Situación problemática para los Rays de Tampa. Si hace 4 días, tras ganar el tercer partido y colocarse con un 3-0 a favor, se veían ya con pie y medio en las World Series y casi no hacían otra cosa que mirar a la eliminatoria entre Braves y Dodgers para saber quién sería su rival, hoy duermen muy intranquilos porque lo que parecía impensable está a punto de suceder, imitar a los Red Sox en las series por el campeonato de la división americana de 2004 donde voltearon espectacularmente la eliminatoria a unos Yankees que lo tenían también en su mano, con un 3-0 a su favor. No sólo los Red Sox ganaron aquella eliminatoria sino que ganaron brillantemente las World Series. Recordemos que los Houston Astros ya son el segundo equipo en la historia en remontar un 0-3 y mandar la eliminatoria al séptimo partido. Uno de los capitanes del equipo, tras el tercer partido, Alex Bregman, ya les puso a todos su compañeros un vídeo recordando la hazaña de los Red Sox para motivarles. Si les hacía falta, claro.
Y se nota ya cierto nerviosismo en el equipo de Tampa. Si antes todo eran parabienes y sonrisas en el dugout y prevalecía la alegría y el buen rollo, ahora ya se empiezan a asomar malas caras, dudas ante las decisiones del antaño intocable Kevin Cash y caras circunspectas por lo que está sucediendo.
Si algo está dando que hablar este partido es del cambio, para algunos prematuro, de Blake Snell en la quinta entrada. De hecho, creo que ni el mismo Snell, por sus gestos y palabras, tampoco lo debió de entender. Los que la critican dirán que Snell es un auténtico maestro y un Houdini saliendo de apuros con corredores en base. De hecho, en esta quinta entrada tenía a 2 ya sin ningún eliminado. Dirán que Snell iba inmaculado y que, a priori, es el ace del equipo y lo debes aguantar más. Y los que entienden esta decisión, dirán que Snell no estaba haciendo su mejor partido. Que llevaba ya 82 lanzamientos en 4 entradas y el comienzo de la quinta. Que estaba teniendo apuros en casi todas las entradas. Y que quien entraba era nada más y nada menos que Diego Castillo, cuyo rendimiento estaba siendo espectacular en todos los playoffs.
Sin embargo, un toque de sacrificio de Maldonado precedia a un desastre de entrada para el relevista diestro que encajaba hit tras hit para encajar 4 carreras que pondrían un peligroso 4-1 para los Astros. Y ahí parece que el equipo de Florida se desquebraja porque en ningún momento pareció que iba a poder remontar. De hecho, si nadie supiera el resultado actual de la eliminatoria, pensarían que los Rays iban por detrás e iban a caer eliminados.
Mención especial para la revelación de los Astros este año. Framber Valdez, jugador de esos mezcla que tanto abundan en la liga ahora mismo de abridor con relevista hasta este año, ha sido quien ha sujetado la rotación de los Astros durante todo el 2020 y volvió a destacar sólo encajando una carrera en 6 entradas. Espectacular el zurdo Valdez una vez más.
A partir de ahí, Cash daba entrada a sus 3 relevistas zurdos. Primero McClanahan, que encajaba 3 carreras más, luego Alvarado, con una gran falta de control, y después Loup, para dejar el partido casi sentenciado.
Una pequeña resurrección tuvo Tampa, liderada por un sensacional en toda la serie Manuel Margot, que conectaba 2 HR, uno en la séptima y otro en la octava, pero Pressley (¿alguien se acuerda de Osuna?) lograba cerrar el partido sin problemas.
El séptimo partido se presenta apasionante. La sensación de favoritos, por primera vez en la eliminatoria, cambia de bando. Y es que siempre el que viene por detrás parece que viene con más fuerza. Pero yo creo, y deseo, que los Rays no han dicho su última palabra. Además, y curiosamente, el enfrentamiento de abridores es único en la historia ya que enfrentan los 2 pitchers de los Astros que ganaron los dos partidos decisivos (tanto en la final de la Americana como en las World Series) de 2017 por lo que se sobreentiende que la presión no les afectará. Son Charlie Morton para los Rays y McCullers Jr. para los Astros. Desde mi punto de vista, los Rays ahí parten con ventaja pero es que los bates de los Astros están muy muy calientes.