Imaginemos una jornada cualquiera de MLB en la que tu equipo inicia una serie contra los Tampa Bay Rays, y tras haber repasado tu rotación titular descubres que la del equipo contrario está por anunciar, ¡pero si empiezan esta noche! Esta situación es algo que habrá extrañado a multitud de aficionados ajenos al entorno de los Rays y que les puede pillar un poco descolocados todo lo que está ocurriendo. ¿No hay pitchers en Florida? ¿Se han vuelto locos? ¿El dueño sigue siendo un agarrado de mucho cuidado? Tratemos de averiguar que está ocurriendo.
Principalmente hemos de remontarnos al Spring Trainning de esta presente campaña, Kevin Cash anuncia un nuevo plan que seguirá su equipo y que en un primer momento iba a ser provisional. Los Rays van a usar una rotación de cuatro lanzadores; Archer, Faria, Snell y Eovaldi, y en momento puntuales emplear en uso de diversos relevistas que puedan cubrir 1-2 entradas y salvar un poco la situación.
A esta situación se llegó por varios motivos, la primera fue una gran cantidad de días libres que rompería el «timming» de los titulares y les daría excesivos días de descanso entre aperturas; en segundo lugar, durante la offseason la perdida de Alex Cobb y Jake Odorizzi dejó debilitado una rotación que se presuponía poderosa y ahora estaba llena de incognitas. Archer no acaba de despegar y no parece que este vaya a ser su año, Blake Snell comenzaría la temporada tras su gran final de 2017 aunque con ciertas dudas de si fue un espejismo o la realidad que estaría por venir, Jacob Faria afrontaría su segundo año en las majors y el primero completo con todo lo que ello supone, y por último Nathan Eovaldi tras mas de un año fuera por la dichosa Tommy John, nombre que acompaña al equipo durante esta primera mitad de temporada. Por último, uno de los motivos de este método fue debido a la inmensa cantidad de talento listo para dar el salto a las mayores, aunque uno nunca tiene suficientes pitchers, mantra del béisbol.
Brent Honeywell, José de León y Anthony Banda, los tres grandes promesas para engordar una talentosa rotación, cayeron victimas de la cirugía que les tendrá fuera de los terrenos de juegos hasta bien avanzado 2019.
Las lesiones poco a poco se hicieron notar en un equipo que tuvo que empezar a hacer verdaderos malabarismos para poder competir y más aún, rememorando el tremendo bache que tuvieron que salvar comenzando la temporada con un balance de 3 victorias por 12 derrotas. Los partidos avanzaban y el equipo tenía que empezar a tirar de su cantera de Durham (AAA) para que sus brazos disponibles hicieran acto de presencia y de servicio en condiciones excepcionales. En esta situación debemos nombrar a los dos grandes nombres que dieron la cara por el equipo a pesar de su juventud y falta de experiencia: Ryan Yarbrough y Yonny Chirinos, aunque este ultimo pasaría por la DL después de un par de meses de competición.
Además de las mentadas lesiones de los brazos más prometedores de Durham sumemos también lesiones menores de Chris Archer, Jacob Faria, Wilmer Font, Yonny Chirinos y Nathan Eovaldi (quien estuvo fuera hasta finales de mayo por una cirugía artroscópica en su codo derecho para eliminar restos presentes). Todo pitcheo titular.
El equipo aguantaba estoicamente y tras salvar ese escollo se logró una impresionante marca de 22 – 22 a 19 de mayo después de una tumultuosa offseaon donde las alarmas de tanking saltaron y una serie de catastróficas desdichas. Y esto eran los Tampa Bay Rays en esos momentos, rotaciones en ciertos periodos de dos lanzadores y tres jornadas consecutivas de lo conocido comúnmente como “Bullpen Day”.
Obviamente este situación era excepcional e insostenible en el tiempo debido a la cantidad de entradas que acumularían los relevistas para las fechas tan tempranas que llevábamos de temporada. Un bullpen que para el verano estaría quemado y sobre explotado.
La llegada del “opener” a los Tampa Bay Rays
19 de mayo y los Tampa Bay Rays anunciaban uno de los movimientos deportivos que más controversia y más debates ha suscitado. Sergio Romo, relevista acostumbrado a las entradas tardías de los encuentros, estaría programado para ser el titular de aquel día. En un primer momento, se dudaba de la información que estaba disponible hasta que Kevin Cash, el manager, anunciaba que el equipo iba a probar una nueva estrategia que les diera más oportunidades de ganar encuentros. Un relevista estaría encargado de “abrir” el partido y enfrentarse a la parte alta del line-up rival para tratar de lograr de 3 a 6 outs enfrentando a los bateadores rivales más peligrosos; con esta acción, el “titular” tradicional podría, si todo fuera bien, lanzar mas entradas en el partido sin tener que enfrentar a los bateadores rivales más productivos más de 2 o 3 veces incluso.
3 bateadores enfrentados, 3 strikeouts y el “titular” lanzando mas de 6 entradas de calidad. Era una muestra mínima, pero se logró el objetivo, ganar un partido.
Numerosas han sido las críticas a este movimiento, sobretodo de los sectores más tradicionales del deporte que ven como un los Tampa Bay Rays tratan de romper con los valores y estilos del juego; otros les acusan de “falsear” los números de sus lanzadores para futuros contratos ya que el número de aperturas en relación con el número de entradas lanzadas estaría muy descompensado.
A pesar de que todas las opiniones son respetables al final el juego consiste en ganar partidos y han considerado que esta estrategia es la que más opciones les proporciona para ello. ¿Pero exactamente como condiciona esta estrategia? Sin entrar en detalles estadísticos complejos, la estrategia se podría resumir de la siguiente manera:
Estudios basados en datos de partidos determinan que la primera entrada de un partido es cuando más carreras se anotan sumado a que en la primera entrada te enfrentas mínimo a los tres primeros bateadores del equipo rival, que suelen ser los mejores y por tanto los más peligrosos de enfrentar. Por tanto, sacas a un relevista que lo mas probable es que fuera a lanzar en ese partido en un momento dado, le permites que vaya a lanzar con todo lo que tenga porque su actuación va a ser muy limitada. Y finalmente entra tu titular.
Durante cada postseason, cuando los partidos mas intensos se suceden diariamente, y los partidos son a vida o muerte es frecuente ver como los lanzadores se enfrentan una vez o dos al line up rival antes de ser relevados. Precisamente esa filosofía es la que adoptaron los Tampa Bay Rays, pero en mayo. El tiempo dirá si esta estrategia sentará cátedra y en un futuro la dinámica del juego se verá influenciada por esta opción innovadora y que levanta admiradores y detractores por partes iguales.
Entremos en detalles para observar lo que ha supuesto deportivamente el opener.
Desde aquel día se observa una mejora drástica situando al equipo como el mejor de la liga estadísticamente contando con la mayoría de brazos rookies aunque también con la presencia de los All-Star Blake Snell y Wilson Ramos, notándose su influencia en los datos, pero la mejora está ahí.
De este periplo destacaremos dos nombres claves:
El primero de ellos, Ryne Stanek ha visto como su papel en el equipo ha pasado de ser un mero relevista con una veloz fastball y tremendos problemas de confianza a ser un lanzador fiable y renovado con un ERA por debajo de 2 y con un récord de ocho aperturas consecutivas sin aceptar anotación.
Ryan Yarbrough, como hemos dicho anteriormente, esta siendo una revelación y el único pitcher “titular” que se ha mantenido sano hasta el momento y el que esta dando la cara por el equipo aguantando y cumpliendo durante esta mala racha de lesiones. Su labor como relevista después del opener le está ayudando a crecer como lanzador dejando buenas impresiones y salidas de calidad.
Como se puede ver el opener tiene una importancia en la labor del equipo y realmente es una estrategia que les ha dado la vuelta; un equipo que pasaba por una mala racha de juego y que le ha servido para revertir la situación y convertir a estos Tampa Bay Rays en un equipo peleón (ha disputado 38 partidos decididos por una carrera, líder de la MLB) y con ganas de ir a por todas en cada partido de cualquier forma posible, y ese mensaje cala profundo en sus jugadores, sobretodo en sus jóvenes promesas.