Este artículo está escrito por Víctor Rodriguez
La segunda mitad de temporada para los Cleveland Guardians ha sido una película de terror. De estar a medio juego del primer lugar de su división después del Juego de las Estrellas, cosa que daba a entender que la Tribu lucharía hasta el final para revalidar el banderín del centro de la Americana, sin embargo, a falta de dos semanas para que finalice la temporada, los Guardianes están prácticamente fuera de combate de por un puesto en postemporada, a ocho juegos de los líderes, que son los Twins. Ya es cuestión de tiempo para que la Tribu comience a pensar en 2024.
A pesar que su primera mitad de campaña fue inconsistente. Cleveland se mantenía a flote en su división. Incluso antes del Juego de Estrellas se ubicaron en la cima, con medio juego de ventaja con respecto a Minnesota. La segunda parte del año, la tendencia parecía la misma. A los dirigidos por Terry Francona les costaba encontrar el ritmo ganador. Después de la pausa del clásico de mitad de campaña, la Tribu fue barrida en una serie como visitante ante los Texas Rangers, pero recuperaron terreno, ganando tres series seguidas contra Piratas en la carretera, Phillies y Royals en el Progressive Field.
En la ventana de cambios, Cleveland fue uno de los grandes perdedores, ya que cambiaron al campocorto dominicano Amed Rosario a los Dodgers por el lanzador Noah Syndergaard, siendo éste último puesto en asignación. Josh Bell, que fue una de la piezas con los que los Guardianes se reforzaron a principio del campaña, fue cambiado a Miami por Jean Segura. Sin embargo, Segura fue dejado en libertad minutos después de haberlo adquirido, y la cereza del pastel fue la ida de su abridor Aaron Civale a los Rays por el prospecto Kyle Manzardo que, por cierto, estaba lesionado y todavía no ha debutado en MLB.
La ofensiva se intentó reforzar con la llegada de Kole Calhoun y Ramón Laureano, reclamados en waivers desde los Dodgers y Athletics respectivamente.
La montaña rusa de rendimiento de los antiguos Indios sufrió una gran bajada, ganando sólo 2 de 4 partidos en una serie contra un rival accesible de su división, como los White Sox, y, luego, salir barridos en Houston. Como dato, se sufrió un No Hitter en uno de esos cotejos ante los actuales campeones. Los cosas se ponían del mal en peor y Cleveland volvería a perder una serie crucial en casa de nuevo contra White Sox, con un blown save de su cerrador Enmanuel Clase en el tercer encuentro.
Shane Bieber, el número 1 de la rotación, se lesionaría, lo que significaría una dura baja para el pitcheo de la novena de Ohio. Por la ofensiva Josh Naylor sufriría una lesión en el oblicluo, siendo baja por varias semanas.
El pitcheo de relevo, que fue clave para que Guardians se mantuviera en la pelea, daba señales de fatiga, desperdiciando ventajas y perdiendo partidos en el último tercio del juego. Enmanuel Clase, su cerrador estelar, ha desperdiciado hasta 11 oportunidades de salvar este año.
Lucas Giolito, Matt Moore y Reynaldo Lopéz fueron reclamados en waivers provenientes de los Angelinos para reforzar el pitcheo en este tramo final de la ronda regular.
Llegando al mes de septiembre, las opciones de los aborígenes pasaban por ganar las dos series que le quedaban ante los Twins. Si bien se pudo superar a los Mellizos en la primera como visitante, Cleveland no supo defender la localía en la siguiente contra su rival directo, perdiendo 2 de 3 duelos y, para terminar de poner el último clavo en el ataúd, se perdió una serie en el fin de semana pasado contra los ya eliminados Angels.
El bateo en esta parte de la campaña nunca fue oportuno, y no hubo un bateador con poder constante que pudiera resolver el partido con un cuadrangular. Sumado a la poca efectividad del relevo, que venía fatigado por el esfuerzo de mantener juegos, fueron los factores para que Cleveland ya esté a punto de quedar eliminado de esta temporada.
Con un núcleo de jugadores jóvenes que cuentan con gran potencial, como Steven Kwan, Andrés Giménez, Gabriel Arias, Bo Naylor, entre otros, este equipo tiene base para competir en su división. Sin embargo, esto no será suficiente, y tendrán que reforzarse para volver en a ser competitivos en 2024 e intentar, una vez más, romper una larga sequía sin levantar un título que está vigente desde 1948.