Desde el próximo 16 de junio, y hasta el 27 del mismo mes, viviremos la gran fiesta del béisbol universitario: las College World Series, las finales universitarias de la División I en las que los ocho vencedores de las Súper Regionales lucharán por el título al mejor equipo de la temporada. Encuadrados en dos grupos de cuatro a enfrentamiento directo a doble eliminación, los vencedores de cada grupo se medirán entre sí en una final al mejor de tres partidos. Ello permite que una mala tarde no suponga, en ningún caso, tener que marcharse a casa.
La casa de las College World Series es Omaha (Nebraska), el TD Ameritrade Park, tal y como lo ha sido desde 1950 y lo será, al menos, hasta 2035. La ciudad de Malcom X y Melissa Harrington es el gran símbolo del béisbol universitario.
El torneo de la División I lo inician 64 equipos elegidos entre un elenco de 298 conjuntos susceptibles de ello: 31 vencedores de sus conferencias y 33 elegidos por el Comité Rector. Estos 64 son distribuidos en 16 grupos de cuatro integrantes, que se enfrentan a doble eliminación en las Series Regionales. Los vencedores de cada grupo se clasifican para las Súper Regionales a eliminatoria directa y al mejor de tres partidos. Esos ganadores son los ocho finalistas de las CWS.
En el bracket tendremos a 6 de los 16 cabezas de serie nacionales. Este año ese número no es tan representativo si tenemos en cuenta que antes eran 8. Entre los que no son cabezas de serie destaca Washington, será la primera aparición de los Huskies, que se enfrentarán en su primer partido al otro no cabeza de serie, Mississipi St. (Bulldogs), junto a los siberianos, son los dos equipos que han llegado con peor balance a las CWS, si bien, ello no es indicativo de absolutamente nada. Lo que sí suele ser sinónimo de éxito es arribar a Omaha con sufrimiento y sorpresa, así que ojito con los de Starkville, que dejaron por el camino a Vanderbilt en las Súper Regionales, haciendo lo propio Washington con Cal St. Fullerton. Los de Seattle se clasificaron en las Regionales, en un grupo que lideraba Coastal Carolina, la universidad que contará con más seguidores en España el día en que el cuñadismo atraque su barco en la NCAA.
En el lado opuesto los Gators de Florida, que desde 2010 sólo han faltado a la cita en dos ocasiones, llegan con todo a favor: clasificados heroicamente con un walkoff home run en la undécima, cabezas de serie número uno y defendiendo título, con jugadores como Jonathan India y Brady Singer y la mejor rotación del campeonato. Por si fuera poco, cuentan con el inimitable Kevin O’ Sullivan, quien fuera elegido mejor entrenador del año en la SEC. Una Southeastern que por décima vez coloca a tres equipos en la College World Series: Mississipi St., Arkansas y la propia Florida.
El resto de compañeros de viaje son North Carolina (Talones de Alquitrán), que con 11 participaciones y primera desde 2013 es el conjunto, detrás de Clemson, con más apariciones sin título; Oregon St. (Castores), que cuenta con siete participaciones y dos títulos; Texas (Longhorns), de 36 participaciones, 85 victorias (récord nacional) y 6 títulos; Texas Tech (Red Raiders), con 3 apariciones en los últimos tres años pares; y Arkansas (Razorbacks), que también tiene 3 participaciones, siendo ésta la primera desde 2004. Como veis, mucha experiencia entre los equipos participantes, si exceptuamos a Washington, el que menos veces ha participado es Oregon St., con 7, pues las 3 de Texas Tech tienen el enorme valor de ser todas desde 2014.
Tendremos también a dos de los cuatro finalistas del Golden Spikes Award: Brady Singer y Kody Clemens, quienes hicieron un temporadón. Me niego a hablar de si este jugador es hijo de este otro, por más que se trate de mi ídolo de adolescencia. Se echará de menos a los otros dos finalistas: la gran sensación de Auburn University, el pitcher diestro Casey Mize, y al infielder de California, Andrew Vaghn.
También a destacar la presencia de Luke Heimlich. Los focos estarán sobre él. ¿Podrá superar lo acontecido en el pasado año y demostrar lo que tenía que haber demostrado si no fuese por haberse revelado su condena por abusos sexuales mientras subía al montículo de Omaha?
Y no dejemos de fijarnos en Gabe Holt (Texas Tech), un freshman absolutamente polivalente y en racha; en el pitcher alquitranado Gianluca Dalatri, ni en jugadores de posición como el Bulldog Elijah Mc Namee o el Huskie Jon Wainhouse.
Si bien hablo de jugadores porque el jefe me obliga a hablar de jugadores, en las CWS no vale absolutamente ningún pronóstico en cuanto a quiénes destacarán, como vimos el año pasado con la debacle de los aces.
El número de primeras rondas del draft y los números de la primitiva ya os lo buscáis vosotros, hacerlo yo sería darle una relevancia que no tiene.
En Pitcheos Salvajes os iremos informando de cómo se desarrollan las College World Series y para cualquier duda que os surja entre entradas, ya sabéis: @Rblascomlb.
Sólo me queda deciros que si decidís acercaros al béisbol universitario, vivieréis un juego mucho menos encorsetado que el de las Grandes Ligas, donde todos los roles están definidos sin margen para la improvisación. De hecho, el gran invento del año, el «Opener», es algo habitual en NCAA.