Una vez definida en casi su totalidad las plantillas de toda la MLB con una de las agencias libres más rápidas de los últimos tiempos, voy a analizar división por división las dinámicas de los equipos para comprender un poquito más el estado en el que se encuentran respecto al año pasado. Para ello, voy a categorizar a los equipos en 6 categorías que son:
Pushing for championship: aquí incluiré aquellos equipos que ya optaban a ganar el título en 2022 y que su apuesta en esta postemporada ha sido la de redoblar esfuerzos.
Improving but not enough: en esta categoría analizaré los equipos que han dado un claro salto competitivo pero que no creo que les llegue para más allá que un puesto en playoffs.
Change of strategy: los equipos que han virado su rumbo para poder cambiar algunas cosas que no han funcionado serán los protagonistas en este apartado.
Same status as last year: nuevo año y mismas aspiraciones. Pocos cambios significativos en las franquicias que ocupan esta categoría.
Clear step back: jarro de agua fría para los aficionados de estos equipos que verán reducidas sus aspiraciones de forma evidente en 2023.
Saving money: mientras algunos intentan ganar, otros equipos lo único que buscan es minimizar su payroll para ganar más dinero. El desarrollo de jóvenes y la reconstrucción es la excusa para reducir año sí, año también los emolumentos de sus jugadores.
Hoy sigo con la división Central de la liga Americana, división donde no vislumbro ningún candidato claro al título. Allá vamos.
Improving but not enough: 2022 se saldó con un título divisional para un equipo muy criticado en el invierno de 2021-22 por su poco gasto en el roster. Sin embargo, todo encajó en Cleveland bajo la mágica tutela de Terry Francona y accedieron a unos inesperados playoffs. Este año, la cosa ha estado bastante similar, con pequeños detalles que tienen que hacer mejor el auténtico talón de Aquiles de los Cleveland Guardians, el ataque. El experimento Franmil Reyes fracasó y fue designado para asignación durante la temporada. El infield es top con Jose Ramirez, Amed Rosario y Andres Gimenez, dos de los jugadores implicados en el trade de Lindor y Carrasco y que ha resultado ser magnífico para ambos equipos. Para completar el infield han traído al poderoso Josh Bell que alternará la primera base con el bateador designado con Josh Naylor. Un equipo con mucha capacidad de poner la pelota en juego y que ha añadido poder con el ya citado Bell y con Mike Zunino. A esto se une un cuerpo de lanzadores siempre competitivo liderado por, quizá, el mejor closer de la actualidad, Emmanuel Clase, y Shane Bieber. Un equipo muy old school pero con evidentes razones para ser positivo y poder aspirar a revalidar título de división. Lo de aspirar a más lo dejamos para otra ocasión.
Change of strategy: los Minnesota Twins se han llevado a uno de los protagonistas del mercado, Carlos Correa. Tras un auténtico culebrón donde parecía cercano a firmar, primero, con los Giants y, luego, con Mets, los Twins consiguieron retenerlo con un contrato más lucrativo, pero menos largo que el que iba a firmar en San Francisco o Nueva York. Esto ha supuesto una deriva clara de la franquicia a competir. De ahí ha venido el movimiento posterior donde han sacrificado al líder en promedio de bateo, Luis Arraez, para fortalecer su rotación con uno de los brazos más fiables de la liga los últimos años, Pablo Lopez. La rotación queda bastante interesante con Lopez, Sonny Gray, el rookie de 2022 Joe Ryan, Tyler Mahle y Kenta Maeda, otro cambio de rumbo de un equipo que, últimamente, se centraba más en el ataque. En ataque se queda un lineup bastante poderoso pero con bastante poca capacidad de bateo de contacto. Joey Gallo, uno de los refuerzos estrellas y que busca retomar sus números tras fracasos en LA y NY. Gallo vuelve a un mercado menor buscando reverdecer laureles. Christian Vazquez, Michael A. Taylor o Kyle Farmer son otros refuerzos para volver a competir la división presumiblemente a Guardians y White Sox.
Same status as last year: los Detroit Tigers acabaron el año 2022 en cuarta posición de su división, lugar donde, considero, deberían acabar este mismo año. Sin embargo, lo que parecía un paso adelante el año pasado con los fichajes de Eduardo Rodriguez y Javy Baez, su postemporada ha sido muy discreta, incluso cediendo vía traspaso a su cerrador Gregory Soto a los Phillies por un pack de discretos jugadores. Las lesiones de dos de sus principales brazos jóvenes, Casey Mize con su cirugía Tommy John, y Tarik Skubal, con problemas en su mano, parece que han pausado en gran medida los planes de la franquicia. Ni siquiera hay milestones que perseguir en 2023, como pasó con Miguel Cabrera y su hit 3000. Apenas el fichaje de dos abridores como Matt Boyd y Michael Lorenzen son los movimientos más llamativos de la franquicia de Michigan. Ver crecer a los Manning, Skubal, Torkelson o Riley Greene son los únicos focos de atención en la ciudad de la General Motors. Se pausa la reconstrucción de los Tigers de nuevo.
Clear step back: muchos, demasiados, problemas, en los Chicago White Sox en esta offseason. A la marcha de su jugador franquicia los últimos 6 años, Jose Abreu, los problemas extradeportivos no dejan de suceder en la franquicia del sur de Chicago. Primero Liam Hendriks, su estelar closer, anunciada que padecía de cáncer, por lo que su participación en 2023 es muy dudosa a día de hoy. A continuación, uno de los fichajes estelares, el abridor Mike Clevinger era noticia por estar bajo investigación de la MLB por un feo caso de violencia doméstica. Así es difícil cambiar el rumbo de una franquicia que el año pasado ya dio un paso atrás claro, quedándose fuera de playoffs en una de las divisiones más flojas de la liga. Evidentemente sigue habiendo plantilla para aspirar a ganar la competición. En ataque tiene nombres como Luis Robert, Eloy Jimenez, Yasmani Grandal, Tim Anderson o el recién fichado Andrew Benintendi. Y su rotación sigue siendo élite con Dylan Cease, auténtica revelación en 2022, Lance Lynn, Lucas Giolito y Michael Kopech. Incluso el puesto de cerrador parece en buenas manos con Kendall Graveman. Y hasta el despido de Tony LaRussa ayudará a que el ruido que provocaba el legendario manager sea menor. A mí no me extrañaría que los White Sox tuvieran mejores resultados que en 2022, pero es evidente el paso atrás en plantilla. Un enigma los White Sox en 2023.
Saving money: otro año donde los Kansas City Royals parece que serán irrelevantes para la competición. Esta postemporada, en lo que se refiera al lineup, se han dedicado a traspasar a aquellos veteranos que mejor mercado pudieran tener, como ya hicieron con Benintendi durante la pasada temporada. Este invierno les ha tocado al eternamente lesionado Adalberto Mondesi y al excelso jardinero central Michael A. Taylor. El primer movimiento tiene cierto sentido ya que haces hueco en su posición natural a su principal prospecto ya establecido en la liga, Bobby Witt, Jr. También es foco de interés ver la evolución de jóvenes como Pasquantino o Melendez. En la lomita, existe cierta desesperación en la fanaticada por la incapacidad de sacar brazos jóvenes desarrollándolos. Aquí es donde se han producido los fichajes más random. Zack Greinke, con 39 años, parece retardar su jubilación donde empezó todo, mientras que han fichado a dos brazos veteranos como Jordan Lyles o Ryan Yarbrough para ocupar dos huecos de la rotación de 5. Además, para rizar más el rizo, se han hecho con el relevista venido a menos Aroldis Chapman. Movimientos con la misma finalidad, a priori, ya mencionada. Que algunos equipos se fijen en ellos durante la temporada para sacar material joven que les aporte algo en el futuro. No me gustaría ser seguidor de los Royals. ¡¡¡Qué lejos quedaron aquellas presencias en las World Series de 2014 y 2015, con título incluído el último año!!!