El color ha regresado a la tez de los New York Mets, después de haber sido ampliamente superados en el juego previo, de sentirse entre la espada y la pared, ahora son dueños de la motivación y de la inercia. En este segundo juego de la serie revirtieron la tendencia de su adversario, lograron emparejar la serie y vencieron 7 carreras por 3 a los San Diego Padres.
Para hacerlo efectivo debieron jugar por nota y evitar las fallas que hicieron anoche. Se inspiraron en el trabajo desde la loma de Jacob deGrom, uno de los mejores lanzadores de su generación. También se apoyaron en una ofensiva agresiva que mantuvo siempre preocupados a los pitchers de los frailes.
DeGrom estuvo explosivo, con su tradicional bola rápida que registra más de tres dígitos en el velocímetro, constantemente se apreciaba el radar marcar las 100-101 mph. Fue muy efectivo, aunque no fue el deGrom de dominio total. Fue inteligente cuando empezó a sentir que estaba siendo descifrado, ya que hizo uso de su slider magistral y le permitió llegar a 6 entradas en las cuales repartió 8 ponches, hizo ver mal a Manny Machado al cual le propinó 3 chocolates, le pegaron 5 hits, 2 carreras y otorgó 2 bases por bolas.
En la ofensiva brillaron Brandon Nimmo (4-3), el primer bat, quien aprovechó muy bien los switch defensivos en su contra para dirigirse a la banda contraria en cada uno de sus imparables. Francisco Lindor (4-2) y Pete Alonso batearon ambos batazos de cuatro esquinas. Fue relevante que la columna vertebral de este orden al bat se incendiara, cosa que no se apreció en el juego anterior.
Los neoyorquinos impusieron condiciones desde el primer momento, el abridor contrario Blake Snell se tambaleó constantemente, ya que siempre lució con falta de comando y fue conectado con fuerza por los toleteros de la Gran Manzana. Fue afortunado de que esos batazos muchas veces encontraron el guante de su defensiva que hizo que el equipo de California se mantuviera en el juego hasta el séptimo inning donde los Mets apretaron el paso y pusieron una ventaja inalcanzable.
En esa séptima entrada se vivieron dos decisiones cruciales de parte de los managers de cada equipo, por el lado de los Mets fue acertada, a la inversa que la de los Padres. Buck Showalter de NY hizo lanzar a Edwin Diaz quien es reconocido como el mejor relevista de la MLB en este año. Con el juego a su favor 3 a 2 lo hizo enfrentar a la parte alta del orden al bat de los de la bahía, dominó a Trent Grisham, Jurickson Profar y a Juan Soto, es curioso porque los tres son bateadores zurdos que en teoría tienen ventaja sobre lanzadores derechos como Díaz, pero eso demuestra el nivel de confianza que se le tiene al boricua.
Por otra parte, Bob Melvin de los Padres, envió al montículo al joven cubano Adrián Morejón, si bien es cierto que siempre se le confió la séptima entrada en los juegos de la temporada, esta vez lució con falta de comando y se le apreciaba estar siendo consumido por la presión. Además, le ordenaron que lanzara en exceso su recta de 4 costuras lo cual fue rápidamente reconocido por la ofensiva contraria y ahí fue que se escribió la historia definitiva. Quedó la impresión de que tuvo que haber salido antes del juego porque lo hicieron enfrentarse a bateadores derechos como Lindor, Alonso y Mark Canha.
El juego dos ya se ha ido, es tiempo de limpiar el pasado y ahora todo se define en el juego 3. Los Mets siguen con la ventaja de permanecer en casa, los Padres tendrán que ver la manera de involucrar más en la ofensiva a sus poderosos sluggers como Juan Soto y Manny Machado, quienes están actuando de forma muy discreta aun con el bat en la serie.
Ambos equipos tienen los argumentos para llevarse el triunfo a casa y avanzar para enfrentarse en la siguiente ronda a Los Angeles Dodgers, los locales enviarán a un efectivo Chris Bassitt (15-9, 3.42 ERA) a confrontarse con el gran Joe Musgrove (10-7, 2.73 ERA) el rey de los lanzamientos rompientes. Aparenta ser un juego cerrado y lleno de drama, pero en otoño no hay cabida para un script, los Mets son dueños del momentum, veremos cómo se adaptan los Padres.