“Este grupo de bateadores es el más difícil al que me he enfrentado”. John Smoltz, Atlanta Braves.
De pronto nos encontramos a un jugador al que denominaremos “F”, que en 15 temporadas acumula .312 AVG, producto de 2486 hits en 7970 AB, 1469 carreras anotadas, 517 Jonrones, 1647 impulsadas, 219 robos de base, 626 bases por bolas, .576 SLG, OBP .367 y OPS .943 todo en 2108 juegos. El equivalente por año a 141 juegos, 166 hits, 98 carreras anotadas, 34 Jonrones, 110 RBI, 15 robos de base.
Además, 1 premio a Jugador Más Valioso, 6 Bats de Plata como mejor bateador en su posición, 1 Guante de Oro, seguramente podríamos pensar en un claro aspirante a Salón de la Fama. Sería un pelotero con el historial muy similar a Ernie Banks, Willie McCovey o Jeff Bagwell, todos ellos con el status de ser Hall of Famers. Sin pensarlo demasiado, notaríamos que F sería un gran pelotero.
Ahora bien, para no atormentarte pensando en quién es ese pelotero Ficticio, te diré que no es Frank Robinson, tampoco es Jimmie Fox, en realidad, F no es un jugador. Las estadísticas antes desplegadas pertenecen a la sumatoria de 5 jugadores los cuales coincidieron en un mismo equipo durante un periodo de tiempo de 3 temporadas, lo que significa que F son 5 peloteros, algo así como: A + B + C + D + E = F.
Cinco peloteros extraordinarios, de los cuales, uno de ellos fue entronizado al Salón de la Fama, ya sabemos que Larry Walker arribó a Cooperstown en 2020. Me refiero a los mejor conocidos como: Los Bombarderos de la calle Blake, la marca registrada de los Rockies en los noventas. Si le ponemos nombre a la fórmula antes descrita, podríamos decir que A= Ándrés Galarraga + B= Ellis Burks, + C= Vinny Castilla + D=Dante Bichette + E=El mejor del grupo (Larry Walker) = 1 Hall of Famer. Bueno, basta ya de este abuso de analogía simple, concentrémonos en hablar de los Colorado Rockies y de sus bateadores descomunales que jugaron juntos de 1995 a 1997 donde efectivamente, acumularon las cifras antes descritas.
Los Rockies irrumpieron en la MLB en 1993, trayendo consigo gran colorido al Gran Show, creando un atractivo espectáculo de batazos de largo alcance como nunca antes se había visto. Sus primeros dos años los cursaron en el estadio Mile High, en 1995 se mudaron a su nuevo hogar, el entonces recién construido estadio de Coors Field. Denver, ubicada a más de 1500 msnm se volvió rápidamente en un paraíso para los bateadores, podemos decir que: “Denver, es la ciudad beisbolera construida a base de cuadrangulares”.
El Coors Field se localiza en el cruce de las calles Blake y la 20a. del barrio de LoDo, nombre coloquial que recibe la zona del centro de la ciudad de Denver denominada Low Dowtown. Respaldados por la cifra de 200 jonrones y haciendo alusión al domicilio de su parque, así nace el sobrenombre de los Bombarderos de la calle Blake. Lidereados por Dante Bichette, Larry Walker, Vinny Castilla y Andrés Galarraga, es precisamente en ese año cuando los de las Montañas Rocallosas llegan por primera vez a la postemporada
Esos cuatro toleteros dispararon más de treinta batazos de cuatro esquinas cada uno en el año, siendo Bichette el líder de la Liga con 40; Walker, canadiense y futuro Salón de la Fama tuvo 36; el mexicano Castilla logró 31 y Galarraga “El Gran Gato” de Venezuela se adjudicó 30 y esto apenas empezaba. En 1996 se une Ellis Burks al grupo de Bombarderos al tener una campaña de quiebre en su carrera, formándose un quinteto intimidante.
Para 1996, Los Rockies realmente tenían una poderosa ofensiva. Fueron el primer equipo en la historia en batear 200 homeruns y lograr 200 robos de base, elevando el mote de Bombarderos a un hito. Los aficionados locales se involucraron tanto con ellos que impusieron el récord de entradas de la franquicia, promediando 48,037 boletos vendidos por encuentro.
Todos ellos sembraron el terror entre los lanzadores de la liga Nacional a los cuales se enfrentaban. John Smoltz, el gran lanzador de los Atlanta Braves y miembro del Salón de la Fama, comentó: “Este grupo de bateadores es el más difícil al que me he enfrentado”. Galarraga (47), Castilla (40) y Burks (40) fueron el primer trío de compañeros de equipo en batear 40 cuadrangulares en el mismo año desde los Atlanta Braves de 1973.
Eran tiempos en los cuales los fanáticos llegaban muy temprano al estadio el día del juego y se aglutinaban detrás de la barda del jardín izquierdo durante la práctica de bateo del equipo, todos con un guante en la mano, esperando capturar una pelota emitida del bat de sus ídolos.
El manager Don Baylor, conocedor del poderoso grupo con el que contaba, los colocaba al final de la práctica de bateo, un poco a manera de intimidación. Justo cuando los lanzadores visitantes estaban haciendo su calentamiento en el bullpen y que podían apreciarlos en plena acción.
¿Cómo era cada uno de los bombarderos de la calle Blake?
El grupo en general era muy diverso, conformado por un venezolano, un afroamericano, un mexicano, un anglosajón y un canadiense.
Andrés Galarraga, El “Gran Gato” arribó al equipo a los 32 años de edad, participo de 1993-1997. “Era grande y fuerte, con brazos y pantorrillas como roca, además de ser muy ágil”, así lo describió Bichette en una ocasión. En algún sector de los medios de comunicación había escepticismo, decían que se había vuelto veterano y que no podía jugar en un alto nivel por más tiempo. “El Gato” había desarrollado la mayor parte de su carrera en los Montreal Expos, al llegar a Denver cambió su mecánica para realizar el swing y en 1993 ganó un título de bateo con .370 de AVG, la mayor cantidad en la MLB para un bateador derecho desde Joe DiMaggio que bateó .381 en 1939. Fue el primer venezolano en conseguir un título de bateo y fue considerado uno de los mejores bateadores de curvas en la MLB. De inmediato fue de los consentidos de la fanaticada, pese a su corpulencia, siempre portaba una enorme sonrisa. Su carácter era muy jovial, aunado a su talento. Debía su sobrenombre a la enorme habilidad defensiva que poseía, su principal virtud en ese sentido era que tenía la gran facilidad de realizar Double Plays tipo 3-6-3. El legendario mánager Whitey Herzog, lo definió así: ”El mejor primera base defensivo derecho desde Gil Hodges”, Hodges fue considerado el mejor primera base defensivo de los años 50s. En 1996 contribuyó con 47 homeruns, 150 impulsadas, robando 18 bases. Hay una controversia sobre una cuadrangular que pegó con cuatro hombres en las esquinas en 1997 ante Kevin Brown, en ese entonces con los Marlins. Originalmente se dijo que la pelota recorrió 579 pies de distancia, después esa cifra se redujo a 529 pies y por último según el sistema Home Run Tracker se hizo un último ajuste, finalizando con 468 pies. El Gran Gato es también un sobreviviente al cáncer.
Ellis Burks, Era un bateador al que le gustaba que lo retaran los lanzadores con la velocidad, sus compañeros lo describen como muy profesional, con gran disciplina en su trabajo físico durante la offseason. Fue el último del quinteto en unirse al grupo, llegó en 1994 ejerciendo como suplente, al año siguiente padeció una serie de lesiones que limitaron su juego y su bateo. En 1996 tuvo una temporada espectacular, lidereando la Liga Nacional con 142 carreras anotadas, .639 de Slugging y con 392 bases totales. A las cuales sumó un AVG de .344, con 40 jonrones, 128 impulsadas y 1.047 de OPS. Estadísticas de videogame, es una de las mejores temporadas ofensivas para un jugador en la historia de la franquicia, culminó en tercer puesto en la votación de Jugador Más Valioso de la Liga. Fue el segundo jugador en la historia, después de Hank Aaron, en tener una campaña de 40 Homeruns, 200 imparables y 30 robos de base. Tenía grandes instintos defensivos, algunos de sus entrenadores lo llegaron a comparar, en su momento, con Paul Blair o con Amos Otis. Sin embargo, las lesiones lo privaron para desempeñarse de una mejor manera en los años venideros y migró del equipo en 1998. Su pasatiempo favorito era jugar al golf. Su ídolo de juventud fue Jim Rice.
Vinny Castilla, Siempre entusiasta, tenía una sonrisa todo el día, dispuesto a aprender y a ser mejor cada día. Firmó con el equipo en el año de expansión. estuvo detrás de Charlie Hayes en la tercera base los dos primeros años y en 1995 se estableció como titular. Trabajó para fortalecer su cuerpo en esa pretemporada y estuvo en gran forma física desde ese momento. Su reputación creció como uno de los mejores bateadores de bola rápida en la MLB gracias a que poseía una coordinación ojo-mano increíble. Pocos recuerdan que Vinny lidereó en homeruns a la Liga Nacional las primeras semanas de 1998, el año que será siempre recordado por la carrera de jonrones entre Mark McGwire y Sammy Sosa. Esa temporada fue la de mejor producción ofensiva en su carrera, su power song en el estadio era “El matador” de los Fabulosos Cadillacs. Vinicio tuvo tres etapas con los de las Montañas Rocallosas, las últimas dos duraron solo un año cada una; pero, en la segunda de ellas fue líder de la Liga Nacional con 131 RBI en el 2004. Fue el último pelotero en retirarse de ese equipo original de 1993, ha fungido con diversos cargos en la directiva de la franquicia, Nolan Arenado lo elogia: “Lo que aporta Vinny actualmente al equipo es único, tiene siempre una energía especial”. Consideró al “Gato” Galarraga como su mentor. Le gusta adquirir autos de lujo, desde Rolls Royce, Lamborghini, Porsche, Land Rover, Ferrari, uno para cada ocasión.
Dante Bichette, era un personaje singular. Fue campeón de un torneo de foosball, así mismo de un campeonato de vencidas o lucha de brazos en Las Vegas. Se enamoró del béisbol a los 10 años de edad al ver a Reggie Jackson dar un cuadrangular en la Serie Mundial de 1973. Cuando aparecía en el plato, sonaba en el estadio la canción de Peter Gabriel, “Sledgehammer”. De gran influencia en el vestuario del equipo, un tipo corpulento, físicamente muy fuerte, era un estudioso del juego y de sus adversarios. Fue líder de Hits en la Liga Nacional dos veces, en 1995 y 2008. Disputó 4 Juegos de Estrellas con el equipo. Obtuvo 6 temporadas consecutivas con más de .300 de AVG y 5 años seguidos con más de 118 Carreras Impulsadas. Su debilidad era la defensiva, su rodilla izquierda se vio afectada a comienzos de su carrera, eso lo hizo salir de la organización es cuanto empezó a mermar su producción en la caja de bateo. Plasmó la firma de este grupo justo en el primer juego en Coors Field, cuando bateó un jonrón en la 14ª entrada para dejar en el campo a los NY Mets. Así mismo, fue el primer Rockie en batear para el ciclo en un juego. Su esposa Mariana es brasileña, sus hijos beisbolistas son Dante, jr. y Bo fueron seleccionados por NY Yankees y Toronto Blue Jays respectivamente, Bo tiene un futuro prometedor.
Larry Walker, el más talentoso del grupo, un pelotero de cinco herramientas, muy completo. Un chico nacido en Canadá que a los 16 años de edad ni siquiera sabía que existía algo llamado slider, hasta ese momento solo había jugado hockey sobre hielo. Desarrolló su carrera a tal punto que en 2020 fue exaltado al Salón de la Fama. Fue el primero en vestir el uniforme de los Rockies en Cooperstown. Un tipo con un talento natural, muchas veces no salía a realizar la práctica de bateo y a la hora del juego era capaz de dar 4 hits. Cuando aparecía en el plato, lo hacía con su power song “Crazy Train” de Ozzy Osbourne. En la defensiva era una joya, sabía el oficio a la perfección. Podía engañar al bateador, haciéndole creer que tenía un fly muy simple, lo que le costó muchas bases a los rivales, cuando en realidad la pelota lo había rebasado. Sumamente supersticioso, el número 3 lo rondaba todo el tiempo. Su jersey era el número 33, su despertador lo ponía 3 minutos después de la hora, entre otras cosas. Larry una vez contó esta historia, mencionando: “Mi primer matrimonio fue en noviembre 3, a las 3:33 p.m. duró 3 años, finalizando en el ’93. Me costó 3 millones de dólares”. Durante su estancia con el equipo, fue seleccionado a 4 Juegos de Estrellas, conquistó 3 títulos de Bateo y en un año fue líder de Jonrones de la Liga, en 1997 con la cifra de 49 cohetes. Ese mismo año fue seleccionado como Jugador Más Valioso en la Liga Nacional. Además de 5 Guantes de Oro.
La influencia del Coors Field
El estadio es por mucho el más alto de la MLB en lo que a metros sobre el nivel del mar se refiere. A 1580 msnm, existe menor presión atmosférica, el viento es menos denso y existe poca resistencia al vuelo de la pelota, lo que hace que esta viaje a más distancia y con mayor velocidad, no solo eso, además es el parque con mayor territorio para jugar en toda la MLB, lo que lo hace más complicado para los jugadores defensivos. En sus primeros 19 años de existencia ese estadio nunca vio un marcador de 1-0.
Tony Gwynn, el gran estrella de San Diego Padres y miembro del Salón de la Fama refirió en aquellos años: “La pelota en ese estadio viaja como si fuera una pelota de golf en la luna”. En 1995 el Factor del Parque fue de 123, favoreciendo claramente a los bateadores sobre el pitcher. Se considera equilibrado el enfrentamiento si el factor es igual a 100. Cuando se construyó el nuevo estadio, ese factor aumento, Coors Field tenía +11 en comparación con Mile High Stadium y eso que el antiguo estadio ya tenía un factor de los más altos de la MLB.
En 1999 se batearon 303 jonrones en ese parque, es el récord aun vigente, 144 de los Rockies y 159 de los equipos visitantes. Promedio de 3.7/juego, una locura. Siempre existirá una especie de asterisco ante los jugadores de los Rockies que más se destaquen con el bat, sin embargo, algunas herramientas estadísticas nos ayudan a ver objetivamente la influencia que sin duda ejerce el Factor del Parque en los números ofensivos estratosféricos que muchos jugadores desarrollan al jugar para esa ciudad.
No hay mejor manera de exponer esa ventaja del estadio que lo que sucedió con Ellis Burks, de 1994 a 1998 bateó .338 en Coors Field y .274 como visitante. En 1996, su mejor año, bateó .390 en Denver y .291 en gira. Larry Walker fue otro que se benefició del plus que genera batear en esa localidad. consiguió la cifra de .384 AVG como local y 280 en gira.
La frialdad de los números
Todos juntos coincidieron desde 1995-1997, para plasmar las cifras que ya describimos anteriormente. Fueron a la postemporada en 1995, ingresaron como Wild Card y fueron eliminados por Atlanta Braves 3-1. Aquellos Braves campeones de la Serie Mundial que tenían a Gregg Maddux, Tom Glavine, John Smotlz y Chipper Jones, entre otros. Individualmente Los Bombarderos dejaron números de la siguiente manera para la franquicia: Larry Walker jugó 9.5 temporadas, 1995-2004, un total de 1170 juegos, 1361 hits, .334 AVG, promedió 123 juegos/año, 258 HR, 848 RBI, 892 carreras.
Dante Bichette 7 años, 1018 juegos de 1993-1999, 4050 AB, 1278 hits, AVG .316, 270 dobles, 665 carreras anotadas, 201 Jonrones, 826 RBI. Vinny Castilla participó 9 temporadas con el equipo y 1098 juegos, bateó para .294 de AVG, 239 Jonrones y 745 RBI, 611 anotadas.
Andrés Galarraga 679 juegos, 5 temporadas, 1993-1997, 2667 AB, 843 Hits. AVG .316, 476 carreras, 172 HR, 579 RBI y Ellis Burks bateó 115 Jonrones en 520 juegos, 1994-1998. 4.5 temporadas, 116 juegos/año, 361 anotadas, 558 hits, 337 impulsadas.
Por siempre en la mente de los aficionados.
Los Bombarderos de la calle Blake, fue sin duda un gran capítulo en la historia de la franquicia. Los aficionados amaban ese mote, convirtiéndose en una huella indeleble en la mente para ellos que ha perdurado por largo tiempo. Una especie de amor incondicional y recíproco que son los que más prevalecen y vencen el paso de los años. Han pasado ya otros peloteros y seguirán arribando a LoDo , como: Todd Helton, Carlos González, Matt Holliday, Nolan Arenado, Trevor Story, entre otros. Sin embargo, el grupo de Larry, Dante, Vinny, “Big Cat” y Ellis permanecerán en el recuerdo de quienes los vieron jugar, por su espontaneidad, autenticidad y originalidad. A más de 20 veranos, se siguen escuchando los ecos del estruendo que cimbraba el estadio con cada batazo de estos formidables peloteros por cada rincón de Coors Field.
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