Como ya hiciera el año pasado, voy a analizar división por división las dinámicas de los equipos para comprender un poquito más el estado en el que se encuentran respecto al año pasado. Aunque aún faltan algunos nombres interesantes que pueden cambiar el barniz de cada uno de ellos. Para ello, voy a categorizar a los equipos en 6 categorías que son:
Pushing for championship: aquí incluiré aquellos equipos que ya optaban a ganar el título en 2023 y que su apuesta en esta postemporada ha sido la de redoblar esfuerzos.
Improving but not enough: en esta categoría analizaré los equipos que han dado un claro salto competitivo pero que no creo que les llegue para más allá que un puesto en playoffs.
Change of strategy: los equipos que han virado su rumbo para poder cambiar algunas cosas que no han funcionado serán los protagonistas en este apartado.
Same status as last year: nuevo año y mismas aspiraciones. Pocos cambios significativos en las franquicias que ocupan esta categoría.
Clear step back: jarro de agua fría para los aficionados de estos equipos que verán reducidas sus aspiraciones de forma evidente en 2024.
Saving money: mientras algunos intentan ganar, otros equipos lo único que buscan es minimizar su payroll para ganar más dinero. El desarrollo de jóvenes y la reconstrucción es la excusa para reducir año sí, año también los emolumentos de sus jugadores.
Hoy toca la última, la división Oeste de la liga Nacional donde está el máximo favorito a ganar y el participante en las últimas World Series, entre otros.
Pushing for championship: de las offseason que yo recuerde, pocas tan abrumadoras como la que han hecho Los Angeles Dodgers este invierno. No sólo se han llevado a la joya de la corona, al unicornio absoluto, en Shohei Ohtani, sino que han compuesto un equipo que debe ganar sí o sí el trofeo del comisionado. Otra cosa será un fracaso. Y es que los angelinos han garantizado en estos meses la friolera de 1.232 millones de dólares, de los que 700 lo hacen al japonés. Si Ohtani, ya por sí sólo, mejora exponencialmente a cualquier equipo, los Dodgers han hecho un All in, firmando a agentes libres tan cotizados como Teoscar Hernandez (23,5 millones), el pitcher más cotizado de esta agencia libre, Yoshinobu Yamamoto (325 millones), Clayton Kershaw (10) o James Paxton (7), al que se une el traspaso por Tyler Glasnow, al que han garantizado otros 111,5 millones. Y retoques como los de Kike Hernandez, Joe Kelly, Blake Treinen o Jason Heyward, jugadores que vuelven a la franquicia Dodger. Freeman, Betts y Ohtani forman un trío difícil de superar en el lineup, con potencial de ser los 3 candidatos claros al premio MVP, del que se debería caer Ohtani este año al ser sólo DH. A pesar de que Ohtani no vaya a lanzar en 2024 (yo sigo con la mosca de que se le puede ver en playoffs, igual de cerrador), Yamamoto, Glasnow, Buehler, que vuelve de la cirugía Tommy John, Paxton y su pléyade de castigados jóvenes (May, Gonsolin) y los jóvenes menos castigados (Bobby Miller o Sheehan) hacen de la rotación una de las de mejor techo, aunque con muchas incógnitas en forma de salud y de adaptación (especialmente Yamamoto). Pero con que funcionen 4 de ellos, los Dodgers son un equipo temible. Aunque la competencia en la liga nacional va a ser terrible. A los Dodgers se les van a caer las victorias en liga regular por castigo. Pero hay que llegar bien a playoffs, donde el deporte cambia de forma sustancial.
Improving but not enough: puede resultar un poco contradictoria situar aquí a los vigentes subcampeones de 2023. Pero considero que lo del año pasado fue un “accidente”, una “anomalía”, un cúmulo de circunstancias que llevaron a los Arizona Diamondbacks a las World Series. Pero, a día de hoy, por mucho que me guste el equipo, que me gusta, veo a los de Arizona inferiores a día de hoy a los colosos de esta liga nacional, entre los que destaco a Dodgers, Braves o Phillies. Incluso no me sorprendería un sorpasso de los Giants. A pesar de ello, los D’Backs se han movido muy bien en esta postemporada, rellenando huecos que había en su roster. Lovullo contará con tres bates poderosos, que deben aprovecharse del ataque dinámico de los jóvenes D’Backs, encabezado por la super estrella Corbin Carroll. Han traspasado por Eugenio Suarez para rellenar la tercera base, han firmado a Joc Pederson para el DH y han renovado a un Lourdes Gurriel que encajó perfectamente en el equipo, tras su traspaso desde Toronto, un traspaso en el que los D’Backs son claramente ganadores, a pesar de que no lo parecía al principio. El catcher titular Gabriel Moreno tiene también culpa de ello. Además, añaden a un gran abridor en Eduardo Rodriguez que debe complementar a Zac Gallen y Merrill Kelly. La incógnita, en cambio, es ver si Brandon Pfaadt podrá consolidar su gran labor en playoffs en temporada regular. Si lo hace, tienen 4 muy buenos abridores. Randall Grichuk también me parece un muy buen fichaje de complemento. En resumen, veo a los D’Backs claramente mejores y, si el año pasado llegaron donde llegaron, ¿por qué no soñar de nuevo para 2024?
Change of strategy: después de coquetear durante varios años con los grandes peces gordos de la agencia libre, los San Francisco Giants han optado, o más bien se han visto obligados, a distribuir mejor las inversiones y, en vez de fichar a una superestrella, han fichado a 3 muy buenos jugadores, siendo, tras Dodgers, Royals (debido a la extensión de Witt) y Phillies (por la extensión a última hora de Wheeler), el cuarto equipo en comprometerse a más dinero. La rúbrica final, a espera de si pueden concretar el fichaje de Blake Snell, ha sido Matt Chapman, uno de los mejores agentes libres, y que cubre la tercera base magníficamente, aportando mucho poder y gran defensa. Los otros fichajes estelares son Jorge Soler, uno de los jugadores con mayor poder bruto de la liga, y que llega tras batear 36 HRs en Miami, y el coreano Jung Hoo Lee, una apuesta arriesgada. Como también es arriesgada la apuesta por el lanzallamas Jordan Hicks para hacerlo abridor. Es ahí, en la rotación, donde más incógnitas va a haber en la bahía. A lo de Hicks, se unen los problemas físicos en la cadera de Alex Cobb, número 2 claro de la rotación, y la duda si volverá Robbie Ray, y en qué condiciones y rendimiento, a finales de este año. La firma de Snell lo cambiaría todo. Los jóvenes marcarán el termómetro de este equipo, donde Kyle Harrison, Keaton Winn o Marco Luciano deben dar el paso que otros como Joey Bart nunca han dado. Los Giants son mejor equipo que el año pasado. Eso me queda claro, aunque nunca se sabe con los de Bob Melvin, nuevo entrenador tras despedir a Gabe Kapler. Ni me sorprendería que acabaran segundos de su división, ni fuera de playoffs.
Same status as last year: hay pocos equipos que me dan tanta pereza como los Colorado Rockies. Con 132 millones de payroll, lo que les sitúa en el ecuador de equipos con mayor payroll de la MLB, no veo ningún motivo para verles fuera del farolillo rojo de la división. A pesar de que, en 2023, hubo alguna buena noticia en el equipo, como la eclosión de Nolan Jones o ver a Brent Doyle patrullar magníficamente los jardines. Sin embargo, las adiciones al roster en ataque se reducen a dos jugadores que pintan, a día de hoy, a suplentes, como es el cátcher suplente Jacob Stallings y Sam Hilliard, dos jugadores, a todas luces, irrelevantes. En cuanto al montículo, han fichado a dos lanzadores con un perfil similar. Lanzadores, como son Cal Quantrill y Dakota Hudson, que tienen problemas para eliminar a sus rivales por la vía del SO, lo que supone un riesgo el permitir poner en juego la bola en un campo como Coors Field. German Marquez, uno de sus principales pitchers, parece que volverá pronto, tras su Tommy John, pero la rotación es de las peores, si no la peor, de la liga. Fangraphs, en sus proyecciones de 2024, sitúa a todos los abridores de su rotación con más de 5.00 de ERA para este año. Y tampoco veo un ataque tan redondo como para parar la sangría en el montículo. Kris Bryant debe volver al 100%, mientras ve su cuenta bancaria crecer sin más ánimo que ese. Una pena tener a un jugador así en semejante franquicia que no va hacia ningún sitio.
Clear step back / saving money: si a un equipo MLB le quitas, de un plumazo, a tu mejor lanzador en 2023, y Cy Young de la liga nacional, al mejor closer del negocio, Josh Hader, y a tu mejor bateador, evidentemente debes aparecer por aquí. Eso es lo que les ha pasado a los San Diego Padres que han visto cómo Juan Soto se iba traspasado a los Yankees, en busca del talento joven perdido en anteriores años, y Blake Snell se ha “marchado” en la agencia libre. Entrecomillo marchado porque Snell aún no tiene equipo y volver a San kDiego, aunque no parece una opción para la franquicia, es una posibilidad. Esto es debido a un año 2023 en el que todo lo que pasó en San Diego fue deprimente, lo que les llevó a sólo ganar 82 partidos y quedar fuera de playoffs. Además, han pasado, en un año, de un payroll de 256 millones (tercer equipo en MLB) a 145, en medio de la liga. Por eso les he situado en ambas categorías. Sin embargo, no seré yo quien retire de la puja a los Padres por entrar en postemporada. Un equipo con un lineup ofensivo donde el núcleo es Manny Machado, Xander Bogaerts y Fernando Tatis, Jr. tiene poca comparación en la liga, salvo el core de los Dodgers, Phillies, Yankees o Braves. Sin embargo, el resto del lineup se ha quedado un tanto descafeinado. La escasez de jardineros es alarmante, con Jurickson Profar y Jose Azocar, dos jugadores lejos de ser considerados élite, como posibles titulares. Algo parecido pasa en la rotación. El trío de Joe Musgrove, Yu Darvish y Michael King, jugador estrella del traspaso de Soto, son un excelente trío. Pero se queda muy corto. El bullpen también es una incógnita, con muchas apuestas que vienen de Asia, como Matsui o Go, que se unen a Robert Suarez, también traído desde Japón para la temporada 2022, y los fichajes de Enyel De Los Santos o Wandy Peralta, quinto exYankee en el equipo, tras el mencionado King, los posibles abridores Brito y Vasquez o el cátcher Higashioka. Los Padres están a que Jackson Merrill o algunos de los abridores (sin olvidar al ex top prospect Luis Patiño) ya mencionados irrumpa con fuerza y puedan meterse en la lucha, cosa que, a día de hoy, parece difícil. Pero estrellas tienen los Padres para poder soñar. Lejos de ser un equipo compensado, los Padres tienen jugadores estelares como para no descartarlos de llegar a competir.