No podía ser de otra forma. Los dos mejores equipos de la liga se van a citar para dirimir su pase a las series de campeonato en un último y definitivo quinto encuentro en San Francisco que promete ser tan igualado y dramático como lo están siendo los demás, en una serie que merecería ser la que definiera el título mundial pero que jamás podrá ser por pertenecer los dos conjuntos a la liga nacional.
Y es una lástima que no sea así porque el espectáculo que ambos equipos nos están brindando es digno de una gran final. Las defensas y el pitcheo están ganando la batalla al ataque, pero cuando algún equipo se despista ligeramente en este apartado el rival se lo hace pagar muy caro. Y eso es lo que los Dodgers hicieron en el cuarto partido de esta serie.
Dave Roberts apostó todo a la carta de Walker Buehler, al que confió el pitcheo abridor a sabiendas de que lo hacía con descanso corto, algo que nunca sabes si te puede servir o no. Pero el de Lexington volvió a realizar otra apertura de calidad, permitiendo tan solo una carrera en 4.2 entradas cuando comenzó a dar señales de agotamiento, lo que provocó que Roberts diera entrada al bullpen para proteger una ventaja que en ese momento era de 4-0.
Y es que en el lado contrario los Giants apostaron por un Anthony DeSclafani que no estuvo especialmente acertado y que ya en la primera entrada concedía la primera carrera del partido para los angelinos. No llegó ni a cerrar la segunda entrada cuando Gabe Kapler decidió confiar en el bullpen para enderezar un partido que se les empezaba a ir de las manos. Y es que si algo tienen los Dodgers es que juegan muy cómodos con el marcador a favor, y hoy lo volvieron a demostrar.
Pero si en el partido anterior el pitcheo de San Francisco fue capaz de dejar en cero a la ofensiva hoy local, en esta ocasión los lanzadores de la bahía no estuvieron tan acertados y gota a gota los Dodgers fueron ampliando la ventaja, con homerun incluido de Mookie Betts quizás para redimirse del que tan cerca tuvo el día anterior. Tan sólo una carrera impulsada por Kris Bryant en la octava entrada daba algo de esperanza a los Gigantes para remontar el partido.
Sin embargo ahí apareció la figura de Will Smith, que en esa misma octava entrada mandaba la bola por encima de la barda para poner el 7-2 que a la postre sería el resultado definitivo. Phil Bickford cerraría el encuentro y ponía las tablas en la serie, que se decidirá en el Oracle Stadium este próximo jueves. Los Dodgers contarán con el mexicano Julio Urías (el héroe de las pasadas series mundiales) para enfrentarse a Logan Webb, que buscará repetir el excelso encuentro con el que abrió la serie para dejar a cero a los Dodgers en un partido completísimo.
Sinceramente nadie sabe qué ocurrirá el jueves y qué equipo se enfrentará a los Atlanta Braves por una plaza en las series mundiales, pero lo que sí está claro es que esta serie entre dos de las mayores rivalidades del béisbol mundial pasarán a la historia como una de las más apasionantes jamás vistas. Sin duda dignas de una serie mundial que jamás podrá ser.