Ayer fue un mal día para las almas cándidas, para los buenos de las películas, para los que siempre están al lado de la justicia -que en el fondo somos todos, porque cualquier acto nuestro es justo-, para los que odian el lado oscuro. Ganaron los Yankees y su eterno Imperio del Mal y también vencieron los Houston Astros, esa panda de tipos que se atrevió a robar señales con la ayuda de la tecnología, haciendo bueno el dicho eterno, «lo malo no es robar o matar, lo jodido es que te pillen.» Esta sociedad distópica que nos ha tocado vivir: estadios de béisbol con fotografías, ¿no pueden entrar 5.000 personas en un estadio para 40.000 con mascarilla y ver el partido? Que estamos al aire libre, que los libros cuentan que el riesgo de contagio al aire libre y a más de dos metros es casi imposible. Un mundo donde los Indians podrían haber disfrazado su mascota con una mascarilla y no hubieran tenido que cambiarla, donde la salud es lo más importante, y hasta ahora, ¿qué era lo más importante? En esta sociedad distópica el «mal» continua avanzando a pasos agigantados. Y como dicen en la tele, que todo lo sabe, como en 1984, lo peor está por venir, lo peor vendrá pronto…
Ganaron los Houston Astros su primer partido, ante los Athletics, un equipo que acostumbra a caer bien a todo el mundo tras el estreno de «Moneyball«, y los ganaron bien, remontando y jugando un buen béisbol. Cada día me caen mejor los Astros, con esa actitud de «vale, ya se que somos los malos, ya entendemos nuestro papel, pero vamos a lo nuestro, y ya os podéis meter con nosotros, porque no os escuchamos. Nos da lo mismo lo que penséis, vamos a salir a ganar y nos vamos a reír de todos vosotros.» Tienen un aire a el «Grupo Salvaje» de Sam Peckinpah, película que recomiendo encarecidamente.
No te vas a librar de nadie. Seguiremos todos juntos como siempre hemos hecho. Cuando uno se mezcla en un lío de éstos es hasta el final, si no quieres seguir eres peor que un animal y estás acabado ¡Estamos acabados! ¡Todos!
No tan difícil. Todos soñamos con volver a ser niños, incluso los peores de nosotros. Tal vez los peores más que nadie.
Pero la historia se escribe así, de tipos con fama de malvados, como los Yankees, que derrotan a los Tampa Bay Rays, el antepenúltimo equipo con menos presupuesto de la MLB, el David que puede perder contra el Goliat, porque los del Bronx tienen más pasta, más poder y sobre el papel mejores jugadores y equipo. ¿Recordáis febrero, cuando nadie llevaba mascarilla, que los pronósticos apuntaban a una final entre Yankees y Dodgers? Pues eso, que son un equipo al que nadie extrañaría de ver en las Series Mundiales.
¿Seguirán ganando los «malos»? Ni idea, todo está abierto, todo es posible, el futuro es incierto y el presente incomprensible. De momento el Joker golpea primero.