El club de lectura, como en el que colabora Pitcheos Salvajes en la Lata de Maiz, se queda un poco grande para algunos fans como yo, que si no tiene muchos dibujos el libro se nos hace bola. Para esa gente que, como servidor, preferimos esperar a que salga la “peli”, vienen bien las recomendaciones cinematográficas. Y en esta ocasión vamos a recomendar “Fever Pitch” de los hermanos Farrelli, o como se llamó en los países hispano hablantes, “Amor en juego”. Coincidiréis conmigo en que, no está a la altura de “Ice princess” aka “Soñando, soñando, triunfé patinando”, pero es igualmente un horror de traducción de titulo, así que yo prefiero quedarme con el nombre original. Está claro que no estamos hablando de “El Padrino”. Digamos que a nivel de guion no es lo que se dice sublime, pero es una de mis películas favoritas. ¿Por qué? Entre otras cosas que ahora comentaremos, porque narra, “en tiempo real”, como los Red Sox consiguieron por fin vencer a La Maldición del Bambino.
Y es que todo es mejor si le añades un poco de béisbol. No os voy a engañar, sería una de esas que pasarían inadvertidas, si no fuera por esa serendipia que les ocurrió a los directores mientras rodaban la cinta. Pero vamos a empezar por el principio, un resumen general sobre lo que cuenta la película, aquello que llaman sinopsis: Ben, el protagonista, lleva desde pequeñito visitando Fenway Park, es un fanático irremediable que acude a todos los partidos de los Red Sox pase lo que pase. Cuando murió su tío, heredó su abono de temporada, y con el, al parecer, una suerte (mala) de problema de compatibilidad en sus relaciones sentimentales.
Mierda si, si no lo habíais supuesto ya por la foto, Fever Pitch es una comedia romántica, nadie es perfecto. Pero si has leído hasta aquí, deberías leer hasta el final, la película lo merece. Puede que de hecho, mas de uno se sienta identificado con el protagonista que interpreta Jimmy Fallon, actor que ahora es mucho más mediático por su late night ”The tonight show”, y que representa muy bien esos problemas de “conciliación” entre nuestras relaciones sociales y el amor que sentimos por el deporte. Sin embargo, lo mejor de Fever Pitch y motivo de esta encarecida recomendación, es que los hechos y el rodaje se realizaron coincidiendo, y con paisaje de background, con la temporada de 2004 de los Boston Red Sox. Si. ESA temporada.
La gracia no está, como en otras películas de temática deportiva, en esos fugaces cameos de jugadores estrella. Aquí pasan por pantalla los David Ortiz, Manny Ramirez, Johnny Damon, Jason Varitek y algunos más, de manera puntual, pero el verdadero protagonista no es otro que el viejo estadio del monstruo verde. Fenway Park es el tercer actor y aparece en todo su esplendor. Como contaba Luisma en ese episodio de Bases Robadas, es un campo especial, el más antiguo con Wringley Field y ha visto muchas cosas pasar. Y en este caso, lo que presenció esa temporada, como ya sabéis, fue histórico.
Los Farrelli, esos entrañables directores capaces de hacer ese plano contraplano de un perro cagando y un helado de chocolate, conservan lo mejor de su humor sin recurrir a ser soeces. Su plan era algo distinto, basado en el libro del mismo nombre, que originalmente trata sobre un fan acérrimo del Arsenal de la Premier League, pensaban rodar de fondo una temporada más de los entonces, eternos perdedores. Como bien dictaba esa maldición que se instauró con la venta a los Yankees de Babe Ruth, se trataba en principio de otra temporada más quedándose en la estacada.
Pero el equipo de 2004, entre los que también estaba Pedro Martinez, Kevin Millar, Orlando Cabrera, Nomar Garciaparra, Curt Schilling, Tim Wakefield o el actual entrenador de los Phillies, Gabe Kapler, tenia otro plan para acabar la temporada.
En Fever Pitch se plasma ese mes de septiembre donde el equipo tiene que conformarse con luchar por el puesto de WildCard y después ocurre lo impensable en octubre, justo cuando las cosas estaban más en contra. Supongo que en este entorno beisbolístico no me consideréis esto como spoiler ¿verdad?. Subrecomendación, para revivir más ese momento final podéis visionar “4 days in october” de la serie de documentales 30 for 30 de la ESPN.
Además la banda sonora es de lo mejorcito y no puede faltar el genial Tessie de los Dropkick Murphys.
Especial mención a detalles como el ramo de Pete “Roses”, el papel higiénico de los Yankees, el “Sweet Caroline” de Fenway, la explicación del Pesky’s Pole, o la escena del error de Buckner en las series del 86. Cualquiera de estas cosas sola, merece la hora y media de tiempo invertido que dura la “peli”, con creces.
Aún recuerdo con melancolía cuando anunciaban el trailer de “Fever Pitch” en el opening day de la 2005, ¡que tiempos!
Por orden de importancia: primero los Red Sox, segundo el sexo y tercero respirar.