No está siendo un año fácil en Queens. Después de una gran segunda mitad en 2019 y quedarse a las puertas de Playoffs, la temporada pintaba prometedora, más cuando se amplió el número de equipos que participarían en la postemporada.
Sin embargo, pocas cosas han salido bien para los Mets. Lesiones, polémicas y malos rendimientos han llenado las páginas de los diarios neoyorquinos. Aunque sí que hemos podido ver algún rayo de esperanza en forma de buen nivel de algunos jugadores, prospectos o en determinadas facetas. En definitiva, nos han dado constantemente una de cal y una de arena.
Las de cal (o las de arena, las que sean las malas)
La rotación ya empezaba con dudas tras la marcha de Wheeler y la Tommy John de Syndergaard. Sin embargo, los movimientos de Van Wagenen dejaban a priori una lista de titulares por los menos apañada: deGrom, Stroman, Porcello, Matz y Wacha. Nada más lejos de la realidad. Stroman no empezó la temporada por lesión y luego decidió no jugar este ño pro el COVID-19. Y lo de Porcello, Matz y Wacha es de traca (perdón por la floja rima). Con ERAs de 6.00, 8.63 y 7.41, respectivamente, han colocado al equipo en una posición complicada con la 22ª ERA de rotación más alta de toda la MLB. Entre las lesiones y los malos registros ha habido que echar mano de lanzadores como Corey Oswalt y Walter Lockett y, en un momento desesperado, han tenido que pasar a la rotación a dos jugadores como Robert Gsellman y Seth Lugo que llevaban años sin abrir un partido. El segundo, además, era una de las piedras angulares del bullpen y su pérdida ahí se notará, aunque su recuperada titularidad limará asperezas con la gerencia, después de que su deseo de ser abridor generara cierta polémica.
Y es que el bullpen necesita a Lugo. El cuerpo tiene el 16º ERA de toda la MLB con 4.36, pero ha sido tremendamente irregular. Díaz, pese a su ERA de 2.57 y 19.3K/9 ha fallado en los momentos clave, acumulando 3 Blown Saves. De hecho, enseguida perdió su puesto de closer y no ha logrado aprovechar las oportunidades que se le han dado en momentos cerrados. Algo similar ha sucedido con otras piezas importantes como Jared Hughes o Brad Brach. Otros simplemante no han rendido. Betances (ahora en la IL) ha perdido varias millas en sus lanzamientos y está decepcionando. Él y Familia tienen ERAs altos y no dan confianza. Incluso Wilson, que tan bien lo hizo en 2019 como zurdo principal en el bullpen tiene un registro de 5.91, generando aún más dudas.
El ataque también tiene sus puntos oscuros, obviamente. Ramos está muy por debajo de su nivel. A Rosario le está costando reafirmar sus progresos del año pasado aquejado de una tremenda falta de disciplina en el plato (lleva 1BB en 103PA). McNeil no ha sido el mismo después de golpearse la rodilla y a Nimmo, pese a que sigue logrando walks con facilidad (4ª de toda la MLB en este apartado), no le está acompañando el promedio.
El jugador que más focos tenía sobre él era, por supuesto, Alonso. Y eso se ha notado. Se le vió bastante ansioso por lograr Home Runs al principio de la temporada y eso resintió su juego. Aunque ha conseguido depurar algunas cosas, como evitar perseguir lanzamientos fuera del plato, y está mejorando su rendimiento y sus números, aún cabe esperar más de él.
Pese a todo esto, el equipo conseguía llegar a bases y colocar jugadores en posición de anotar. Pero ahí llegaba uno de los grandes males que ha aquejado al equipo esta temporada y que más victorias le ha costado. Han sido incapaces de empujar a esos corredores. Todo queda resumido en este tweet del 26 de agosto:
The Mets have the most insane good/terrible offense you’ll ever see.
Batting average: 1st
On-base percentage: 1st
———
Hitting with RISP: 30th
Total runs: 20th— Rich MacLeod (@richmacleod) August 26, 2020
No hay que infravalorar el impacto de este hecho. 10 de las 20 derrotas de los Mets hasta este momento se han dado por 2 carreras o menos y dos más fueron por 3 carreras. En este contexto cualquier anotación adicional habría podido significar un cambio de 180º en la actual situación de los Mets en la clasificación. Y precisamente esta busqueda de mayor capacidad anotadora ha llevado a Rojas a tener que buscar incansablemente un lineup adecuado, cambiando éste constantemente sin dar una cierta estabilidad a los bateadores.
Además de eso tenemos, como siempre, las comedias que monta la gerencia de los Mets año tras año. La marcha de Céspedes acabo siendo un circo, la ya por fin casi cerrada venta del club ha seguido dando que hablar e incluso algo tan importante como las protestas generadas por la injustica social generaron polémica al filtrarse un video de Van Wagenen en el que criticaba a Rob Manfred. Filtración seguida por una retractación y declaraciones escritas de Fred y Jeff Wilpon en las que defendían al comisionado y criticaban a su GM (escribiendo, para más inri, mal el nombre de pila de su empleado).
Las de arena (o las que sean las buenas)
Los Mets tienen a deGrom. Y ése es un positivo que cualquiera de los otros 29 equipos de la competición querrían tener. 1.76ERA, 1.91FIP, 242ERA+, 0.902WHIP, 2.0BB/9, 12.7K/9. Todo esto, siendo deGrom y siendo los Mets, ha llevado a un récord personal de 2-1. Y es que un día fallaba el apoyo ofensivo, otro el bullpen regalaba toda la ventaja que había logrado el ace, otro la defensa facilitaba un montón de carreras sucias al rival que evitaban un balance más atractivo.
Otra nota positiva ha sido la de David Peterson. El prospecto vió acelerado su debut por las lesiones de otros lanzadores y desde entonces, quitando una pequeña lesión, no ha hecho más que rendir. No está dominando a base de strikeouts y podría tener menos walks, pero esta limitando los hits y el daño rival para un ERA de 3.51. Si sigue así y Lugo mantiene el nivel mostrado en sus dos aperturas, quizás haya visos de una parte inicial de la rotación bastante sólida.
Antes decíamos que el ataque sí estaba consiguiendo embasarse. Y eso no se consigue si no hay notas positivas en esa faceta del juego. Dos nombres destacan por encima del resto. Robinson Canó parece estar viviendo una segunda juventud. Lidera al equipo con un promedio de .375 y esto lo acompaña con 6HR, 17RBI y un OPS de 1.058. Pero quizás el gran nombre sea el Dominic Smith. El de Compton ya tuvo un año muy destacado en 2019 como pinch-hitter; pero, sin duda, este año ha sido el más beneficiado por la marcha de Céspedes y la implantación del DH. Con más opciones de juego, ha explotado todo su potencial bateando .326. Además, se ha convertido en el impulsor de carreras más fiable de la plantilla con 26RBI y lidera también las categorías de HR con 7 y OPS con 1.088. Todo esto se ha unido para darle el liderato de toda la MLB en OPS+ con 196. Añadiendo a esto el contínuo crecimiento de Conforto que también está bateando por encima de .300 con 5HR y 17RBI, los Mets pueden contar con tres columnas sobre las que asentarse mientras Alonso, McNeil y compañía vuelven a su nivel.
Incluso en la defensa, una faceta en la que los Mets han flojeado en los últimos años, se han podido ver brotes verdes. Las lesiones de Canó, Rosario y McNeil supusieron la vuelta de Davis de la esquina caliente y la asociación de Luis Guillorme y Andrés Giménez en el centro del infield. Davis (que en la ofensiva no está al nivel del año pasado) ha dado un buen rendimiento en la esquina caliente y ha sido un fijo en la posición desde entonces. Guillorme, que está bateando .400 en las 43PA que ha tenido, formó una tremenda combinación de Double Play con Giménez. El prospect ha sido otra de las grandes revelaciones del equipo en 2020. Subido directamente desde AA, ha mostrado que puede tener una herramienta de contacto más que interesante, además de una gran velocidad para robar bases y una enorme (y espectacular) capacidad defensiva en el SS. Está disposición defensiva puede ser muy útil, sobre todo cuando lancen pitchers como Porcello y Wacha que pueden generar muchos groundballs.
Quizás otro punto a destacar sea la gestión que ha hecho el club del COVID-19. Las medidas y protocolos adoptados por la gerencia han recibido bastantes elogios y, pese al contagio de un jugador y un miembro del cuerpo técnico, se organizó todo perfectamente para evitar la propagación y apenas se perdieron 4 partidos que ya están casi recuperados. No estamos acostumbrados a trabajos tan eficientes por parte de las oficinas.
¿Cómo queda todo?
En el momento de escribir esto los Mets tienen un balance de 15-20 a 5.5 partidos de los Braves, líderes de división; pero, debido a la ampliación de los Playoffs este año, están a 2.5 partidos de la segunda plaza y a 2.0 de la Wild Card. En el límite de traspasos Van Wagenen trajo a Miguel Castro de Baltimore para reforzar el bullpen (aunque el precio pagado de Kevin Smith, el prospecto número 12 de la organización puede ser muy alto) y a Robinson Chirinos y Todd Frazier de los Rangers para dar más profundidad al puesto de catcher y aportar un bate diestro desde el banquillo, respectivamente. Quedan 25 partidos en los que el equipo tiene que darlo todo. Los jugadores tienen que mantenerse sanos y tiene que haber una mejora de números por parte de algunos de ellos. Los Mets se han acostumbrado a segundas parte de temporada excelentes en los últimos años. Si lo repiten, sigue habiendo opciones.