El equipo de Maryland está disfrutando de una temporada de absoluta élite por segundo curso consecutivo. Con los nuevos propietarios en camino, los Orioles están disfrutando de los primeros frutos de este cambio: una temporada Cy Young de Corbin Burnes. El ex de los Brewers ha dado un soplo a los Orioles y una victoria segura cada cinco días. En contraste los Orioles han perdido a John Means, Tyler Wells y Kyle Bradish por culpa de la Tommy John. La mitad de la rotación de postemporada se iba al dique seco durante todo el año.
El equipo de Baltimore ha sabido suplir algo de estas pérdidas con el veterano Albert Suárez, alguna buena actuación de Cole Irvin o Cade Povich. Pero nada consistente y regular. Esto es un problema serio para un equipo que aspira a construir un equipo ganador ya y que tiene todas las piezas para ello. La lesiones son parte del deporte, pero Baltimore tiene la capacidad de mejorar la rotación. Especilamente sabiendo que Burnes igual no sigue contigo la siguiente campaña.
El bullpen ha tenido sus momentos de duda y es posible que necesiten de una pieza o dos para terminar de ser competitivos. Parece que hay negociaciones para ellos, pero no luce a que necesiten remodelar todo el bulllpen. Igual un brazo zurdo adicional o alguna garantía por detrás de Kimbrel sí que sería conveniente.
Del lado de los bateadores la temporada solo ha tenido dos pequeños altibajos: la bajada de rendimiento de Cedric Mullins y/o Austin Hays y el mal debut de Jackson Holliday.
Sobre los dos primeros, Hays sí que se ha recuperado de las malas sensaciones y las molestias que ha arrastrado desde el training camp. De hecho con la llegada de Cowser y la irrupción de Kjerstad parece haberse quedado sin hueco en el equipo titular. Mullins por su parte sigue siendo un buen defensor, un gran corredor de bases y un líder. Pero su bate se quedó en 2022 y, por lo pronto, para no volver. Esto es un problema ya que es el CF todos los días y deja sin hueco a jugadores como Hays, O’Hearn o Urías. Es por ello que ya está sonando su venta –también la de Mountcastle, Hays o Urías- para hacer hueco a los jugadores del banquillo y a promesas como Coby Mayo o Connor Norby.
Sobre Holliday no hay mucho que decir. Un mal comienzo lo tiene cualquiera y no es significativo, pero sí que es probable que la siguiente subida a la MLB sea con más cuidado.
El resto del lineup sigue igual. Con la grata sorpresa de Jorge Mateo, el cual ha renacido, pero que las lesiones no han dejado que esté en el campo de forma continuada en el último mes y medio.
MVP:
Gunnar Henderson es el mejor jugador de este equipo. Es probable que fuera el MVP de la Americana si no fuese por Aaron Judge y Juan Soto. Adley Rustchman no está lejos de ese rendimiento pero no está al mismo nivel. Igual un escalón por debajo, para ser justos.
Henderson se ha consolidado como una de las estrellas de la liga y como el mejor SS de la Americana con el permiso de Bobby Witt Jr. Su ataque y defensa de élite –lidera el WAR de los Orioles en ambas métricas- le han convertido en un jugador completo a pesar de que en algún momento de su formación había dudas con respecto a ello.
El único rescollo que le separa de una renovación millonaria es que su agente sea Scott Boras y por ello no parece posible nada hasta dentro de cuatro años. No sería de extrañar, que si sigue todo según lo previsto, firme el mayor contrato de la historia de la MLB.
CY Young:
Solo hay un nombre que te salga a la cabeza en este premio: Corbin Burnes. El precio para que llegase Burnes fue alto –no desorbitado- pero ha sido plenamente rentable para todos los implicados. Especialmente para Burnes que está luchando por otro CY que le puede proporcionar un contrato de 30 millones anuales. Algo que se antojaba algo más difícil hace una temporada, aunque no imposible.
Ser el ace de un equipo contender no es una tarea sencilla y más con las lesiones que han acontecido a su alrededor. Adaptarse a un campo como Camden Yards puede ser angustioso para los lanzadores –un poco más para los zurdos, que no es el caso- y Burnes está teniendo una ERA de 2.03 en el feudo de los Orioles.
La única duda que queda con Burnes es si cambiará de equipo la temporada que viene o seguirá siendo el ace de los Orioles durante unos años. Pero todavía queda mucho para ello.
Revelación:
La verdad es que hay varios jugadores que se merecen este premio. Probablemente haya tres candidatos en el bateo y uno en la rotación. Estos nombres serían Jordan Westburg, Colton Cowser y Jorge Mateo en el primero y Albert Suárez en el segundo.
Los prospects de los Orioles nos tienen acostumbrados a que en los últimos tiempos se amolden rápido a la MLB, pero el caso de Westburg y Cowser es sopresivo ya que no solo están jugando muy bien en ataque sino que son líderes del equipo. Cowser es el jugador con más OAA de los Orioles y el único oufielder con un WAR defensivo por encima de 0 (la media de la liga) y es el quinto jugador con más HR del equipo. Westburg por su parte es el cuarto con más HR y el segundo jugador de los Orioles con más WAR ofensivo, solo por detrás de Henderson.
Mateo ya hemos dicho que es un jugador que se le puede usar en todo y que sin las lesiones tendría más reconocmiento. De Suárez solo queda decir que es uno de los mejores seguros que había en AAA y que fue un acierto de Elias a última hora.
Decepción:
Este premio va directo a Cedric Mullins. Un jugador que fue All Star y candidato a MVP en 2021 y, aunque con un nivel inferior, completó dos buenas temporadas después no puede mostrar el rendimiento de este año. Su defensa ha bajado –sigue siendo buena, que conste- y su ataque ya no está. Después de la séptima es un jugador que no te puedes permitir tener en el campo en los partidos apretados. Y en postemporada va a haber muchos partidos de ese estilo. Tener un OBP de .259 está bien en un catcher suplente, no en tu CF titular.
En un equipo como Reds, Pirates, Phillies o Dodgers puede tener un encaje y una nueva salida a sus problemas con el bate, pero su tiempo en Baltimore está llegando a su fin. Más aún cuando está bloqueando a jugadores que pueden aportar más al bate.
Expectativas:
Los Orioles tienen que tener como objetivo ser campeones de división y tener ventaja de campo durante la postemporada. Tener el mejor camino posible te allana las cosas. Todo lo que no sea ver a los de Baltimore en el divisional o en adelante será una sorpresa. Pero les quedan huecos que cubrir para aspirar a todo.
De aquí al trade deadline tienen que resolver la posición de CF si Mullins no va a ser el titular y qué prospects se van a mover para conseguir brazos. Todo lo que no sea que los Orioles consigan uno o dos abridores –los que más suenan son Flaherty, Fedde y Crochet- será una sorpresa. Lo mismo con conseguir un brazo zurdo o un segundo cerrador que complemente a Kimbrel.
Todo está en las manos de los Orioles para ser tan agresivos e incorporar a los jugadores que ellos quieran. Su único límite es el miedo y que la cartera de los que tienen el dinero no les limite.