22 de agosto pasado, Phillies completaban una racha de cinco derrotas seguidas, esta última también con lo que se había convertido en el sello indiscutible para los de Filadelfia, malgastar la ventaja generada por el pitcher abridor, en este caso por obra y gracia de un Héctor Neris que alcanzaba una ERA de 11.25, y con un recién llegado Brandon Workman que permitía la carrera que ponía el definitivo 6 a 5 para los Braves.
Brandon Workman acababa de aterrizar en la ciudad del amor fraterno desde Boston junto a Heath Hembree, para reforzar el peor bullpen de las grandes ligas, a cambio de Nick Pivetta que recalaba en Red Sox. Una transacción que trataba de mitigar el mayor punto débil en ambos equipos (aunque hablar de mayores o menores puntos débiles en Red Sox pueda sonar ridículo), si bien la calidad de los afectados no prometía milagros. Un día antes que Workman y Heat, llegaba el también relevista David Hale desde los Yankees y, finalmente, el refuerzo del bullpen se culminaría con David Phelps desde Milwaukee sobre la bocina de la ventana de cambios.
Y fue justo después de esa derrota frente a los Braves, cuando Bryce Harper pronunció aquella frase que ya se ha convertido en mítica: “Necesitamos ganar, necesitamos meternos en una racha de 9 de 10, es necesario que ocurra”.
Y ocurrió, y no solo 9 de 10, sino 10 de 11, algo que no acontecía desde 2011, con dos rachas de cinco victorias seguidas en dos semanas, racha de cinco que no se había producido en los dos últimos años. ¿Quién es el pitcher que se llevó la única derrota durante 11 partidos?, Sí, Jake Arrieta, en una calamitosa aparición ante los Braves en la que en 1.1 entradas permitió 7 carreras, 6 hits y 3 bases por bolas, ahí es nada. Un Arrieta que sigue dando una de cal y otra de arena, si bien parece que comienza a asumir sus responsabilidades, y que ha declarado que encuentra enormes similitudes entre estos Phillies y sus Cubs de 2016, por desgracia él no es una de ellas. Eso sí, este año ha mejorado en el control de la primera base.
“He oído a alguien que Bryce es un profeta”, “Voy a verle para saber que es lo próximo que debemos hacer”, bromeaba Joe Girardi, según Mark Feinsand de mlb.com. Un Joe Girardi que empieza a pensar que los Phillies no se convertirán en el primer fracaso de su carrera sino todo lo contrario, y ello de la mano de un Bryce Harper en modo MVP (no tengamos en cuenta sus últimos días, es absurdo), el mejor cátcher de las grandes ligas (no tengamos en cuenta sus últimos días, es absurdo), dos pitchers en plan Cy Young, y un resto del lineup que ha dado el paso al frente que se le podía exigir.
¿Es exagerado decir que la causa del radical cambio de rumbo Phillie se encuentra en la mejora ne el bullpen? NO, esa es la principal causa, pues no debemos olvidar no solo el efecto sobre la defensiva de poseer el peor bullpen de las grandes ligas, sino también la desmoralización que supone en la ofensiva observar con estupor que cualquier ventaja puede ser desperdiciada.
Durante al racha de la profecía de Haperdamus, el pitcheo de los Phillies ha ostentado la segunda mejor ERA de la Liga Nacional, con dos relevistas entre los 20 mejores de las grandes ligas en fWAR Tommy Hunter (12) , y Blake Parker, (19). El bullpen Phillie contempló una ERA de 8.29 durante los primeros 23 partidos de temporada frente a su ERA de 3.50 durante la racha de 9 de 10.
Pero, ¿fueron las piezas adquiridas en el intercambio con Red Sox la causa del cambio? TAMPOCO. La causa se encuentra en la impredecible mejora de los que ya integraban el toril. Así, desde la transacción y hasta el cumplimiento de la profecía, Hale, Workman, Hembree y Phelps reunían una ERA de 7.04 y un WHIP de 2.152, frente a los 3.25 y 1.337 de los que ya estaban.
Y es que siempre subestimamos el efecto que tienen los fichajes para los que ya están en el conjunto de llegada y ven comprometidos sus puestos de trabajo por los recién llegados con quienes entran en competencia. De hecho, Héctor Neris, aquel en que se personificó el desastre de los relevistas, que antes de iniciar la racha se encontraba con una ERA de 11.25, al terminarla, en sus cuatro últimas salidas, reunía 9.2 IP, 2 H, 0 ER y 6 K. Y no podemos pasar por alto la actuación del debutante Jo Jo Romero, el calfiorniano que apareció por primera vez en las lomas de las mayores el pasado 21 de agosto y que, en cuatro intervenciones, sigue sin recibir carreras. Tal vez alguien espere que hablemos de su “hazaña”, pero tratándose de estas gestas obtenidas a base de exprimir cifras y rebuscar números, mejor lo dejamos para los lumbreras de Basbeball Prospectus.
Todo ello “ha permitido” un “bajón” en el juego de Bryce Harper, a quien incluso en el siguiente partido a la racha Joe Girardi le concedió un merecido descanso. Hablar de sus cifras, como de las de J.T. Realmuto, durante la racha resulta absurdo, es lógico que con ya, por fin, ayuda de sus compañeros haya relajado su tensión.
¿Y qué decir de los abridores? Las cifras los sitúan entre los mejores de las grandes ligas. Así, suman 9 salidas de con más de 7 entradas y menos de 3 carreras recibidas, ningún equipo tiene más de 7; en el último turno de rotación alcanzan una ERA de 2.20 y un WHIP de 0.980; durante esta temporada, el récord cuando abren Nola, Wheeler y Eflin es de 14-6, con Nola y Weeler como líderes de las grandes ligas, en salidas con, al menos, 6.2 IP y menos de 3 carreras permitidas, y es que los dos aces en sus últimas dos salidas suman 14.2 IP, 4 H, 0 ER y 15 K. El otro trío –Jake Arrieta, Spencer Howard y Vince Velásquez– son otra cosa, aunque resulte injusto colocar a Howard en este trío, dadas las circunstancias.
A fecha de hoy los de la ciudad de la campana se encuentran segundos en su división con un récord de 19-15 con el quinto mejor porcentaje de victorias de la nacional, complicado es alcanzar el liderato de la división, pero el contexto permite soñar en alcanzar la postemporada por primera vez desde 2011.
Y finalmente, mención especial para la actuación de Rhys Hoskins durante la racha, al que siempre le hemos dado cera, su paso al frente junto a Jean Segura y Andrew McCutchen también han resultado decisivos al cumplimiento de la profecía, así como la progresión de un Alec Bohm llamado a ser pieza fundamental en el futuro Phillie.