Bo Jackson era una mezcla demoledora de potencia física, velocidad, atleticismo y ultra competitividad, lo demás se dio por la ley de causa y efecto. Fue seleccionado a 1 Pro Bowl en la NFL, y a su vez, fue convocado a 1 All Star Game en la MLB, leerlo es sencillo, el secreto de su grandeza es que él es el único deportista en la historia en realizar esa proeza. Un auténtico atleta de culto en nuestros tiempos.
11-mayo -2018 Bo Jackson es un mito, es el emblema del deportista multitalentoso, capaz de brillar en diversas disciplinas. Generó un gran impacto en la sociedad norteamericana que aún lo recuerda con añoranza. Nuestros pensamientos divagan en lo que es, lo que fue y lo que pudo haber sido. Pocos años pudimos apreciarlo en su total plenitud, una lesión lo dejó fuera de los campos a principios de la década de los 90’s del siglo pasado. Pese a ello, es considerado uno de los atletas más completos del que se tenga memoria; un fuera de serie, sus cualidades físicas innatas aun nos asombran cuando lo vemos en retrospectiva.
Cuando somos niños, nuestra naturaleza es ser soñadores, comúnmente vivimos atrapados en un mundo de fantasía. Nada nos resulta imposible en nuestras pequeñas mentes, soñamos que somos capaces de volar, de ser los más veloces, los más fuertes, en saltar más alto y a mayor longitud que los demás. Vincent Edward Jackson, era así en su etapa pueril, un soñador; que al llegar a su edad adulta logró hacer reales esos pensamientos.
Bo Jackson es nativo de una pequeña ciudad de Alabama, donde el 70% de la población es de raza negra, fue el 8º. de 10 hermanos, por su naturaleza de ser inquieto y muy competitivo desde pequeño, además de un poco conflictivo, su familia le apodaba el Jabalí, Boar en inglés; posteriormente ese apodo evolucionó a simplemente Bo y así es como lo conocemos. A los 13 años, encausó toda su energía hacía los deportes, previa amenaza familiar de que, de lo contrario, debería ingresar y asistir a un reformatorio debido a su mal comportamiento.
“En el deporte encontré esa paz que me dio armonía, disfrutaba vencer a los demás y desafiar mis propios límites”, declaró Bo acerca de cómo esa decisión fue vital para él. Se introdujo en el atletismo, en el fútbol americano y en el béisbol. Su ética de trabajo era ejemplar, sin embargo, no solía entrenar con exceso; aun así, siempre se mantuvo en gran forma física, cualidad que le acompañó en toda su carrera y nunca utilizó esteroides.
Era muy fuerte, veloz, poseía un gran salto, fiero competidor y además era ágil mentalmente. Ya en la preparatoria destacaba por sus grandes condiciones. Fue campeón estatal en dos ocasiones en la competencia de decatlón, que integra diez competiciones diferentes; además, ya brillaba en el diamante y en el emparrillado. Se vislumbraba lo que veríamos de él como profesional.
Al graduarse de esa etapa escolar, fue seleccionado por los New York Yankees en el draft de la MLB; él decidió declinar a esa opción y asistir a la universidad, como una promesa a su madre de ser el primero en la familia en alcanzar ese logro. En esta etapa, lo que era ya un atleta reconocido, se transformó en un hito, al ingresar a la Universidad de Auburn cimbró al deporte y nos dejó un gran legado. Decir que fue ganador del trofeo Heisman como mejor jugador a ese nivel le queda corto, a su carrera con tintes de leyenda. Bo Jackson es, sin temor a equivocarme, un atleta de culto en los Estados Unidos y en quienes nos gusta seguir el fútbol americano y el béisbol fuera de esas latitudes. Una leyenda urbana.
Todos los equipos se disputaban su contrato, tanto en la NFL como en la MLB; los afortunados parecían ser los Tampa Bay Buccaneers que eran dueños de la 1ª selección del Draft de la NFL; el error de estos y que los hizo perder su firma, fue que quisieron impedir a toda costa que jugara béisbol para evitar distracciones durante la temporada de NFL; el carácter indomable de Bo salió a relucir y no firmo con dicho equipo con la firme convicción de practicar los dos deportes que le apasionaban. De ésta manera, los Kansas City Royals lo tomaron en 1986 en el Draft de MLB, dejó correr un año y los Raiders, aquel entonces de Los Angeles, lo adquirieron en las etapas finales del Draft 1987 de la NFL. Así se forjó la historia de un jugador todo terreno, con la capacidad de ser el mejor corredor en la NFL, a la vez de ser un bateador y defensivo superdotado en la MLB.
Fueron 4 temporadas como corredor en la NFL, donde lucía superior a los demás y dominante; promedió 5.4 yardas por acarreo en toda su carrera, simplemente impresionante. En un Monday Night, nos regaló un impresionante performance al correr para 221 yardas con 2 touchdowns. Formó un tándem ofensivo arrasador junto a Marcus Allen con los Raiders. Cada juego nos demostraba su fortaleza al destruir prácticamente con su golpeo a quien deseaba derribarlo.
En el béisbol, son icónicos sus saltos sobre la barda para robarle cuadrangulares a los adversarios, o la ocasión que literalmente caminó sobre el muro del jardín central al atrapar a toda velocidad un elevado que lucía bien colocado. Solía trozar en dos su propio bat cuando era ponchado por el lanzador contrario, lo hacía azotándolo con ambas manos ante su muslo, en una ocasión lo hizo contra su cabeza cubierta por el casco de protección para bateo. El poder en su brazo era letal para los corredores, se recuerda como fue capaz de vencer la velocidad de Harold Reynolds con un lanzamiento que permaneció en el aire durante 300 pies conocido como The throw, cercano a la barda del jardín izquierdo y hasta home plate.
Su compañero de equipo Frank White le llamó Superman, ya que apenas en su primera semana en las Grandes Ligas bateó un homerun de 475 pies de distancia, además en las prácticas era capaz de disparar cuadrangulares de 450 pies colocado en el lado izquierdo de la caja de bateo, siendo él un bateador diestro.
Era un deportista muy apreciado tanto por los aficionados, como por los medios de información. Inundaba los comerciales deportivos de su época, sus anuncios publicitarios para una afamada empresa de calzado han sido de los más populares en la historia. Los principales videojuegos de la NFL lo mostraban en la portada. Hasta que un día su carrera se vino abajo por una lesión y nos dejó sin el privilegio de seguir disfrutando de sus hazañas.
En la actualidad, disfruta de practicar la arquería, pasatiempo que llevaba a cabo desde muy joven; está alejado de todos los reflectores. Realmente disfrutaba competir cuando estaba saludable, más nunca le agradó sentarse a ver un juego deportivo. Hace poco declaró; que de haber sabido todas las lesiones a las que un jugador se expone en el fútbol americano, desearía no haberlo practicado nunca. Y no lo dice por su lesión, sino principalmente por las lesiones cerebrales que con cada vez más frecuencia se ven en los jugadores de este deporte y le hubiera dedicado mayor tiempo al béisbol.
Marcó sin duda un verdadero parteaguas entre los atletas con múltiples talentos y de nuevo, en nuestros pensamientos divagan las ideas de lo que es, lo que fue y lo que pudo haber sido. Bo Jackson, un atleta de culto.