Llevaba bastante tiempo queriendo escribir sobre Shohei Ohtani y su repercusión en el hobby, específicamente tras su aparición en la colección 2018 Bowman, pero no encontraba el momento. Ahora que la tormenta ha amainado y se han calmado las aguas, ya se ve tierra firme en el horizonte. Ya es posible analizar lo que ha ocurrido en los últimos meses sin caer víctima de la sobreexcitación.
Shohei Ohtani
Todos sabíamos que Ohtani iba a ser un fenómeno, que iba a causar un furor fuera de lo habitual, incluso antes de la firma de su contrato y su llegada a la MLB. Los más escépticos no confiaban mucho en su éxito inmediato, y los más arriesgados no titubeaban al afirmar que sería el nuevo Babe Ruth. En cualquier caso, los meses de febrero y marzo eran aún fechas demasiado tempranas para dar razones de peso, porque hasta finales del Spring Training no se supo si el japonés comenzaría la temporada en el roster de 25 de los Angels.
Sin embargo, el entorno de las cartas de béisbol –muy propenso a la especulación- no tuvo ninguna duda tras su firma con la franquicia angelina de que Shohei Ohtani sería el mejor jugador de la historia contemporánea. Ya con la primera carta del jugador lanzada por Topps en su línea Topps Now, de la que se vendieron 17.323 ejemplares durante las 24 horas que estuvo a la venta, se comenzaron a ver los primeros espejismos del delirio que provocó el hundimiento del hobby allá por los años 80.
Este volumen de ventas contrasta mucho con la demanda habitual en el servicio a la carta de Topps, que oscila entre las 300 y las 1000 copias, en función del jugador y del motivo de edición del cromo en cuestión.
Esta anomalía no fue cosa de una sola vez: la primera semana de competición las siete tarjetas editadas de Ohtani tuvieron una tirada de entre 2000 y 8800 copias; en ese periodo de tiempo solo dos cartas, las de Giancarlo Stanton (2999 especímenes vendidos) y Scott Kingery (2786) superaron en ventas a la menos vendida de Ohtani, sin acercarse a la segunda menos demandada.
Crece la fiebre por Ohtani: 2018 Bowman
Esta nueva fiebre no hacía sino continuar lo que ya comenzó con la colección 2018 Topps Opening Day, y que seguiría con 2018 Panini Donruss Diamond Kings. Tras la aparición de las primeras rookie cards del japonés en estos sets, los anuncios en eBay no se hicieron esperar, y no era raro ver estas cartas publicadas con precios cercanos a los 10 dólares. Hablando de un cromo que puede aparecer, y no con baja frecuencia, en cajas de 8 o 10 sobres con un precio de venta de 20 dólares, se puede uno dar cuenta del disparate.
No obstante, lo peor aún estaba por llegar. La última semana de abril suele estar marcada por el lanzamiento de la colección Bowman, la línea que Topps revivió en 1989 tras adquirir la compañía homónima en 1956, y que estableció como la “casa de los rookies y prospects”. Esta colección incluye las primeras cartas de muchos de los jugadores elegidos en el anterior draft vistiendo los uniformes de sus franquicias, además de algunas rookie cards de peloteros que no se pueden encontrar en la Serie 1 del buque insignia de Topps. Este año, previsiblemente, Ohtani iba a estar entre ellos.
Cuando se publicó la lista de cartas incluidas en la colección, una semana antes de su salida al mercado, las cajas ya llevaban meses reservadas por los clientes habituales de las tiendas especializadas; pocas horas después de subir sus persianas, los grandes supermercados de los Estados Unidos tenían ya las estanterías vacías.
El punto álgido especulativo
Las hobby box de Bowman, con un precio medio de 130 dólares y que aseguran un autógrafo en su interior, se encontraron rápidamente a la venta en eBay por unos 250 dólares. Las jumbo box, con sobres más grandes y más cartas por caja, alcanzaban los 350 dólares. El fin de semana posterior a su lanzamiento solo había 3 anuncios en eBay con cajas a la venta, y se trataba de las blaster box: cajas de 8 sobres, con un precio de venta al público de 19.99 dólares. En eBay su precio se acercaba a los 50.
Las cartas básicas firmadas por Ohtani se subastaron por cantidades a menudo superiores a los 1500 dólares; las versiones sin firmar y sin numerar, por unos 15 dólares. El mercado estuvo cerca de un mes patas arriba hasta que los precios de Bowman se asentaron en unas cantidades inferiores pero todavía abusivas. La burbuja de Ohtani se había formado, y la calidad de su juego daba indicios de que lo haría para quedarse. Como consecuencia, las pesadillas rebrotaron en quienes vivieron la época de fiebre y sobreproducción a finales de los 80 y principios de los 90.
Esta circunstancia iniciada con la primera carta de Ohtani y con su punto más álgido en Bowman no acabó aquí. Los seguidores de este hobby se olvidaron temporalmente de por qué coleccionaban y se dejaron llevar por el nerviosismo y la necesidad de continuar con la especulación, provocando que las nuevas colecciones lanzadas a finales de mayo y principios de junio (2018 Topps Finest Baseball y 2018 Topps Tier One) siguieran un patrón similar: unos cromos de Ohtani con valores fuera de lo esperado, superando a los de grandes estrellas establecidas como Mike Trout o José Altuve, con unas proyecciones de futuro más previsibles.
La vuelta a la normalidad
Sin embargo, el anuncio de la lesión de Ohtani y los rumores sobre una posible cirugía Tommy John provocaron la aparición de temores sobre el futuro de su carrera, que desembocaron en un ataque de pánico, dando lugar a la estampida y a la venta masiva de sus cartas. La volatilidad de estos pequeños activos dio la razón a quienes llevan años advirtiendo de que el coleccionismo se trata solo de un bonito pasatiempo y de que una carta no pagará ninguna hipoteca.
Actualmente, las cartas de Ohtani tienen precios más asequibles. Las subastas activas de autógrafos Bowman más avanzadas tienen su puja más alta en unos 200 dólares, y su precio medio de venta es de 600 dólares; sus cromos básicos Bowman oscilan entre 1 y 3 dólares, e incluso un servidor aprovechó el momento para adquirir el suyo; muchas de las rookie cards de Topps Opening Day han bajado hasta los 4 dólares (aunque aún hay bastantes anunciadas a 8 dólares) y las de Panini Donruss Diamond Kings no suelen subir de los 5 dólares.
Aunque la presencia en Bowman de las cartas de rookie de jugadores como Rafael Devers u Ozzie Albies, o de prospect cards como las de Ronald Acuña Jr., Vladimir Guerrero Jr. o Gleyber Torres no ayudó a los amantes de la especulación a mantener la calma, de nuevo el tiempo ha roto las esperanzas de aquellos que, con el símbolo del dólar dibujado en sus ojos, ven en los cromos una oportunidad de inversión millonaria.