Sin duda alguna, el clásico de los clásicos del deporte mundial, sin que exista nada mínimamente comparable, y además en un partido a vida o muerte en que no habría un mañana para el perdedor.
Y ello en el mejor marco posible, en la catedral del deporte, Fenway Park. Lleno a reventar, sin mascarillas, lo digo únicamente por describir, jamás para juzgar.
Mucho veraneante durante las últimas horas comparando el mayor homenaje el deporte posible, con la fiesta gastronómica (de calidad deplorable) de la final del futbol americano.
Un partido sin pronóstico alguno posible, no solo porque ambas franquicias llegaban con el mismo registro de victorias y derrotas o por el nivel parejo demostrado por sus rosters, también porque ninguno de los dos lanzadores se había mostrado especialmente dominante en sus últimas salidas, ni existía diferencia de calidad, en la práctica, entre ambos lineups. Hasta la historia se mostraba igualada, 12-11 para los Yankees en postemporada.
Una baja por lesión de cada lado, Julio Daniel Martínez en el conjunto local y David John LeMahieu, en el visitante. Ambos conjuntos con sus segundos tras el plato.
En el montículo, los mejores en cada caso. Por los bostonianos Nathan Eovaldi, cada vez más míster octubre, si bien no lo apoyaban los números más recientes, esta temporada, 7 carreras permitidas en 31.1 entradas en sus primeras salidas frente a los Yankees, otras siete en su última salida, pero octubre es otra historia para el tejano. Para los segundos Gerrit Cole, cuya confirmación en postemporada esperaba la hinchada mula.
Diferencias en la publicidad entre las emisoras en español de cada equipo. Institucional en su totalidad en el caso de WEEI (webs para saber cuidar a los viejos recordarnos que podemos ir al bosque en domingo, consejos para no cargarnos el cableado público cuando colocamos buzones, “de autocuidado”, para iniciar conversaciones con niños…..), privada en su gran mayoría en el caso de WADO (comida, coches, abogados….); únicamente entre entradas en el primer caso, de forma continuada en el segundo. Eso sí, clara diferencia en tema de vacunas, mientras en Nueva Inglaterra se animaba a vacunarse contra la COVID, los neoyorquinos animaban a hacerlo contra la gripe.
En los lineups de salida, por los Red Sox: Schwarber (Z), CF Hernández, 3B Devers (Z), SS Bogaerts, LF Verdugo (Z), RF Hunter Renfoe, C Plawecki, 1B Dalbec, 2B Arroyo.
Por los Yankees: 1B Rizzo (Z), RF Judge, DH Stanton, LF Gallo (Z), 2B Torres, CF Gardner (Z), 3B Urshela, C Higashioka, SS Velázquez.
Noche agradable para encontrarnos en octubre en Boston.
Empezaba el partido mucho mejor para los rojos, 0-2 tras la primera entrada gracias a un Home Run de dos carreras anotado por Xander Bogaerts que impulsaba a Rafael Devers, 2 carreras para el 2, que impulsaba al 11, en la Wild Card del 2020; anotación que se vería incrementada en la tercera entrada gracias a Kyle Schwarber a través de nuevo Home Run, demasiados problemas para Gerrit Cole quien lanzaría únicamente 2 entradas (50 lanzamientos) en la que se llevó 3 carreras, concediendo 4 hits y 2 bases por bolas. Y precisamente eran los números que, combinados, dominaban las redes sociales que repetían de forma paranoica los 324 millones de dólares del contrato del californiano.
Boone tuvo que echar mano del bullpen ya en la tercera entrada, Clay Holmes que cubrió con solvencia 2 entradas. Y en la quinta un Luis Severino, que llevaba 6 entradas en los últimos 2 años; lo que contrastaba con la placidez con la que Eovaldi ejercía sus funciones, 64 lanzamientos en 5 entradas dominantes, permitiendo únicamente 2 hits, y marcándose 7 SO, muy apoyado por su defensa.
Pero todo cambió en la sexta entrada, que comenzaría con Home Run de Anthony Rizzo, y, tras él, Aaron Judge alcanzando base, lo que llevaría a un relevo inmediato en el montículo, no quiso complicarse la vida Alex Cora y le dio la bola a un Ryan Brasier que supo resolver la situación con solvencia.
Ciertamente, los Red Sox se metieron en problemas en la parte alta de la sexta, pero supieron mantener su ventaja en la parte baja, con carrera para Xander Bogaerts impulsada por Alex Verdugo, entrada en la que pudieron caer más carreras para el bando local
Cambio en la receptoría de los Red Sox, en la séptima, entrando Christian Vázquez por Kevin Plawecki, en los Yankees también cambio de cátcher, en la octava, con Gary Sánchez.
Record de 66-10 cuando los Red Sox llegaban por delante en la séptima entrada. Y en decisiva se convirtió la misma, con las bases llenas y dos outs, Alex Verdugo impulsaba a Kyle Schwarber y Enrique Hérnández.
Llegábamos a la octava con 6-1 para los Red Sox una diferencia que se antojaba insalvable con lo visto. Tal y como acabó deviniendo. Únicamente acortando distancias Stanton con un Home Run en la novena, que dejó el definitivo 6-2 en el marcador.
Espera Florida, esperan los Rays, y como repite siempre el genial Junior Pepén, ¿Quién dijo miedo?, este equipo tiene alma y tiene a Alex Cora.