Hubo una época en las grandes ligas entre 1939 y 1941, que no había lanzador más efectivo que Bucky Walters, un jugador de cuadro que se convertiría en serpentinero luego de 4 temporadas en la gran carpa.
William Henry Walters era el nombre de ese lanzador converso, el jugador que participó en 16 temporadas en las mayores, pero que desde 1935 encausó una trayectoria que hasta ese momento era nada prometedora.
Bucky Walters, nació el 19 de abril de 1909 en Philadelphia, debutó en las grandes ligas el 17 de septiembre de 1931, jugando la segunda base de los Boston Braves quienes visitaban a los Pittsburgh Pirates de los hermanos Waner en el Forbes Field en una jornada de doble juego.
En su primer desafío se fue en blanco en 3 turnos oficiales y su conjunto venció a los bucaneros 2×0.
En el segundo encuentro de la jornada, ahora defendiendo la antesala, Walters, bateó 2 hits en 4 turnos, su primer imparable en las mayores fue un doblete en la parte alta del sexto episodio ante Glenn Spencer.
Participando en 9 desafíos en lo que quedaba de la temporada de 1931, dejó un promedio de ,211.
Entre 1932 y 1934, Walters deambuló hasta por tres equipos (Boston Braves, Boston Red Sox y Philadelphia Phillies), con un antesalista de respaldo cuyo mejor promedio al bate lo consiguió en 1933 con un deslucido ,256.
Con el equipo de su ciudad natal pareciera a que sus días en las mayores estaban contados cuando fue convencido a intentar como lanzador, propuesta del manager Jimmie Wilson, con la ayuda de sus coachs Hans Lobert y Dick Spalding.
En una elaborada estratagema los asistentes de Wilson, le comentaron a Bucky Walters a quien habían invitado a comer, que sus carreras las habrían extendido de haberse convertido en pitchers, esto lo aprovechó el manager Wilson para proponérselo a Walters quien a regañadientes aceptó.
Fue la mejor decisión de su carrera, en 2 juegos en 1934, dejó una efectividad de 1,29 en 7 entradas sin decisiones.
En 1935 se incorporó a la rotación delos Philadelphia Phillies ganando 9 partidos por igual número de caídas, con 4,17 de promedio de carreras limpias permitidas.
Bucky Walters, tuvo la poca fortuna en sus albores como lanzador de jugar en el peor equipo de la liga y en el Baker Bowl uno de los estadios más amigables para los bateadores.
Con ese hándicap el derecho de 1,85 metros tuvo que soportar castigo que en 1936 lo convirtieron en el lanzador con más derrotas en la liga (21), acumulando ente 1936 y 1937, una marca de 25-36 y 4,50 de efectividad.
En ese par de campañas los Phillies ganaron 115 veces y cayeron en 192, ocupando el octavo lugar (el sótano) y el séptimo puesto en la liga nacional.
1938, empezaba tal y como terminaron las campañas previas hasta que el 13 de junio los Filis que estaban pasando una terrible crisis financiera se vieron obligados a vender jugadores para evitar la bancarrota. Entonces cambiaron a Walters a los Rojos de Cincinnati por el lanzador Al Hollingsworth, el receptor Spud Davis y $ 55,000.
A pesar que deportivamente era un cambio prometedor para Bucky Walters (pasó de un equipo con marca de 12-30 en el sótano de la liga a otro ubicado en el tercer puesto con marca de 25-21), personalmente estaba algo decepcionado por dejar su lugar de nacimiento.
De 4 victorias, 8 derrotas y una efectividad de 5.23 con los Phillies, Walters tuvo un desempeño de 11-6 con una efectividad de 3.69 con los Rojos, un reflejo de la diferencia entre los parques y el apoyo de bateo y fildeo brindado. por los dos equipos.
En 1939 Bucky Walters lideró la Liga Nacional en victorias (27) efectividad (2.29) y ponches (137) logrando la triple Corona del pitcheo siendo la primera ganada por un lanzador de los Rojos de Cincinnati y en la liga nacional desde que en 1924 Dazzy Vance lo hiciera con los Brooklyn Robins.
Con esta actuación que representó un WAR de 9,7(el mejor de la liga) contribuyó a que los Cincinnati Reds conquistarán por primera vez desde 1919 el banderín de la liga nacional, aunque luego fueron barridos por los New York Yankees de los futuros miembros del salón de la fama Bill Dickey, Red Ruffing, Lefty Gómez y Joe DiMaggio.
La Asociación de Escritores de Béisbol de América lo seleccionó como el jugador más valioso de la Liga Nacional, el primer lanzador de los Rojos de Cincinnati en recibir el honor. También fue convocado a su segundo juego de estrellas primero como escarlata.
En 1940 volvió a tener más de 2 decenas de victorias, logrando un récord de 22-10 y 2,48 de efectividad y 1,09 de Whip, repitiendo los lideratos en victorias, efectividad y Whip logrados la campaña previa.
Fue convocado a un nuevo juego de estrellas y quedo tercero en la votación del MVP ganado por su compañero de equipo Frank McCormick.
En esa campaña se produjeron 2 eventos en las antípodas de los sentimientos en el conjunto de Cincinnati.
Durante la lucha por el banderín de los Rojos, el 31 de julio de 1940, Walters perdió una ventaja de 4-1 en la novena entrada ante los Gigantes de Nueva York en el Polo Grounds.
El receptor Willard Hershberger, quien remplazaba al lesionado Ernie Lombardi, se culpó a sí mismo por haber hecho una mala selección de los pitcheos y decepcionar al equipo, aunque el equipo lideraba la liga con marca de 61-29 y 7,5 juegos de ventaja y estaba bateando .309.
El equipo viajó a Boston al día siguiente, y Willard estuvo detrás del plato en el segundo juego de la doble tanda que perdieron los Reds al ser dejados en el campo por los Boston Bees.
Hershberger se culpó a sí mismo por las pérdidas ante los Gigantes y las Abejas, y le dijo a la tercera base Billy Werber que «Si Ernie (Lombardi) hubiera estado atrapando, no hubiéramos perdido esos juegos de pelota”.
El 3 de agosto Hershberger se suicidó cortándose la garganta. El nieto de Walters comentó que este evento «tuvo un impacto en mi abuelo que nunca se discutió, pero que se reconoció como profundo «.
La tragedia embargo al equipo de los Rojos, que redoblaron los esfuerzos para repetir el título de la liga y ganar la serie mundial ante los Detroit Tigers 4 juegos a 3.
En el segundo clásico de octubre consecutivo, la actuación de Walters fue soberbia, ganó sus 2 aperturas dejando una efectividad de 1,50 y un Whip de 1,09.
A la ofensiva también destacó, conectó un jonrón durante el Juego 6 de la Serie Mundial convirtiéndose en el quinto lanzador en dar un jonrón en un juego del clásico de otoño y sólo el segundo después de Jesse Haines en lanzar un juego completo en la misma jornada, Haines lo hizo lanzando en el 3er encuentro de la serie por los St. Louis Cardinals frente a los New York Yankees.
En 1941, ganó 19 partidos, perdiendo 15 encuentros con una efectividad de 2,83 siendo el lanzador con más juegos completos (37).
De 1939 a 1941 nadie tuvo mejor desempeño en la lomita que el lanzador de Cincinnati, tuvo récord de 68-36 con 2,53 de ERA y 1,16 de Whip, con 14,7 de WAR en el periodo.
Si bien ganó el MVP en 1939, probablemente de haber existido el Cy Young (se empezó a entregar en 1956), hubiese sido el ganador en 1939 y 1940.
Walters tenía 31 años cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial. Aunque clasificado como 1-A por su junta de reclutamiento, no fue llamado al servicio militar.
Su actuación cayó un poco durante los años de guerra de 1942 y 1943. Ganó 15 juegos cada año a pesar de lesionarse la pierna durante el entrenamiento de primavera en 1943 y lidiar con un apéndice problemático.
Después de una apendicetomía, regresó en 1944 y disfrutó de otro año dorado que recordaba sus años de preguerra. Lideró la liga en victorias con 23, perdiendo sólo 8 y dejando una efectividad de 2,40 apenas a 2 centésimas de distancia de su compañero de equipo Ed Heusser que con 2,38 conquistara el liderato en efectividad.
De haber existido el Cy Young, según lo expresan en STATS hubiese recibido su tercer galardón con la actuación de la campaña de 1944.
El 20 de mayo de 1945 conectó 2 cuadrangulares, empujando 3 carreras y resultando el lanzador ganador ante los Boston Braves.
El 31 de julio de 1945, Walters se lastimó el brazo al vencer a los Cardenales, 2-0, en St. Louis y lanzó solo dos juegos más esa temporada. Sus días como lanzador dominante habían terminado. Ganó 10 juegos en 1945 y 10 en la temporada de posguerra de 1946, aunque todavía con bajas ERA (2,68 – cuarto mejor en la Liga Nacional – y 2,56 respectivamente). En 1947 su efectividad se disparó a 5.75 y ganó 8 y perdió 8.
En 1948 lanzó 7 desafíos con los Reds y no obtuvo victorias cayendo en 3 oportunidades, por otra parte, a mediados de campaña sustituyó a Johnny Neun como manager del equipo, responsabilidad que tuvo hasta finales de 1949, año en el que no participó como jugador activo.
Como estratega acumulo un récord de 81 ganados y 123 perdidos.
Luego de intentar un retorno a la actividad en 1950 con los Boston Braves en los que lanzó un partido como relevista, pone fin a su carrera en las grandes ligas el 23 de julio de 1950 a sus 41 años de edad.
Luego de su retiro como jugador activo se dedicó a ser con relativo éxito entrenador de lanzadores, tuvo ese cargo con los Gigantes de Nueva York (1956-57) y los Bravos quienes ganaron la Liga Nacional en 1957 y la Serie Mundial en 1958, con la ayuda de los lanzadores que había entrenado, incluidos el héroe de la Serie Lew Burdette, Bob Buhl y Joey Jay.
Entre los otros lanzadores que se le atribuyó haber ayudado a desarrollar estaban Ewell Blackwell en Cincinnati y Johnny Antonelli., quien más tarde fuera protagonista con los Gigantes.
Bucky Walters durante un período de ocho años antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, fue el lanzador tope en la Liga Nacional y uno de los mejores en las ligas mayores.
A lo largo de los años, de 1939 a 1946, Walters lideró las mayores en victorias (141), entradas lanzadas (2,030), juegos completos (178), y, entre aquellos con 1,000 o más entradas lanzadas, en ERA (2,66).
Además, lideró a los lanzadores de la Liga Nacional en aperturas (258) y la menor cantidad de hits permitidos por 9 entradas (7.96) y ocupó el segundo lugar en la liga en corredores de base permitidos por 9 entradas (11.06), blanqueadas (28) y porcentaje de victorias (.610) y cuarto en ponches.
Durante ese período, también ganó más «Win Shares» (la estadística creada por Bill James, una medida de la contribución de un jugador a las victorias de su equipo), que cualquier otro lanzador.
Fue incluido en el Salón de la Fama de los Rojos de Cincinnati en 1958.
A pesar de estos pergaminos, no existe una placa con el rostro de Bucky Walters en el salón de la fama en Cooperstown, el lanzador estuvo 15 años en las papeletas de los votantes sin poder alcanzar el mínimo de 75% para su exaltación, (lo máximo que logró fue 23,7 en 1968).
Es una deuda que tendrá que subsanar el algún momento el comité de veteranos.
Quién sabe si el premio Cy Young hubiere sido creado cuando el MVP 1930) y Walters hubiese recibido los galardones de 1939, 1941 y 1944, ya fuera miembro del hall of fame.
Bucky Walters murió en Abington, Pennsylvania, sólo un día después de su 82 cumpleaños a la espera del reconocimiento del salón de la fama.
En agosto de 2008, fue nombrado como uno de los diez ex jugadores que comenzaron sus carreras antes de 1943 para ser considerado por el Comité de Veteranos para ingresar al Salón Nacional de la Fama del Béisbol en 2009. No fue elegido.
Los números dejados por Bucky Walters en el montículo fueron: WAR 53.2 W 198 L 160 ERA 3.30 G 428 GS 398 SV 4 IP 3104.2 SO 1107 WHIP 1.32
Feliz cumpleaños a los jugadores que pueden apagar las velas esta semana, y gratos recuerdos para aquellos que ya juegan en el campo de los sueños.