ER, ya no volvería a lanzar hasta 1930. La final la disputaron ante sus vecinos, los New York Giants, perdiendo por 5-3, unos partidos que jugó lesionado, por un corte infectado en el brazo y una lesión en la rodilla. Pero fue un año que hubo de todo, sobretodo peleas con los árbitros, y un salto a las gradas para pelear con algún espectador. Un espectáculo, dentro y fuera de los terrenos de juego, donde estaba Ruth siempre había alguna noticia.
1922, de nuevo unas Series Mundiales, otra vez los Giants, y se repitió la derrota, 4-0 -las Series Mundiales pasaron a 7 partidos, durante 3 años se jugaron a 9, pero el experimento no funcionó, se volvió a siete partidos, algo que se conserva hasta el día de hoy. – La anécdota vino en el segundo partido, que se dio por empatado porque se hizo de noche y no se podía jugar. Fueron unos días desastrosos para Ruth, 2 de 17 en esos partidos.
En 1923 los Yankees abandonaron el Polo Grounds, para ir al estadio del Bronx, el Yankee Stadium, la “Casa que se construyó para Ruth.” Un campo que iba genial a las habilidades de Babe como bateador. De nuevo llegaron a la final, por tercer año consecutivo, y venían como un tiro, tras sacar 16 partidos a los segundos, los Tigers. De nuevo la final contra los Giants, pero esta vez la historia fue diferente, la victoria fue para los Yankees, 4-2, con un Ruth que consiguió 7 de 19.
En 1924 El Bambino ganó su único título de bateo, con .378, pero el equipo no estuvo a la altura, terminaron segundos tras los Washington Senators, que salieron campeones ante los eternos Giants.
1925 fue el peor año de la carrera de Ruth, el equipo terminó séptimo con un récord de 69-85. Empezó la temporada con 116 kilos de peso, comía demasiado, pilló alguna enfermedad de transmisión sexual -probablemente más de una, vivía mucho más de noche que de día, tenía 30 años y parecía que había cogido el camino de ida hacia ningún lugar. Pero algo cambió en él, vio que estaba cerca del precipicio, que era el momento de tomar una decisión, o seguir a gran nivel en el mundo del béisbol o dejarse ir, y se subió al carro de seguir jugando. Empezó a mejorar su físico, su dieta, bajo sus salidas nocturnas -aunque nunca las dejó-, y volvió a ser “el más grande.” Y lo consiguió, y entonces la leyenda ya fue eterna. De 1926 a 1931, seis temporadas, bateó una media de 50 Home Runs cada año, 155 carreras impulsadas, 147 carreras anotadas, una media de bateo de .354.
En 1926 se destapó un primera base de los Yankees que pasaría también a la historia, Lou Gehrig, que a sus 22 años asombraba a todo el mundo. De nuevo unas World Series, esta vez ante los Cardinals, y una derrota en el séptimo partido en el Yankee Stadium. El dolor que dio paso a 1927, el año del mejor equipo de la historia del béisbol.
Los Yankees del 27 terminaron con un récord de 110-44, ganaron la Liga Americana con 19 partidos de ventaja sobre el segundo, anotaron 976 carreras, 131 más que el segundo. Ruth consiguió su histórica marca de 60, un número que buscaba con ahínco para batir su récord de 59. Destrozaron a los Pirates en las Series Mundiales por 4-0.
1928 tampoco fue mal, un récord de 101-53, 54 Home Runs para Ruth. Unas nuevas World Series y una nueva victoria por 4-0 ante los Cardinals. Con un Ruth que bateó 10 de 16 y un Gehrig con un 6 de 11 en el clásico de otoño.
1930 fue el año del Home Run 500 y el principio del dominio de los Philadelphia Athletics, que se llevaron la Liga Americana y las Series Mundiales. En 1930 Babe consiguió el contrato más alto de la historia, 80.000 dólares al año, pero con partidos de exhibición, alguna aparición en películas, anuncios…, se calcula que ingresó más de 200.000 dólares. Pero en lo deportivo tuvieron que enfrentarse a unos grandes Philadelphia Athletics, y habiendo conseguido más de 1000 carreras (una media de más de 7 por partido) en dos años, 30 y 31 no consiguieron llevarse la Liga Americana ninguna de las veces, cayendo siempre ante los de Philadelphia. Y Ruth no jugó nada mal, en 1931, con 36 años, tuvo unos números increíbles: .373/.495/.700, 46 Home Runs, 162 carreras impulsadas, 149 carreras conseguidas y 128 walks.
En 1932 los Yankees consiguieron sus últimas World Series, derrotando a los Chicago Cubs por 4-0. 12-0 en sus tres últimas Series Mundiales.
1933 fue su temporada 20 en las Grandes Ligas, bateó para .301 con 34 Home Runs y lideró ambas ligas en Walks. Quedaron a 7 partidos de los Senators. Fue el último año en que jugó de pitcher, lanzando nueve innings para recibir 5 carreras.
1934 fue su último año en los Yankees, su sueldo bajó a los 35.000 dólares, pero seguía siendo el jugador mejor pagado de las Grandes Ligas. Fue el año de su Home Run 700 -los otros jugadores que se le acercaban al récord eran Lou Gehrig con 314 y Roger Hornsby con 301, así de grande era Babe Ruth-. También llegó a los 2.000 walks.
En 1935 se fue a los Boston Braves, le ofrecieron el puesto de asistente del mánager y vicepresidente, y los Yankees le dejaron irse. Jugó 28 partidos con un porcentaje de bateo de .181. Y comprendió que era el momento de retirarse, tenía 40 años.
Tras dejar el bate estuvo unos meses de entrenador de jugadores en Los Dodgers, pero lo dejó para jugar al golf, a los bolos, pescar y hacer apariciones públicas. En 1946 fue diagnosticado de cáncer, desde ese momento su vida transcurrió entrando y saliendo de los hospitales. El año 48 los Yankees retiraron su número 3. Murió el 16 de agosto de ese mismo año, y está enterrado en el Heaven Cemetery de Valhalla, Nueva York.
«Probablemente en ningún lugar que la ficción pueda imaginar hay una carrera más dramática y extraña que la que George Herman Ruth escribió en la vida real». Su obituario del New York Times.
Este artículo fue publicado originalmente en la Revista «Wild Pitch«.