Las excusas no suelen ser algo bueno, ya que demasiadas veces se utilizan como subterfugio para enmascarar un error, ese encargo entregado a destiempo o, lo que es peor, directamente un fracaso. Ocurre que, en ocasiones, detrás de una justificación que suena a eso, a cuento chino, si que hay algo de cierto, y resulta que si uno ha suspendido ese examen o ha llegado tarde a no se que reunión, realmente es que ese día la fiebre hizo mella o el tráfico era infernal. En idéntica proporción, los Brewers pueden utilizar con toda la legitimación posible, la coartada de las lesiones como factor atenuante de un inicio de temporada, un pelín renqueante. Para un equipo, Milawaukee, que basa su fortaleza esencialmente en el picheo, perder durante semanas y por problemas físicos no menores a jugadores como Woodruff, Alexander, Ashby, Miley o Cousins no es poca cosa, circunstancia que aún se agrava mas si la lista de bajas de consideración se extiende a nombres de la ofensiva como Urías (la recuperación del cual implora paciencia) Mitchell o Ruff, este último lesionado prácticamente nada más aterrizar para colmo de la mala suerte. Así las cosas, y añadiendo además el bajón de forma de otras piezas como Lauer, Bush o Winker, el staff ha tenido que dedicarse a una faena que en realidad a los Brewers no se les da mal, la de improvisar, y de ahí se ha conseguido rescatar de la nada a Teherán o darle galones también como abridor a Rae. Con el picheo estabilizado de aquella manera (ni Burnes ni Peralta estan teniendo su temporada más estelar), y con un bullpen literalmente en cuadro, la ofensiva ha tenido que exigirse más de lo esperado en la producción para sostener al equipo, una aportación que ha sido posible gracias a figuras como Contreras, perfectamente afianzado tanto como catcher titular como bateador, un Anderson que esta sorprendiendo y para bien, o la participación de calidad que están dando proyectos de jugador acunados des de las granjas como Monasterio, Perkins y muy especialmente Wiemer. Con todo esta suma de elementos y eventualidades, Milwaukee está ahí, aún vivo y gracias en muy buena parte al derrumbe absolutamente inesperado de los Cardinals, y disputándose el primer puesto de la Nacional/Central con mas aprietos de los necesarios con los Pirates primero, y con los Reds después. Con este escenario, la única prioridad es el día a día, con la perspectiva de lograr estabilizar el picheo, ganar músculo en el bullpen y que la ofensiva vaya haciendo un poco como hasta ahora, con Yelich también dando síntomas de recuperación y esperando que Téllez, pieza absolutamente crucial del engranaje, salgo de su bache y Winker se digne a aparecer por la oficina algún día. Aun así, el equipo tiene la obligación de ir para arriba en este segundo tramo de la contienda, porque aunque las excusas están, y las compramos, hay talento y madera como para poder exigir pelear la división.
MVP
Decisión compleja tener que decidir quién es, ahora mismo, el jugador más lustroso de los Brewers, lo que en si no deja de ser una buena noticia. Cuando el equipo avanza, ni que sea a trompicones, sin que nadie destaque de manera abrumadora sobre el resto, es un triunfo del colectivo como grupo. Aun así, los números, y sobre todo las sensaciones, obligan a tener que personalizar. Dejando a un lado a Wiemer, que parece haberse ganado su propio capítulo unos párrafos más abajo, el primero a destacar es el de Adames. Identificado ya como una de las imágenes del equipo, y con la afición de Milawaukee implorando su renovación, el SS es ya todo un seguro en la producción ofensiva y, sobre todo, en la defensa, y más en un año de Counsell, el manager, parece no dar con la tecla en la segunda base. Yelich también se ha ganado el derecho a estar aquí. Después de unos últimos años tibuteantes, por no decir directamente males, este año su bate vuelve a producir con regularidad (.377 de AVG, 17 RBI y un OPS de 1.103 en 20 partidos), la que no deja de ser un alivio colectivo. Aun así, aún se le echa en falta, y mucho, ese poder que en 2019 lo puso en el centro del radar. Dicho lo dicho, bienvenido de nuevo a la causa.
Cy Young
Pocas dudas, o habría que decir ninguna, respecto a que Corbin Burnes ha sido, es y quién sabe si lo será mucho más allá en el tiempo, el picher de absoluta referencia en el roster de Milwaukee. Y esto que el presente no está siendo, ni mucho menos, su ejercicio más esplendoroso, pero la fragilidad que ha exhibido la batería de abridores a consecuencia de las contingencias, no da margen a muchos debates y elucubraciones. Burnes es el mejor, y punto, y su cutter continúa siendo uno de les más finos de toda la liga, aunque en este 2023 se está estirando más en el uso de la sinker. Una de las sorpresas con las que nadie contaba, es la respuesta que está dando Teheran. Repescado en el último momento del ostracismo para cubrir los agujeros que se han ido acumulando en la rotación, el colombiano se está moviendo por ahora con un ERA ligeramente superior al .360 (Burnes, por eso que tanto gusta de comparar esta por encima del .4,30) en un año de reinvención para él, ya que ha dejado de lado la fourseam para empezar a hacer pinitos con el cutter. En el apartado negativo hay mucho que poder decir y comentar, pero quizá de todo ello lo más doloroso es el ver como las adversidades han frenado, circunstancialmente, la progresión de un Aaron Ashby sobre el que había muchas y buenas expectativas de cara a esta campaña.
Sorpresa
Si un CF es defensa y un poco del resto, Milwaukee ha encontrado petróleo con Joey Wiemer. Avalado por la etiqueta de ser unos de los propsects top de la franquicia, su irrupción en la MLB ha sido fulgurante. Dotado de un físico privilegiado, que resalta aún más por el hecho que es de esos que se viste con una talla menos, su defensa es Top, afirmación que queda acreditada por varias jugadas que se han convertido en highlights de la liga. A esto hay que añadir que en ataque también suma, hasta el punto de estar en el podio interno de los Brewers en cuanto a HR. Ya es titularísimo, y apunta a seguir siéndolo a corto plazo. Brian Anderson ha sido otra de esas sorpresas no esperadas de la campaña, ya que llegó como uno de esos fichajes low-cost del que nadie espera apenas gran cosa y ha cumplido con creces en las no pocas posiciones donde se la ha requerido, ya sea en el infield o el oufield. Lo de William Contreras no tiene mucho sentido reseñarlo aquí, puesto que había el convencimiento más o menos general que era una incorporación de calidad. Y así ha sido.
https://youtu.be/1YBcxC2F1z0
Decepción
Son varios los nombres que, a estas alturas, se han quedado a medio camino y mucho tendrán que remar si quieren encontrar un sitio en el equipo que vaya más allá de la irrelevancia. Entre los que parece que ya se ha caído de manera definitiva está Luke Voit, un jugador que parece un espectro comparado con aquel 1B que en su dia encandiló en los Yankees aunque, en honor de la verdad, en Milwaukee tampoco se esperaba demasiado de él, ya que se lo fichó con un contrato de menores. Bastante más expectativas había con Jesse Winker, que aterrizó como parte del trade con Wong a los Mariners y estaba llamado a ser, este si, una de las grandes incorporaciones de este 2023. Pues no. Como DH no aportado absolutamente nada, o casi nada, y ya se habla que este debe ser una de las posiciones a reforzar en esta ventana de traspasos. Es de los que tiene que espabilar, y mucho, si no quiere tener que emigrar antes de lo que muchos habrían querido.
Expectativas
Y ahora qué?: El camino que pueda trazar Milwaukee de aquí a los playoffs dependerá de si este es más despejado de lo que ha sido hasta ahora. Dicho de manera más coloquial, su suerte está condicionada a que las lesiones dejen de tocar la gaita, especialmente en todo el picheo, y que en el apartado ofensivo el equipo consolide la aportación que puedan realizar piezas clave como Yelich, Adames, Téllez o Contreras, a la espera que Winker decida despertar de la siesta. Los mentideros que rodean a los Brewers afirman que se buscan nuevas incorporaciones, especialmente en el bullpen (se llegó a hablar de Britton) y un bate, preferiblemente zurdo, que pueda jugar en primera base, Veremos. Igualmente, está por ver si alguno de los jugadores que están rozando la agencia libre (Burnes, Adames y Wooduff) pueden salir ahora, aunque la oferta tendría que ser de altura. Esencialmente, porque tampoco sería bueno repetir un ridículo como el que se hizo con Hader, si es que el plan es seguir siendo una franquicia simpática, pero también seria.