Las series entre los Milwaukee Brewers y los Colorado Rockies viajaron ayer hasta Denver, donde se disputó el tercer encuentro de estas NLDS en un ambiente climatologicamente muy frío, aunque con un Coors Field lleno hasta la bandera.
Pese a ello, fueron los chicos de Craig Counsell quienes, con ventaja de 2-0 tras los dos primeros partidos disputados en Milwaukee, certificaron su superioridad a domicilio con una victoria aplastante que se intuyó desde la primera entrada.
Nada más empezar el encuentro, con hombres en las esquinas, Travis Shaw conectó un hit que se trajo a Yelich hasta home, para comenzar a abrir la brecha. A pesar de que los Rockies tuvieron posteriormente sus oportunidades para anotar, el repertorio de lanzamientos de Wade Miley, evitó que se igualara el marcador, en una buena noche para el pitcher de Luisiana, quien acabó permitiendo solamente 3 hits.
Con un gran movimiento del bullpen posteriormente, el pitcheo de los Brewers volvió a destacar positivamente. Sin embargo, el peculiar uso del shift y los ajustes defensivos realizados por Counsell, fueron los elementos diferenciadores que expandieron las distancias entre ambos equipos. Y es que la defensiva de los de Milwaukee está operando a las mil maravillas, especialmente en el infield, obligando a los rivales a tener que sacar la pelota del campo para poder anotar carreras con facilidad. Este hecho certifica la sospechas que algunos podíamos tener, y es que comenzar por detrás en el marcador contra los Brewers, para posteriormente remontar diferencias, no va a ser sencillo en lo que queda de postemporada, y esto aplica a toda franquicia que aspire a eliminarlos.
Paralelamente, la actuación anoche de Germán Márquez en el montículo de los Rockies, fue la única arma que permitió a los Rockies creer en la victoria hasta la quinta entrada. Con cinco ponches, el joven pitcher venezolano solo cedió ante la amenaza de Jesús Aguilar, quien conectó un HR al jardín izquierdo, pero pudo dominar a la ofensiva de Milwaukee en las cinco entradas que lanzó.
Fue la entrada de Oberg como relevista, quien con un balk y un wild pitch consecutivamente, desconectó por completo a los locales de sus últimas esperanzas para alzarse con la victoria. Dos errores de bulto que pusieron el 4-0 en la sexta entrada, y supusieron el final del partido, al menos de forma psicológica.
En la alta de la novena, con todo prácticamente resuelto a nivel mental, Arcia y Broxton sellaron el partido con dos mazazos en forma de HR, que certificaron la victoria por 6 carreras de diferencia.
Con esta contundente eliminación, los Rockies se marchan de vacaciones con las sensaciones negativas de no haber podido competir cara a cara contra un equipo que, sobre el papel, no era tan superior. El invierno permitirá a los de Denver poder enfocarse en seguir mejorando su roster para volver a alcanzar nuevamente la postemporada el próximo Octubre. Sin embargo, las pobres actuaciones de jugadores como Charlie Blackmon o Nolan Arenado a lo largo de esta semana, deberían servir para reflexionar sobre la identidad y el liderazgo de este grupo.