Hablemos de la Liga Americana Este de 2022
No, esta vez no vengo a hablar de cadenas de Markov, ni a argumentar el por qué aligerar en 2.8 gramos la masa de la bola no tiene efecto real en su vuelo (por más que se empeñen algunos), sino que son realmente otros múltiples factores los que lo hacen. No, los motivos que me traen de vuelta por aquí son otros radicalmente diferentes, puramente deportivos.
Pero antes de empezar a daros la paliza, me pongo de pie y aplaudo a todos y cada uno de vosotros que, con vuestro esfuerzo y dedicación desinteresados, habéis hecho posible el tener disponible una Guía para la que se me acaban los epítetos homéricos (de la traducción de Segalá, soy un clásico).
Puede que nuestros Javis (Urberuaga y Cía) no tengan el mismo foco mediático que los otros dos, pero se merecen un reconocimiento especial, al menos en mi opinión. Sin ningún tipo de duda estarían dentro del famoso 20 por ciento de Jack Welch.
Ahora bien, una vez habiendo terminado de dar jabón, voy a sacar mi lado (más) oscuro y a poner las cartas sobre la mesa. Generalmente, a principio de temporada, casi todo el mundo considera que su equipo está mejor preparado para afrontar la nueva de lo que estaba la anterior. Bueno, si eres aficionado de los A’s o Reds digamos que te acompaño en el sentimiento, pero no me negarás que en líneas generales llevo razón.
Los que me conocéis sabéis que soy un die-hard fan de los Yankees, por lo que ya de entrada tengo ganada la enemistad deportiva del resto de miembros de Pitcheos Salvajes. Por consiguiente, tengo la libertad de poder opinar del resto de equipos sin miedo a represalias, puesto que ya sufro de ostracismo deportivo.
Y es precisamente esto lo que tengo intención de hacer, dar mi visión particular de la Liga Americana, recorriéndola división a división. Intentaré exponer las que son para mí algunas de las claves a tener en cuenta para, finalmente, ser capaz de argumentar un Power Ranking.
Hoy empezaremos por la División Este. Hala, metámonos en harina.
Toronto Blue Jays
Toronto Blue Jays- USA TODAY Sports
Es un hecho innegable que los Blue Jays han sido la verdadera estrella de los Power Rankings en esta offseason. En la mayoría de ellos están situados en el seed 1 de la Liga Americana, a un nivel muy cercano o incluso superior al de Los Angeles Dodgers en el ránking global.
Sin embargo, ¿es oro todo lo que reluce, o estamos siendo víctimas de cierto “efecto animadora”? Es decir, ¿el hecho de escuchar cada vez a más periodistas y aficionados elogiar a Toronto nos está induciendo a creer que son mejores de lo que realmente son?
Partiendo de la base de que el año pasado quedaron cuartos en la división por detrás de Rays, Yankees y Red Sox (cierto, a una victoria de estos dos últimos, pero aun así por detrás), sería razonable pensar que han tenido que ser las firmas de jugadores este invierno las que les han permitido dar el sorpasso a sus rivales.
Ahora bien, ¿es esto así, son suficientes los cambios realizados para alterar el statu quo en la Costa Este?
Si empezamos analizando a la rotación, los principales movimientos han consistido en la incorporación de Yusei Kikuchi (LHP-Mariners) y Kevin Gausman (RHP-Giants), y las bajas de Robbie Ray (LHP-Mariners) y Steven Matz (LHP-Cardinals).
El sentir general es que Toronto prácticamente sustituye una pieza por otra con la marcha de Ray y la llegada de Gausman, aunque con un cierto matiz pérdida por parte de los Blue Jays, esgrimiendo como argumento principal la victoria de Ray en el Cy Young de la Liga Americana.
Por otra parte, respecto a la comparativa entre Matz y Kikuchi, el sentimiento mayoritario es de tablas con ligera tendencia hacia el lado positivo para Toronto.
Permitidme que me vaya un poco off-topic y aborde algo más en detalle el Cy Young de Robbie Ray en 2021. Si nos fijamos en los valores de las métricas de FIP, SIERA y WAR de Robbie Ray la temporada pasada (3.69/3.21/3.9), éstos no justifican su victoria, sobre todo si los comparamos con los de otros pitchers de la Americana como Gerrit Cole (2.92/2.93/5.3) y Nathan Eovaldi (2.79/3.60/5.6).
Por cierto, estos dos últimos son abridores contra los que los Azulejos se van a tener que ver las caras bastante a menudo, just to say.
En las siguientes tablas (extraídas de Fangraphs), podéis encontrar las escalas de rating de FIP y SIERA, donde se aprecia claramente que los valores en las métricas de los aces de Boston y Nueva York se pueden considerar dentro de la élite (Excellent), mientras que los de Ray se encuentran en un escalón inferior (Great/Above Average).
FIP Ratings-Fangraphs
SIERA Ratings-Fangraphs
Volviendo a la comparativa entre Ray y de Gausman, si ponemos en la balanza los números del primero (3.69/3.21/3.9) respecto a los del segundo (3.00/3.42/4.8), es el pitcher procedente de San Francisco el que sale victorioso de la misma, aunque no por un margen excesivamente amplio.
En otras palabras, las métricas de Gausman, similares a las de Ray, evidencian que no se ha producido un salto evidente de calidad, sino que estamos hablando de jugadores de similar nivel competitivo, en línea a lo mencionado anteriormente.
En caso de que estés pensando en cómo quedaría situado José Berríos en el sistema de ecuaciones que componen el pitcheo abridor de Toronto, sus métricas (3.47/3.65/4.1) están al mismo nivel que las de Gausman y Ray.
En resumen, Toronto carecía en 2021 un ace a la altura de Red Sox y Yankees, y sigue sin tenerlo para este 2022.
Si realizamos la misma comparativa para Matz y Kikuchi, aquí la diferencia sí que es muy apreciable, pero en favor del primero, (3.79/4.12/2.8) vs (4.61/4.16/1.1). Si nos ceñimos a la pura y gélida estadística, se pasa de un lanzador ligeramente por encima de la media en FIP, a otro con desempeño Poor. Además, el hecho de que Matz sea zurdo proporciona cierta ventaja competitiva adicional.
Como conclusión respecto al pitcheo abridor, “el frío dato” apunta a una situación más desfavorable que la campaña pasada.
Con relación al bullpen, la ausencia de cambios permite pensar que su rendimiento será similar al del año pasado, en la zona media de las Grandes Ligas.
Si pasamos ahora al infield, nos encontramos también con una situación muy parecida a la de la pasada temporada, siendo la incorporación de Matt Chapman (3B-A’s) y la salida de Marcus Semien (2B/SS-Rangers) el principal cambio.
En la parcela defensiva, Chapman es un múltiple ganador no sólo del Guante de Oro (2018, 2019 y 2021), sino del Guante de Platino (2018 y 2019). Es un claro upgrade en este aspecto del juego, pero lo es en una posición (3B), que a diferencia de la de shortstop no puede considerarse como premium.
No obstante, en la parte ofensiva, la producción de Champman lleva tres temporadas en declive, pasando de un wRC+ de 139 en 2018, a 101 en 2021.
Si tenemos en cuenta que un valor de wRC+ de 100 define al jugador promedio de la MLB, nos encontramos con Chapman es exactamente eso, un pelotero “average”. Es cierto que ahora va a tener la posibilidad de demostrar que estoy equivocado, pero hace tiempo que tengo asumido que de los dos “Matts” de los A’s, es Olson el que tiene verdaderamente potencial de MVP.
En el outfield¸ la novedad más importante sería la de poder contar con George Springer al máximo nivel durante todo el año. Aquí es donde me entran ciertas dudas; de hecho, son las mismas que tenía cuando se produjo su firma con Toronto.
Su edad, 32 años, asociada a una posición como la de centerfield, donde la propensión a tener lesiones es más elevada que en otros puestos, me sugiere que a medio plazo puede darse la posibilidad de que tengan que moverlo a otra posición menos exigente, incluso como designated hitter.
Asimismo, con un Alejandro Kirk cada vez más cercano a convertirse en DH de forma permanente, y un Vladi Guerrero Jr. que sigue manteniendo su característica figura curvilínea, todo ello me lleva a pensar que no es descartable cierto overbooking en el puesto de bateador designado incluso en el corto plazo.
Por último, un aspecto que puede acabar teniendo más relevancia de lo esperado. El hecho de que en Canadá mantengan la exigencia de un certificado de vacunación en vigor implica directamente que los equipos rivales no puedan contar con sus “magufos” en los enfrentamientos en suelo canadiense.
En los Yankees tengo el presentimiento de que lo mismo vemos debutar a Peraza para cubrir algún hueco (o la mitad del lineup)…lo mismo no hay mal que por bien no venga.
Boston Red Sox
Boston Red Sox celebrando victoria sobre los Yankees en la Wild Card 2021- AP
Claramente, el año pasado fueron la sorpresa positiva de la AL East. Por ello, tengo que rendirme a la evidencia, y tal y como dijo A-Rod, reconocer que Álex Cora es el mejor manager de la MLB. Personalmente, incluiría en la misma categoría a Gabe Kapler, de quién intentaré hablar en otro momento, pero el puesto de Cora en lo más alto del escalafón es indiscutible.
En 2021 se notó su mano no sólo en el aspecto técnico del juego, donde los entrenadores de posición tienen una mayor relevancia, sino en la capacidad de conseguir motivar, comprometer e insuflar espíritu ganador a una plantilla que pasó por una más que complicada temporada 2020.
Boston vuelve a tener mentalidad ganadora, y eso merece respeto. Si estáis pensado en que por ser seguidor de los Yankees voy a dedicarme exclusivamente a “dar cera” a Boston, permitidme sacaros del error. Los Boston Red Sox son el equipo al que más temo de la División Este, por encima de Toronto. Voy a intentar justificar mi argumento repasando cada uno de los cuerpos que componen su plantilla, empezando por el pitcheo abridor.
Fijémonos en los tres nombres principales, Nathan Eovaldi, Nick Pivetta y Tanner Houck. ¿Qué más se puede decir de Eovaldi que no se haya dicho ya? El ganador moral (si de verdad existe ese concepto) del Cy Young en 2021. Sigo sin comprender cómo los Yankees dejaron escapar a semejante “elemento” después de ver lo que hizo en 2015 (3.42/3.99/3.2).
En 2016 es cierto que sus números de FIP, SIERA y WAR no fuero buenos (4.98/4.36/0.7), pero estaba jugando con una lesión en el codo de la que, de hecho, tuvo que recuperarse durante todo el 2017. Luego hay gente que sigue pensando que Joe Girardi es un mago descubriendo lanzadores talentosos y construyendo bullpens. Llamadme escéptico, pero igual el músculo económico y Larry Rothschild tuvieron también algo que ver.
Volviendo a Eovaldi, uno de los factores diferenciales del año pasado respecto a temporadas anteriores ha sido el cambio en la utilización de su arsenal. Como podéis ver en el gráfico inferior extraído de Statcast, ha incrementado el uso del slider de forma más que apreciable.
De esta forma, actualmente utiliza un total de cinco pitches diferentes: fastball, curveball, splitter, cutter y slider. Qué maravilla, Nathan.
Evolución por parte de Nathan Eovaldi en la utilización de su arsenal-Statcast
Aviso para los puristas, utilizo el género masculino y el femenino indistintamente según piense en lanzamiento o bola en ese momento concreto, así que a no ser que tengas un sillón en la RAE abstente de realizar comentario alguno.
Por cierto, en el remoto caso de que seas poseedor del privilegio sentar las posaderas en la sede de Jerónimos, me gustaría mantener una charla acerca de la última edición de Ortografía de la lengua española, porque no sé cómo casa ese documento con aquello de Limpia, fija y da esplendor. Yo, de momento, te informo que me rebelo contra las nuevas reglas a la hora de tildar los adverbios.
Pasando a Pivetta, tan sólo diré que me parece un lanzador con ciertos altibajos, pero que puede mantener el nivel necesario para formar parte de la rotación, punto.
El motivo de pasar de puntillas reside en el hecho de que considero que es Tanner Houck quien tiene condiciones para convertirse en la más que probable revelación de esta temporada 2022 en Boston.
Es cierto que no tenemos una muestra suficiente como para decir que sus números son extrapolables a una temporada completa, pero si nos fijamos en su slider cargada de movimiento horizontal, que utiliza en un porcentaje muy similar a su rápida de cuatro costuras (40%), podemos intuir que estamos delante de alguien especial. Me lo puedo imaginar abriendo en Fenway Park en playoffs por delante de Pivetta.
Con relación al resto de la defensa, se mantienen los nombres principales y se añade el fichaje estrella de Trevor Story. Tanto si es para cubrirse para una futura baja de Xander Bogaerts (a quién en el Bronx le haríamos un hueco más que encantados por encima de Volpe o Peraza, no doubt mate), o si de verdad quieren protegerlo en segunda base, es un acierto de la gerencia.
Soy consciente de que muchas personas ven la comparativa de los números de Story dentro y fuera de Coors Field y sienten cierta inquietud, ¿sufrirán sus estadísticas algún tipo de regresión eliminado el factor ballpark?
Para tranquilizaros, os pediría que os fijarais en DJ LeMahieu, quien ganó el título de bateo en Colorado y en Nueva York, a nivel del mar. También en Nolan Arenado, cuyos números con los Cardinals no desmerecen a los anteriores con los Rockies.
No voy a sacar mi vena física e ingenieril en este momento, tan sólo diré el béisbol no es fútbol americano, aparte la distancia total a viajar por parte de la bola o balón influyen otro tipo de características, por lo que de momento tranquilidad, buenos alimentos, y a darle un voto de confianza a Story.
Finalmente, el lineup. En una palabra, impresionante. A lo que ya tenían añaden al mencionado Story, y sin olvidarnos de la evolución de un Bobby Dalbec en progresión claramente ascendente.
Si eres de Boston, echa un vistazo a los jerseys de Houck y Dalbec, tiene pinta que van a estar cotizados.
New York Yankees
Primera alegría de Josh Donaldson con los New York Yankees- Fansided
Soy consciente que muchos de los que estáis leyendo esto (mi enhorabuena por haber llegado hasta aquí) vais a saltaros este apartado. Es lo que tenemos los Yankees, caemos mal. Y ciertamente hay claros y evidentes motivos para haber sido bautizados como el Imperio del Mal. Pero, sabes una cosa, it feels so good to be bad…así que al lío.
Si tuviera que sintetizar en una serie de conceptos todo lo he que escuchado, leído y visto acerca de los Yankees en los últimos cuatro meses, éstos serían los siguientes: mal pitcheo abridor, falta de consistencia en el bateo y movimientos decepcionantes. Ahora bien, ¿estamos tan mal?
Si nos fijamos en la rotación, los tres nombres principales son los de Gerrit Cole, Luis Severino y Jordan Montgomery. De Cole poco más se puede decir, más allá de que es el abridor más completo y fiable de la Liga Americana, independientemente de quién se lleve la gloria del Cy Young.
Con relación a Montie, sigue madurando y evolucionando. Sus números non son espectaculares, pero son lo suficientemente sólidos para ser el SP3. Es Severino el que presenta más dudas, principalmente a su estado físico.
El dominicano se ha perdido prácticamente las tres últimas temporadas recuperándose de una cirugía Tommy John, por lo que sus últimas métricas fiables datan de 2018. Si nos atenemos a declaraciones, múltiples casos previos y a la opinión experta del doctor de cabecera de Pitcheos Salvajes Angel Lluís Carrillo (podéis escucha en el podcast el episodio donde se trata en detalle este tipo de intervención quirúrgica), Severino no tendría por qué tener grandes problemas desde el punto de vista físico.
Por lo tanto, si Sevi está sano físicamente hablando, es un pitcher de calibre Cy Young. En 2017 y 2018 asombró con métricas de (3.07/3.25/5.6) y (2.95/3.26/5.4), respectivamente. Recordemos que es nacido en 1994, por lo que esos números los consiguió tan sólo con 23 y 24 años.
Si además tenemos en cuenta que el bullpen de los Yankees es ampliamente reconocido como el más competitivo de las Grandes Ligas, el pitcheo en general goza de buena salud en el Bronx. Por cierto, en WAR proyectado es el número 1 de la MLB, por encima de otros como Mets y Brewers, así que tan locos no estaremos.
Pasemos ahora al tema caliente, el infield. La temporada pasada fuimos testigos de una serie de despropósitos defensivos, y se evidenció que Gleyber Torres no solo no es el campocorto de futuro de los Mulos, sino que tampoco puede hacer la transición a Volpe y Peraza. No obstante, tiene aptitudes más que suficientes para un ser segunda base de garantías, y si recupera el nivel ofensivo anterior a la pandemia, es un arma más que aprovechable.
Ya en 2021 se intentó tradear con lo Rangers para hacerse con los servicios de Isiah Kiner-Falefa (Guante de Oro en 2020), pero no se terminó realizando el traspaso. La llegada de IKF esta temporada apuntala defensivamente el shortstop, aunque su producción ofensiva presenta muchas dudas, sobre todo en Nueva York, donde tener pop es condición sine qua non para ser respetado. Además, la inclusión en el mismo traspaso de Josh Donaldson por Gio Urshela y Gary Sánchez ha sido objeto de críticas.
En primer lugar, hay que asumir que el contrato de Donaldson era el precio que pagar por conseguir a Kiner-Falefa. Partiendo de esa base, la nota positiva es que la gerencia no tiene problema en desembolsar 23 millones de dólares; esto es, las estrecheces económicas empiezan a desaparecer.
Entonces, ¿por qué no se apostó por Correa, Story o incluso Báez? Sencillo, de los cuatro primeros prospects de los Yankees, tres de ellos (Anthony Volpe, Oswald Peraza y Trey Sweeney) son campocortos.
Se ha hablado mucho de Volpe, algo menos de Peraza y casi nada de Sweeney. Bien, la idea a futuro es que ocupen, respectivamente, las posiciones de shortstop, tercera base y segunda base.
Ese proceso no va a ser instantáneo, y no tienen por qué asentarse todos ellos, por eso hombres como Donaldson o Kiner-Falefa son necesarios para ir preparando el terreno, pero contratos mastodónticos desde el punto de vista de impacto económico y duración como los de Lindor o Correa no entran en los planes de los Yankees en el infield.
Con relación al bateo, se ha producido un cambio sustancial con respecto a la temporada pasada, la promoción de Dillon Lawson a hitting coach. La idea es en cierta manera modificar la filosofía orientada al home run y dar algo más de relevancia al juego más tradicional.
Puede ser que hombres como Judge, Stanton, Gallo no sean el fit ideal para este cambio, pero otros como Torres, Higashioka y el mismo Kiner-Falefa, que no es mal bateador de contacto, es probable que se vean beneficiados. Por cierto, Lawson, échale un vistazo al swing de Gleyber, como consigas equilibrarlo y cambiar el reparto de peso, podemos estar de nuevo ante un all-star.
Como curiosidad, merece la pena comentar que Higgie le pidió consejo a Donaldson para mejorar su técnica de bateo a Josh Donaldson cuando todavía este último no formaba parte de la disciplina de los Mulos, por lo que ahora tiene al profesor en casa. Igual los siete homers de Higashioka en el spring training no han sido tanta casualidad…
Otro tema recurrente entre la “fanaticada” es el balance en el lineup. No es la situación ideal, pero Rizzo, Hicks y Gallo deberían ser suficientes para sacarle el máximo partido al short porch. Judge y Stanton no necesitan de esa pequeña ayuda adicional para sacarla del campo.
Ah, que no se me olvide, este año tenemos catcher, nada más que decir en ese aspecto. Por si tenéis alguna duda, Gary es designated hitter en Minnesota.
¿A qué no estamos tan mal?
Tampa Bay Rays
Tampa Bay Rays celebrando el título de la AL East en 2021- AP
Cada vez que tengo una conversación sobre los Tampa Bay Rays al comienzo de una temporada, no puedo evitar pensar en el cuento de Caperucita Roja, y establecer una analogía entre la tan famosa frase de “Que viene el lobo, que viene el lobo” y “Este año seguro que no son capaces de repetir el rendimiento de la temporada pasada”.
Pierden piezas, apuestan por contratos de corta duración y bajo riesgo, juegan con el tiempo de servicio de sus prospectos y al final vuelven a estar ahí. Ah, y también cuentan con la inestimable ayuda de ese recinto deportivo que a duras penas llega a nivel de pabellón de petanca.
Sé que hay muchas personas fascinadas por el modelo de gestión económica y deportiva de los Rays donde, por ejemplo, se consigue retener a una futura estrella de este deporte como Wander Franco a un coste por debajo de mercado. Luego, esas mismas personas se quejan de que su sueldo no sube de acuerdo con los beneficios que tiene la empresa para la que trabajan. Y de cómo gestionan el CBT y los prospects internacionales mejor hablamos en otro momento, pero es claramente una perversión de la regla.
Lo mismo sucede con su modelo deportivo, especialmente en la parcela correspondiente al pitcheo, en el que exprimen al máximo a lanzadores jóvenes quienes, cuando llegan a la agencia libre, han pasado por multitud de lesiones, incluidas varias Tommy John.
Lo que hicieron con Tyler Glasnow en los playoffs de 2020, dejándole lanzar con sólo dos días de descanso frente a los Yankees, se puede considerar con terrorismo deportivo. La única justificación es que no tengas la más mínima intención de retener a ese jugador en el medio plazo, que de hecho no tienen. Por cierto, meses después Glasnow se sometió a la Tommy John.
Hasta aquí todo ha sido opinión, pasemos a los hechos. Este año no tienen ningún ace al estilo de los años anteriores con Snell y Glasnow, sino que los nombres más relevantes son los de Shane McClanahan (3.31/3.62/2.5), Corey Kluber (3.85/4.37/1.5) y Ryan Yarbrough (4.45//1.2).
Como se puede ver, ninguno de sus números en 2021 es llamativo y, por otra parte, Kluber y McClanahan sólo lanzaron 80 y 123.1 entradas, respectivamente. Muy probablemente estarás pensando en que la profundidad de bullpen ayudará a mitigar esta carencia, y estás en los cierto. Sin embargo, ya la temporada pasada se pudo apreciar un descenso en el rendimiento del equipo al sobrecargar a los relevistas.
Aparte, llamadme malpensado, pero estoy convencido de que el hecho de que la mayoría de los lanzadores de Tampa lleve varias temporadas en el equipo incrementa exponencialmente el riesgo de lesión, aunque en esto es más una opinión que un razonamiento, tendría que sacar el número.
Siguiendo el hilo, ahora mismo los problemas de codo de Shane Baz me vienen a la mente, ¿cuánto puede durar sano en el sistema de Tampa Bay?
En el resto de la defensa están los mismos, con Franco haciéndose el dueño del campocorto de forma permanente y definitiva. La falta de cambios es en sí mismo una buena noticia para los Rays.
En la parcela ofensiva es en la que me surgen las dudas. Como he mencionado anteriormente, tengo el convencimiento de que el rendimiento del pitcheo es susceptible de sufrir un retroceso, por lo que el lineup debería de ser capaz de compensar ese hecho incrementando la producción ofensiva.
No obstante, con la marcha de Nelson Cruz, los Rays han perdido a ese bate de poder a mitad del lineup que pueda remolcar carreras. Wander no es el tipo de bate que se ajuste a ese perfil, por lo que no es descartable que, si a mitad de temporada siguen en la pelea por los playoffs, hagan un movimiento para conseguir un upgrade.
No pienso que vayan a sufrir un colapso al estilo de los Twins el año pasado, pero en una división tan disputada como la Este, es razonable pensar en un retroceso de los Tampa Bay Rays.
Baltimore Orioles
Lo siento, de los Orioles no he podido encontrar una fotografía reciente en la que celebren algo- Fansided
Si eres aficionado de los Orioles, probablemente intentarás agarrarte a que la franquicia se encuentra en un proceso de reconstrucción, que se van dando pequeños pasos en la buena dirección, se llenan huecos en el roster, a que le birlasteis a los Astros a Sig Mejdal…
Probablemente abrirás todos los días la lista de los 100 mejores prospectos soñando con la idea de que ese cátcher que tienes en el primer puesto (Adley Rutschman), se convierta en el nuevo Mike Piazza o Iván Rodríguez, o que algún que otro abridor acabe cuajando una vez que dé el salto a las Ligas Mayores.
Respecto a esto último, mejor no te fijes mucho en los Tigers, que también tenían a tres SPs que iban a traer de vuelta una suerte de “año del pitcher” a Detroit, y la cosa está saliendo “regulín”. De todas formas, soy un enamorado de los Tigers para esta temporada, pero eso es para otro momento.
En el mejor de los casos, todo apunta a que todavía necesitarán algunos años para que se vaya viendo el efecto real de todo ese trabajo en las granjas, así que esperemos que desde la propiedad tenga la misma paciencia que sus aficionados, que llevan 39 años sin poder celebrar una victoria en las World Series.
Si tú eres uno de esos pacientes fans, mi recomendación es que veas vídeos de highlights de Carl Ripken Jr., compres una maqueta del precioso Oriole Park, y que no te pierdas ni un enfrentamiento contra los Yankees, porque no sé muy bien el motivo, pero siempre plantáis batalla.
Mi pronóstico
- New York Yankees
- Boston Red Sox (luego acabarán los Blue Jays, pero hay que jugársela a que explota Houck)
- Toronto Blue Jays
- Tampa Bay Rays
- Baltimore Orioles