Mucho se ha dicho sobre el arte del bateo de que es una de las acciones más complicadas de ejecutar en cualquier disciplina deportiva. El jugador Luis Urías de los Milwaukee Brewers, declaró en una red social en este año: “Si de diez veces (turnos al bat) fallas siete, eres de los mejores”. Dicho de otro modo, acertar un 30% de las ocasiones es digno de aplaudir. En el béisbol se utiliza este porcentaje redondeado a milésimas y se describe como .300 de AVG. Conseguir esto, bajo la perspectiva del porcentaje de bateo, cataloga a los peloteros dentro del estándar de los mejores bateadores del béisbol. Batear .400 es considerado casi imposible en la actualidad, el último en hacerlo fue Ted Williams en 1941. Como contraparte de los bateadores elite, existe el umbral situado en .200 de AVG, también conocido como Línea Mendoza, el equivalente a ser exitoso dos veces de cada diez apariciones en la caja de bateo, el 20% de las ocasiones. Esa cifra, se ha establecido como el límite para denominar a los “malos” toleteros. Lo escribo entrecomillado debido a que me encontré calificativos como ineptitud, miseria, incompetencia, entre otros. Desde mi perspectiva, son adjetivos muy fuertes para describir este término y también para encasillar a los jugadores a los que se hace referencia.
¿Por qué se eligió el .200 de AVG?
Cuando hablamos de la línea Mendoza, debemos de citar al pelotero por el cual es conocido este término del glosario beisbolero y hacer una breve semblanza de su carrera para entender mejor el origen concepto. Mario Mendoza fue un parador en corto y tercera base originario de México que disputó nueve temporadas en la Gran Carpa, desde 1974 hasta 1982, lo hizo para diversos equipos. Era un exquisito defensivo, tanto así que fue reconocido con el sobrenombre de “Manos de Seda”. Al final de su carrera logró batear para .215 de AVG.
El término se les atribuye a sus entonces compañeros de equipo en los Seattle Mariners, Tom Paciorek y Bruce Bochte, quienes de manera jocosa y en tono de broma lo utilizaban para mofarse con gracia de Mario. Era el año de 1979 y Mendoza cursaba su sexto año en la liga, en cuatro de ellos había bateado por debajo de .200 de AVG. De alguna manera, las palabras de sus coequiperos llegaron a oídos de George Brett de Kansas City Royals, quien se encargó de popularizar la frase tras una entrevista que le realizó Chris Berman de ESPN.
Es una pena que un shortstop tan hábil y confiable con el guante se le reconozca por el hecho de no batear adecuadamente, pero eso es béisbol, un mundo de anécdotas. Mendoza tuvo la oportunidad de cobrar venganza deportiva de Brett, cuando este último finalizaba la temporada de 1980 y aspiraba a convertirse en el primer jugador en batear encima de .400 desde aquel lejano 1941, Mario le robó tres imparables al de los Reales con majestuosas jugadas defensivas contribuyendo a que no consiguiera dicha marca.
Este año de 2020.
En una temporada corta de 60 juegos como la que tuvimos en 2020, a principios del año se especuló sobre si algún pelotero podría sobrepasar la barrera de .400, aparentemente había más oportunidades al haber una muestra más pequeña hablando de turnos al bate. Honestamente es complicado, desde 1942 solo 6 peloteros fueron capaces de batear por encima de esta marca en los primeros 60 juegos del amo, el último en lograrlo fue Chipper Jones en el 2008. Así mismo, jugadores que ingresan a un slump de bateo, tienen poco tiempo para recuperarse y es muy probable que deambulen en terrenos de la Línea Mendoza. En ese sentido, si vimos muchos jugadores en el sótano. Recapitulemos un poco acerca de ello:
Dos de los casos que más resaltan son el de un Media Roja y el de un Yankee. Andrew Benintendi y Gary Sánchez tienen blasones en la MLB de sobra y tuvieron un desempeño frustrante para sus organizaciones. Benny conectó 4 imparables en todo el año durante 39 apariciones en el plato para un AVG de .103, después se lesionó. Es el segundo año consecutivo que Benintendi juega por debajo de su nivel. El Kraken Sánchez de NY, sumó para .147 de AVG. El poder sigue ahí, en una temporada de 60 juegos vio acción en 49 y conectó 10 homeruns. Sin embargo, es la segunda temporada en su carrera que Gary batea por debajo de la línea Mendoza.
Dos jugadores de la ciudad de Los Angeles ingresaron en este rubro, uno de los Dodgers y el otro de los Angels. El primero fue Max Muncy, que tuvo la cosecha de .192 de AVG. En la postemporada se pasó por alto un poco de esto al ejercer un gran desgaste a los lanzadores rivales y lograr la marca de 20 bases por bolas en 19 juegos. El segundo fue una decepción, el talentoso japonés Shohei Ohtani de quien se esperaba una temporada de quiebre en su carrera tanto de bateador como de lanzador, en sus dos versiones quedó mucho a deber, en la caja de bateo acumuló .190 de AVG
Si esto se tratara siempre de un Home Run Derby, sin duda Joey Gallo y Joc Pederson serían leyendas. Ellos son dos de los peloteros con potencial y que hasta cierto punto podríamos esperar estos estándares. Con su swing de todo o nada, no siempre consiguen encontrar la pelota y erran frecuentemente. Gallo bateó .181 y Joc .190 de AVG. Rougned Odor, compañero de Gallo en los Texas Rangers es otro con similares características, .167 en 138 oportunidades.
Un caso singular fue el caso grupal que se presentó en el outfield de Cleveland Indians. Entre Oscar Mercado, Domingo Santana, Josh Naylor, Delino DeShields, Tyler Naquin, Jordan Luplow y Bradley Zimmer registraron un AVG de .196 en 675 turnos al bate con 11 cuadrangulares. En el mismo estado de Ohio, en la ciudad de Cincinnati, Eugenio Suárez quien el año pasado estuvo extraordinario, vivió un desconcertante 2020 con .197 de AVG.
La familia Cron también fue muy particular, con los hermanos C.J. y Kevin. El hermano mayor C.J., empezó muy bien la primera semana, después se difuminó en el endeble orden al bat de Detroit Tigers, 8 hits en 42 turnos, perdió la titularidad, un anémico .190 de AVG. Su consanguíneo Kevin debutó en la Gran Carpa, salió 17 ocasiones a la caja de bateo y no pudo conectar de hit, es un interesante prospecto de los Arizona Diamondbacks, el próximo año intentará venir por sus fueros. Entre los dos batearon 8 hits en 59 apariciones en la caja de bateo, .136 de AVG y poco que escribir a casa. Los Cron fueron este año la decepción de mamá y papá.
De los que era difícil imaginarse que estarían a esos niveles, nombraré a tres: Matt Olson, de Oakland Athletics; Brian Reynolds, de Pittsburgh Pirates y a David Dahl, de Colorado Rockies. Olson es un pelotero muy valioso por su bat y su defensa, infravalorado en general. Con él ocurre el fenómeno de cómo los switch defensivos pueden impactar en un bateador. Olson ha llegado al punto de una incapacidad de batear hits dobles. Tuvo .195 de AVG, suele tener comienzos lentos, no sabemos si mejoraría conforme avanzara el año.
Reynolds nunca había bateado menos de .300 de AVG en su vida profesional como beisbolista, desde las Ligas Menores siempre había sido muy consistente. En 2021 intentará hacer ajustes para cambiar este año.
David Dahl en Colorado, había firmado dos muy sólidas temporadas previas. Se esperaba un gran año para él, cayó dramáticamente en todas sus estadísticas. Conectó con menor poder que años previos, al parecer una dolencia en su hombro derecho lo venía mermando, al final se sumó a la lista de lesionados por dicha injuria, su .183 de AVG puede quedar como una mala experiencia si se mantiene sano.
De los jóvenes que probaron lo que es el béisbol de más alto nivel destacamos al gran prospecto Jo Adell, tuvo algunos buenos pasajes durante el año. Sin embargo, tuvo poco contacto con la pelota, 20 hits en 124 turnos no son para presumir, logró un muy bajo .161 de AVG. Willie Calhoun, esperaba establecerse este año como titular en su equipo, bateó .190 de AVG, las lesiones no lo han dejado repuntar en los Rangers.
Otro por el estilo es Gavin Lux, ya se tomó su taza de café el año previo y no se vio tan mal, en el año atípico de 2020 conectó para .175 de AVG. Lux es muy joven y aún tiene un futuro prometedor. Scott Kingery parecía ir en franco ascenso, este año tuvo un aparatoso retroceso bateando .159 en 113 turnos.
De los veteranos que no van a querer recordar nunca este año en su carrera, podemos mencionar a Hunter Pence, decepcionó 5 hits en 52 turnos, un AVG de .096 en su año de retiro. Carlos Santana, Elvis Andrus y Edwin Encarnación no vieron la suya, .199, .194 y .157 respectivamente. Así también tenemos a Matt Carpenter, que pese a estar en medio de un muy buen contrato, simplemente no respaldó ese desembolso, un anémico .182 así lo refleja.
Los que apenas la libraron
Javier Baez, Kris Bryant y Anthony Rizzo pasando muchas penurias se “salvaron” de la quema, con sus respectivos .203, .206 y .222 de promedio. Si le sumamos a Kyle Schwarber con .188, ahora entendemos el por qué de la debacle de esa generación de los Cubs campeones de 2016.
Christian Yelich venía de 2 títulos de bateo consecutivos en la Liga Nacional, en 2020 fue otro pelotero muy diferente. En 200 apariciones para batear consiguió un.205 de AVG. Es de esperare al hacer menos contacto con la pelota este año, además elevó en un 10% su porcentaje de ponches del año anterior.
Austin Meadows sufrió una debacle en este año, con .205 de AVG, jugó una postemporada que ayudó en muy poco para solucionar sus contratiempos con el bat.
J.D. Martínez ha sido un ejemplo de consistencia durante su carrera con el madero, este año también lo fue, pero de manera inversa. Nunca se pudo afianzar y desde el primer juego se vio limitado, .215 no nos demuestran lo grande que ha sido en su trayectoria.