David contra Goliat. Aquiles contra el ejército troyano. La ciudad que nunca duerme y una de las ciudades más visitadas del mundo contra una ciudad fuera de mercado y que siempre suena como favorita a perder a su equipo vía deslocalización. Los focos de la prensa y la presión de los aficionados contra uno de los equipos de menos afluencia en su estadio de la MLB. El mítico Yankee Stadium contra el tristemente famoso y considerado el estadio más feo de toda la liga, el Tropicana Field. Un payroll de más de 100 millones contra otro que no llega a los 30. Un equipo basado en el talonario y que siempre aparece como favorito ante la aparición en agencia libre de cualquier estrella frente a las firmas totalmente fuera de radar. Sin embargo, en los últimos tiempos, Tampa Bay Rays figura como la auténtica kriptonita de Superman, los New York Yankees, equipo más famoso y con más seguidores alrededor del mundo de toda la MLB. Sin ir más lejos, el cara a cara de este año entre estos dos equipos tan dispares es de 10-2 para los Rays. Y como dice el extraordinario defensor en el jardín central, Kevin Kiermaier, a los Yankees no les gustamos y a nosotros no nos gustan los Yankees. El sentimiento es recíproco. Ya se pudo ver que la tensión era latente.
En la primera serie de 2020, tanto Aaron Boone como Marcus Thames, manager y entrenador de bateo de los Yankees eran expulsados por entender que algunos lanzamientos del pitcher del equipo de Florida eran demasiado altos e interiores buscando a los bateadores. En Septiembre, Tanaka golpeaba a Wendle y un día después, Aroldis Chapman estrellaba uno de sus misiles de más de 100 millas en la cabeza de Mike Brosseau, lo que le causó una sanción de 3 partidos. Nos esperan unas semifinales muy muy calientes en la Liga Americana ya que la de Astros y Athletics tampoco desmerece.
Por eso, analizar esta serie desde la objetividad resulta difícil puesto que más allá de rotaciones y líneas de bateo, parece que Kevin Cash, manager de los Rays, sabe, y muy bien, buscarles las cosquillas a los todopoderosos Yankees. Ambos equipos vienen de series inmaculadas. Los Rays han ganado sin problemas a los Blue Jays y los Yankees han acabado a base de batazos con la excelente rotación de los Indians, aunque ambos han dejado también sus dudas.
La rotación de lanzadores es el arma donde se amparan los Rays para saberse favoritos. Blake Snell ha estado dominante en su única apertura en playoffs. Charlie Morton, posible abridor del segundo partido, también parece un abridor bastante fiable a pesar de que este año ha estado por debajo del nivel mostrado en su debut con los Rays, donde estuvo cerca de conseguir el Cy Young. El tercer brazo es el siempre intimidante Tyler Glasnow, jugador con un arsenal increíble pero que le cuesta alargar mucho sus aperturas. Como cuarto brazo, cuentan con una figura que está en auge en la liga, como es el relevista largo/abridor corto que es Ryan Yarbrough, otro lanzador zurdo que ha hecho un gran papel este año. Y me imagino que, si se llega al quinto, volvería a lanzar Snell, aunque siempre dependerá de su carga de lanzamientos en el primer partido.
La rotación de los Yankees presenta muchas más incógnitas. Gerrit Cole es el abridor para el primer partido y, si fuera necesario, para el quinto. Pocos abridores en la MLB más fiables que Cole, aunque sus números no son tan buenos como los obtenidos en los Pirates y Astros en su primer año como Yankee. Tanaka, más por experiencia que por rendimiento (su apertura ante los Indians fue nefasta), parece claro para el segundo. Y lo demás son incógnitas. Parece que el buen final de año de Happ le da cierta ventaja para abrir el tercero y Jordan Montgomery y los jóvenes Deivi García y, como última opción, Clarke Schmidt se presentan como alternativas para el cuarto partido. Aunque considero a Boone bastante conservador para dar aperturas a novatos en playoffs. Veremos lo que hace.
En cuanto al bullpen, ambos equipos tienen, a priori, un buen cuerpo de relevistas. Los Yankees cuentan con relevistas largos como Loaisiga o cualquiera de los anteriormente citados que no realice apertura y como relevistas puros tienen a jugadores bastante expertos a los que no debería pesar la presión. Chad Green, Adam Ottavino o Zack Britton son los encargados de aportar buenas entradas puente para que cierre uno de los closers más determinantes de la MLB, el lanzallamas cubano Aroldis Chapman. Aunque Ottavino ha sido obviado en la serie contra los Indians debido a su pésimo final de temporada. Tommy Kahnle es una baja bastante sensible para ellos.
En los Rays, destaca la creatividad de Cash en manejar su cuerpo de relevistas. Nada más y nada menos que 12 lanzadores consiguieron algún save y, curiosamente, en play offs, Pete Fairbanks, uno de los que no lo había hecho en temporada regular, era el cerrador ante Toronto y lograba el salvamento. Nick Anderson (6 saves con un ERA de 0.55 en temporada regular) quizá sea el relevista más destacado de Tampa, pero cuentan con muchas armas como el citado Fairbanks, Diego Castillo, José Alvarado, Aaron Loup, Ryan Thompson o John Curtiss. Casi todos sus mejores brazos son diestros por lo que se antoja importante poder recuperar a Alvarado, único zurdo relevista junto a Loup.
Respecto al bateo, pocos lineups dan más miedo que el de los Yankees. Ha sido llegar a Octubre y todos sus jugadores están sanos, lo que hace que, nombre a nombre, el poder de su línea de bateo sea terrorífico. Jugadores como DJ LeMahieu (mejor promedio de bateo de la MLB con .364), Luke Voit (líder en HRs de toda la MLB), Gleyber Torres o los frecuentemente lesionados, pero altamente peligrosos Aaron Judge y Giancarlo Stanton. Si a eso le unimos a los veteranos Hicks, Gardner o Gary Sánchez o la gran sorpresa ya convertida en realidad Gio Urshela hace que cualquier lanzador se eche a temblar al enfrentarse a semejante batería. Si todos están sanos, sólo los Dodgers pueden competir con tanto talento. Veremos también el ruido que pueda provocar que el mítico receptor yankee Gary Sanchez esté perdiendo protagonismo ante Higashioka, receptor de confianza de, entre otros, Gerrit Cole.
Los Rays tienen menos nombre, pero jugadores francamente peligrosos. Sigue siendo duda su arma más mortífera pero menos saludable. Austin Meadows va dando progresos en su recuperación, pero sigue siendo duda para la serie. Y Brandon Lowe ha dejado atrás su Agosto a nivel de MVP para bajar mucho su rendimiento. Sin embargo, Cash siempre se saca algún as de la manga y este año hay dos jugadores que han dado un paso al frente. Randy Arozarena, jugador obtenido en el traspaso con los Cardinals por José Martínez, ha destacado en la recta final de la temporada regular con su poder y su rapidez y Mike Brosseau ha sido una grata sorpresa. En defensa, los jardines destacan más por defensa que por ofensiva con jugadores como Margot o Kiermaier aunque si entra Meadows cambia el panorama. Hunter Renfroe o Yandy Diaz también tienen el poder suficiente para hacer daño a la rotación yankee. Veremos qué se inventa Cash para oponerse a los Yankees.
Siempre es arriesgado cualquier pronóstico y, aunque mi corazoncito quiere apostar por los Rays, veo a los Yankees ganando por 3-2. Sin duda, una apasionante eliminatoria.